Proponemos una paulatina reforma de las áreas sociales estatales que permita poner en marcha políticas públicas en tiempo real, achicando la distancia entre los diseños y las acciones.
Es necesaria una adecuación administrativa de las áreas sociales a los tiempos de las necesidades que tiene las personas más pobres.
La Argentina tiene muy buenos recursos humanos y mucha gente calificada para el diseño de políticas sociales. No van de la mano con ello los tiempos administrativos y burocráticos del Estado, que con lógica para fomentar el control hacen que la puesta en marcha de las acciones sea muy lenta y por tanto muchas veces genere frustración en los que presentan sus proyectos o propuestas.
Las áreas sociales en el siglo XXI requieren de una dinámica y una velocidad diferente a la de otros momentos por la escala de problemas a atender y por las nuevas demandas que surgen de la población.
Es necesaria una adecuación administrativa de las áreas sociales a los tiempos de las necesidades que tiene las personas más pobres.
La Argentina tiene muy buenos recursos humanos y mucha gente calificada para el diseño de políticas sociales. No van de la mano con ello los tiempos administrativos y burocráticos del Estado, que con lógica para fomentar el control hacen que la puesta en marcha de las acciones sea muy lenta y por tanto muchas veces genere frustración en los que presentan sus proyectos o propuestas.
Las áreas sociales en el siglo XXI requieren de una dinámica y una velocidad diferente a la de otros momentos por la escala de problemas a atender y por las nuevas demandas que surgen de la población.
En ese sentido, así como parece necesario consolidar el cambio en el sistema de asignaciones familiares, modificar el nivel medio educativo, extender el esquema de microcrédito y capacitación laboral y masificar para jóvenes, también resulta imperioso adecuar el aparato estatal a estos esquemas.