(publicado en www.ansol.com.ar)
El titular de Fuerza Solidaria, Daniel Arroyo, consideró mejoras en la situación de las unidades productivas autogestionadas pero afirmó que el Estado puede ayudarlas todavía más, con compras de escala y mejores financiamientos.
“No se reduce la pobreza en Argentina si no damos más herramientas productivas a 4 millones de personas que están emprendiendo proyectos en la economía social y solidaria”, aseveró Daniel Arroyo durante una exposición en la Feria de la Cooperación 2011, realizada el fin de semana en Morón.
El ex ministro de Desarrollo Humano de la Provincia de Buenos Aires advirtió que los créditos y microcréditos para emprendedores están llegando a unos 200 mil beneficiarios y que hay en el resto un gran endeudamiento a través de créditos rápidos y usurarios, con tasas mayores al 100 por ciento en algunos casos.
Si bien incluyó al financiamiento entre los avances de los últimos años, también mencionó que “hay que discutir la tasa de interés y la forma de aplicar para créditos o subsidios, que muchas veces constan de formularios difíciles y su ejecución es lenta”. Lo hizo como participante del panel El Rol del Estado en la promoción de la economía social, que compartió con el coordinador de la Comisión Nacional de Microcrédito, Alberto Gandulfo, y el presidente del Banco Credicoop y diputado nacional Carlos Heller.
Para el presidente de Fuerza Solidaria, fondo fiduciario del Banco Provincia para facilitar crédito a empresas recuperadas y otros emprendimientos asociativos, es necesario también que el Estado ayude a “dar el salto de escala para un desarrollo sostenido de la economía social”.
Lo dijo en relación con el poder de compra de bienes y servicios que tiene el Estado, con vistas a legalizar un mecanismo de compre cooperativo que facilite la contratación de este tipo de empresas sin trabarse en las barreras de las licitaciones públicas. En este momento se están discutiendo en el Congreso modificaciones a la Ley de Régimen de Compras del Estado Nacional, en función de un proyecto denominado Compre Trabajo Argentino, pero sin participación de cooperativas.
“Es una firme convicción que nosotros tenemos y si uno ve la evolución de la participación de la economía social en las compras del municipio se ve que ha crecido significativamente, aunque no tanto como me gustaría”, dijo al respecto el intendente anfitrión, Lucas Ghi, en diálogo con Ansol, al inaugurar la Feria.
Escala
Para “no perder la visión de escala y no caer en el emprendedorismo social”, Arroyo reclamó distinguir tres niveles sobres los que deben ser aplicadas las políticas de fomento a la economía social: “los emprendedores preexistentes, las personas con ideas o proyectos y lo estratégico”. Asimismo, aconsejó descentralizar la llegada dentro de los municipios y hacer evaluaciones más rápidas para brindar las ayudas.
En el plano impositivo, reconoció un avance en el monotributo social pero ejemplificó que “cinco personas que se asocian para formar una panadería tienen que tener reconocimiento como emprendimiento, no cada uno como monotributista”. En definitiva, “no hay reconocimiento para la economía social en este punto”.
Visibilidad
“Si esta forma de producir no es nueva, lo nuevo es que se vea. Antes era parte de una Argentina invisible”, definió el presidente de Fuerza Solidaria, tras referirse a los 160 puestos de cooperativas y otros emprendimientos autogestionados presentes en la feria. La visibilidad también está reflejada en que cualquier banco público, organismo estatal o universidad tiene hoy un área dedicada a la economía social, agregó.
“Para consolidar estos avances y superar los desafíos -destacó Arroyo- es necesario el consenso a través de la participación de todos los involucrados en la economía social y solidaria.”