lunes, 14 de enero de 2013

Daniel Arroyo en el Diario Perfil

(Nota publicada en Diario Perfil el 13/01/2013)

En el año de las elecciones

Una burbuja financiera en el Conurbano complica la recuperación de la economía

Hay 600 mil personas de bajos ingresos endeudadas con firmas financieras. El freno de la actividad cortó la cadena de pagos y amenaza con licuar un aumento del gasto social.

Por Jairo Straccia

Como en Estados Unidos antes de la crisis de 2008, pero en partidos del segundo y el tercer cordón del Gran Buenos Aires, una burbuja financiera pone en riesgo el alcance de los programas sociales del Gobierno. No se trata en este caso de consumidores ávidos de créditos hipotecarios que en un momento se tornan impagables. Son miles de personas de bajos recursos que se encuentran sobreendeudadas con financieras extrabancarias que les cobran tasas de hasta 200% y las obligan a volcar parte de la ayuda del Estado al pago de una masa creciente de cuotas y no al consumo.
El 2012 cerró con un flojo crecimiento económico y, en especial, con un brusco freno de la actividad de la construcción, que por el control sobre los dólares cayó hasta 50%. Tal sacudón afectó en buena medida la economía de aproximadamente cuatro millones de cuentapropistas que, en la informalidad y sin crédito, viven de lo que producen sus talleres, de sus oficios o de changas. Fuera del mundo bancarizado, cuando una máquina se rompe buscan financiamiento en compañías que ofrecen dinero “a sola firma”, indica la Red Argentina de Instituciones de Microcrédito, que precisa que hay unas 600 mil personas endeudadas con empresas como Efectivo Sí, Cetelem, Credifácil o similares (ver aparte). La banca pública, el Gobierno y las ONGs abastecen, en tanto, con planes de microcréditos a unos 200 mil beneficiarios.
“Se dio una situación de pinzas; se pararon las changas por el freno de la economía y en especial la construcción, y se mantuvo el sobreendeudamiento”, explica a PERFIL Daniel Arroyo, ex secretario de Políticas Sociales de la Nación. Arroyo vincula el mal humor que esto ha generado en los sectores de menos ingresos con un clima fértil para que se produzcan hechos vandálicos como los que se vivieron en diciembre pasado en supermercados y comercios de todo el país.
Para créditos de cinco mil pesos en financieras, la cuota promedio puede rondar los $ 500 por mes, cuando, por ejemplo, el cobro de la AUH es de $ 340. Los prestamistas suelen contar con departamentos para atender a morosos, que ofrecen renegociar los atrasos con nuevos préstamos pero a tasas más altas, lo que alimenta el endeudamiento de las familias. “Tenemos una gran población que no tiene crédito o tiene que recurrir a las empresas que cobran un interés altísimo”, acota Marta Bekerman, profesora de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y presidenta de Avanzar, una organización no gubernamental que se basa en el sistema de microcréditos del llamado “banquero de los pobres”, el bangladesí Muhammad Yunus.
El Estado destina una masa de $ 22 mil millones al año a asistencia social. Unos $ 16 mil millones cubren la asignación universal por hijo para 3,6 millones de niños. Otros $ 3 mil millones van a pensiones no contributivas, en tanto que $ 3 mil millones más se destinan a programas laborales, como Argentina Trabaja, en el que se abonan aproximadamente $ 1.500 per cápita a unas 200 mil personas. Los programas sociales se completan con unos $ 5 mil millones que el Ministerio de Desarrollo Social vuelca no mediante transferencias de dinero sino como asistencia alimentaria o programas de capacitación a unos tres millones de personas.
Arroyo llama la atención sobre el mediano plazo: las mejoras en planes sociales que pueda dar el Gobierno pueden ir a alimentar este virtual “apalancamiento de los pobres” y no a reactivar la actividad económica.
—¿Es posible que parte de este dinero o los aumentos que dé el Estado este año terminen cubriendo las necesidades de los que están sobreendeudados con financieras?
ARROYO: Es muy claro. El ingreso de los sectores de menos recursos se forja con planes sociales más changas. Con lo que ha crecido el crédito, ya sea para la motito o emprendimientos laborales, y con lo que cobran de tasa estas financieras, no hay duda de que una buena parte va a ir a pagar créditos.