martes, 19 de octubre de 2010

“Políticas masivas para que el país no pierda una oportunidad increíble”

(Entrevista publicada en El Diario de Paraná, martes 19 de octubre de 2010)

Si bien el país mejoró en la última década, seguimos estando muy atrás en indicadores socioeconómicos. La afirmación del licenciado Daniel Arroyo, ex funcionario del gobierno nacional y de la provincia de Buenos Aires, fue punto de partida del diálogo con esta Hoja. En su análisis sostiene que “en los próximos cinco años, la economía va a crecer” y “es el momento de ir por todo y dar vuelta la situación social”. Habla de un plan “masivo e integral”.
En la última década la situación ha mejorado respecto de los niveles de pobreza y desocupación por lo que puede decirse que ha mejorado la situación social, pero si se compara con los niveles de pobreza en la historia argentina, seguimos estando muy atrás. La aseveración no se reduce a una mirada negativa sino que forma parte de un planteo que convoca a desarrollar políticas sociales con “otra mirada” y con “mucho más recursos”, en particular porque “los próximos cinco años serán de crecimiento económico”. El licenciado Daniel Arroyo estuvo recientemente en Paraná, donde brindó un curso organizado por la Universidad Autónoma de Entre Ríos. “Si bien mejoramos en esta época, seguimos estando muy atrás en indicadores socioeconómicos en nuestro país. Si bien efectivamente ha mejorado el proceso productivo, aparecen una serie de problemáticas a las que tenemos que dar cuenta en los próximos años”, afirma el ex secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, entre 2003 y 2007.
Arroyo marca seis indicadores sociales que deben tenerse en cuenta: Argentina tiene casi 10% de pobreza estructural; un 40% de informalidad económica, es decir personas con trabajo pero que no tienen recibo de sueldo, no saben si se van a jubilar, hasta hace poco no cobraban asignación familiar. Además, niveles de desigualdad importantes que se reflejan en la diferencia entre el 10% más rico y el 10% más pobre -en la década del ´70 era de 7 a 1, en 2001 se fue a 44 a 1 y hoy es de 31 a 1-. El sector social que está más crítico es 900.000 jóvenes de 16 a 24 años que no estudian ni trabajan. Consigna también, la situación en los grandes centros urbanos con hacinamiento, adicciones y endeudamiento de la población. El planteo es que “un chico está hacinado en la casa, se va a la esquina, ahí empieza a consumir; cuando consume -sobre todo paco- tiene un problema de salud y adicción y ahí hay un problema de endeudamiento. Cuando empieza a deber plata siempre hay un ´vivo´ que le plantea cualquier cosa para cancelar la deuda. Ese ciclo son seis meses y el núcleo del problema es el hacinamiento”, describió.
El sexto problema que enumeró fue la concentración de recursos: la Nación tiene el 70% de todos los recursos, las provincias, el 23%, y los municipios el 7%; o sea que “los gobiernos locales, las organizaciones sociales, tienen ideas, pero hoy, para encarar programas, políticas, propuestas, necesitan los recursos que están en otro lado. Ese nivel de concentración impide en parte, mejorar la situación social.
Esa media docena de problemas aunque pueden verse reflejada en todo el país, muestran su peor rostro en el NOA -provincias de Salta, Jujuy, Catamarca, Tucuman y Santiago del Estero-; NEA -Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa- y en el conurbano bonaerense donde viven 11 millones de habitantes. También en los centros urbanos como Córdoba y Gran Córdoba, Rosario y Gran Rosario.
El planteo de Arroyo es “encarar una nueva agenda de temas sociales para los próximos años, en los que la economía va a crecer”. El consultor de la Cepal asegura que “necesitamos un salto de escala. Ahora viene la expansión económica entonces, este es el momento de ir por todo y dar vuelta la situación social. En ese sentido, creo que si bien estamos bien orientados en varias cosas, si no le damos la escala y la masividad que necesitamos, corremos el riesgo de dejar pasar una oportunidad increíble para la economía argentina”, advierte.

RECURSOS.
Preguntado sobre los recursos humanos necesarios para encarar esas nuevas soluciones, Arroyo opinó que “en términos generales, en las áreas sociales hay mucha gente capacitada que ha ido llegando a los distintos niveles de gobierno”. Acerca de la formación de los funcionarios, “no creo –insistió- que el problema esté en los recursos humanos técnicos”. En cambio, afirmó que “hacen falta mucho más recursos económicos y cambiar la concepción”.
El entrevistado que también se desempeñó como ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires sostiene que “el problema de pobreza es un problema de mayoría que no se resuelve atendiendo caso por caso o pequeños grupos, sino volcando muchos recursos”. Avanza en su análisis para explicar que “si hay un programa para 100 mil jóvenes, (hay que) llegar a 900 mil; hay un sistema de microcrédito para 200 mil personas, hay que llegar a 4 millones de personas que trabajan y no acceden al crédito bancario y así con cada tema”. La mención de estos ejemplos, le sirven al licenciado en Ciencia Política para graficar que se debe dar “un salto de escala”, adoptar “una mirada diferente respecto de volcar más recursos, ir a lo masivo”.
Arroyo en el análisis de la situación y en su propuesta no deja de señalar que “en los próximos cinco años, la economía va a crecer. Si no damos vuelta ahora (estos problemas), no lo hacemos nunca más. Es ahora cuando hay que poner una impronta fuerte”, remarcó. Echa mano a otro ejemplo para respaldar su planteo y recuerda cuando se tomó la decisión de ir aumentando paulatinamente el presupuesto para educación hasta llegar a ubicarlo en el 6% del PBI. “Así hay que generar otras ideas”, desafía antes de plantear que “los jóvenes que no tienen trabajo no van a trabajar en el Estado y nadie les da trabajo. La única forma en mi opinión es que los sectores productivos incluyan a esta población. Por ejemplo, que los sectores textil, la construcción, el calzado y el metal mecánico tengan un incentivo fiscal para tomar jóvenes. Para eso hay que crear otras ideas con relación al sector privado, a las empresas y masificar”, reiteró.

Otra escala
En la Argentina el único problema que es histórico, es el de la pobreza estructural. El resto son problemas nuevos, de los últimos 15 años. De la afirmación, Arroyo desprende que “hay que cambiar la concepción y pensar que hay una nueva generación de políticas sociales”. Admite que si se sigue haciendo lo mismo que hasta ahora, debido al crecimiento económico, la pobreza va a bajar un poquito, pero va a quedar ahí. Lo que hace falta –insiste- es una nueva generación de políticas sociales, hay que encarar otras cosas”.
No cuestionó los planes que actualmente llevan adelante los gobiernos e incluso señaló que no son pocos –áreas de gobierno, universidades- los que están trabajando en la dirección correcta, pero “de acuerdo a sus recursos, en pequeña escala. Lo que está faltando es como hizo Brasil, un plan masivo, integral”, enfatizó.
Arroyo explicó que “pensar en otra escala implica una metodología diferente, ocuparse de miles de jóvenes o dar crédito al 6% anual para un millón de personas implica otro modelo de intervención. Son políticas a escala masiva. Es ahora cuando hay que dar vuelta la situación social y esto requiere otra decisión política y de recursos económicos”, finalizó.