viernes, 17 de mayo de 2013

Daniel Arroyo "Hay que crear un Fondo Federal para fortalecer a las organizaciones religiosas y sociales"


El Lic. Daniel Arroyo, Presidente de la Red de Prioridad Argentinas (RED PAR), anunció recientemente su paso del mundo académico y de la sociedad civil a la política para presentarse como candidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires. Tiene una amplia experiencia académica y de gestión, fue Vice-Ministro de Desarrollo Social de la Nación y Ministro del área en la Provincia de Buenos Aires. Señaló que “las religiones y la sociedad civil merecen una reparación histórica por todo su compromiso social, por eso proponemos crear un Fondo de Fortalecimiento de Organizaciones Solidarias”


¿Por qué se decidió pasar del mundo académico y de la sociedad civil al difícil y complejo mundo político?.

Estoy convencido que si queremos renovar la política es la hora que participemos todos. Hay un diagnóstico a nivel mundial, que también es aplicable a la Argentina, que señala que es la hora de los ciudadanos, el tiempo de la sociedad civil. Esta participación debe ser constructiva, creativa y canalizada por medio de los mecanismos de la democracia para lograr una mayor incidencia política. Tengo vocación de servicio público, por eso primero participé en la gestión ejecutiva y ahora he aceptado la propuesta de distintas organizaciones de ser candidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires. Los ciudadanos debemos dar testimonio que es posible hacer política, ser honestos y tener nuevas ideas. Una forma de erradicar la corrupción es participando y hacer que la buena gente participe. Tenemos que pasar de espectadores a protagonistas, porque cuando los buenos se retiran quedan los vivos y los inescrupulosos.

Volvamos a la idea que es la hora de la sociedad civil ¿Cuál es hoy la situación de las entidades intermedias?

Las organizaciones religiosas y de la sociedad civil merecen una reparación histórica por todo su servicio solidario y por todo su compromiso por la calidad institucional y la justicia social. Un Estado concentrador debilita a la sociedad civil. Hoy realmente la están pasando económicamente muy mal, muchas están fundidas, embargadas, con problemas legales y estructurales. Además casi no tienen espacios institucionales donde participar, controlar, donde hacer oír su voz y presentar sus propuestas. Por ejemplo, en la práctica han desmantelado los Consejos Consultivos de los programas sociales, que eran garantía de transparencia y evitaban el clientelismo partidario. Las nuevas problemáticas de las organizaciones solidarias son una realidad invisible que queremos poner en el centro del debate y de la agenda pública. Tanto un mercado deshumanizado como un Estado burocratizado han intentado que solo sean parche para las crisis sociales y las emergencias climáticas. Las organizaciones solidarias no son descartables, debemos fortalecerlas, debemos recuperar al ideal de la comunidad organizada y solidaria.

Es interesante el concepto de sociedad civil descartable ¿Qué se podría hacer para fortalecer a las organizaciones religiosas y de la sociedad civil?

Primero es importante tomar conciencia que promover la solidaridad es una cuestión de interés público que beneficia a toda la ciudadanía, por eso proponemos crear un Fondo de Fortalecimiento de las Organizaciones Solidarias para fortalecer a las 80.000 entidades religiosas y de la sociedad civil de la Argentina. Este Fondo debería ser un derecho garantizado por un monto fijo incluido en el presupuesto de cada año. Un tema central es transformar la difícil realidad que hoy sufren las organizaciones solidarias porque pagan igual costo laboral que las empresas con fines de lucro. Ello les produce un serio déficit económico que limita su servicio al prójimo y al bien común. Realmente las organizaciones solidarias están en peligro. Tenemos que lograr una nueva legislación para eliminar lo que podemos denominar impuestos a la solidaridad. El trabajo en organizaciones solidarias debe tener un régimen  especial para entidades sin fines de lucro. Hay que ir a un sistema de gestión asociada donde el Estado reconozca el servicio de las redes solidarias y asuma el costo de los aportes laborales que las organizaciones religiosas y de la sociedad civil deben pagar a sus trabajadores por la seguridad social. Además habría que eliminar el I.V.A para la compra de productos con fines solidarios como alimentos, ropa y materiales de educación y formación laboral. Fortalecer a las religiones y a la sociedad civil es una inversión inteligente para crear nuevas formas de trabajo formal, ya que todo el ámbito del cuidado y el  servicio a las personas y a las familias es una oportunidad para ampliar el mercado laboral. Este Fondo que proponemos permitiría ampliar el servicio que brindan las organizaciones solidarias para construir ciudadanía, promover la educación y la cultura del trabajo, la prevención y asistencia de las adicciones y las redes de seguridad vecinal, entre otras iniciativas que forman parte de la agenda de prioridades de los ciudadanos. Finalmente vamos a presentar un proyecto de Ley para que todas las políticas sociales tengan un fuerte control ciudadano que ponga fin a la discrecionalidad y al clientelismo partidario.