Nota Publicada en El Cronista Comercial (2 de mayo de 2013)
Con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer, la Asociación Civil de Estudios Populares (ACEP) y la Red de Prioridades Argentinas (RED PAR) tenemos una propuesta para el desarrollo social, político y económico de los jóvenes. Votar está bien, pero siento que los jóvenes sueñan con una educación que les permita conseguir trabajo y un trabajo que les permita salir de la pobreza y tener el techo propio. La Argentina tiene 900 mil jóvenes de 16 a 24 años que no estudian ni trabajan. Pero ahora también se suma las nuevas problemáticas que afectan a jóvenes de parte de los sectores medios de la sociedad. El gran desafío nacional es pasar de una generación de jóvenes inquilinos a una generación de jóvenes propietarios del terreno y la vivienda propia. También tenemos que ampliar el mercado laboral, innovar y promover nuevas formas de trabajo protegidos legalmente.
Argentina no tiene un déficit de dinero, sino un déficit de nuevas ideas y un déficit de pensamiento estratégico sobre cómo abordar la nueva cuestión social. El desarrollo de los jóvenes es posible porque no partimos de cero, ya hay buenas iniciativas como el Programa Envión de la Provincia de Buenos Aires y el Programa Primer Paso del Gobierno de Córdoba, que podemos fortalecer y masificar en todo el país.
Debemos pasar de las políticas sociales tradicionales a nuevos programas que vinculen progreso educativo, formación laboral y acceso al primer empleo y al primer emprendimiento joven. Proponemos crear un Fondo Federal de Desarrollo Joven Educación+Trabajo para incluir anualmente a 450.000 jóvenes de 16 a 24 años. El Fondo Federal sería financiado por el 1% del Presupuesto Nacional de cada año.
La autentica inclusión, además de mejorar los ingresos, debe mejorar los vínculos y los afectos. Por eso, un primer programa es crear una red de 20.000 tutores de desarrollo joven con la misión de acompañarlos en la terminalidad educativa, la formación laboral y la realización de actividades que den pleno sentido a su vida. En este programa, es clave fortalecer a las organizaciones religiosas y de la sociedad civil que ya están trabajando y que merecen una reparación histórica por todo su servicio solidario. Un segundo programa es el incentivo de formación joven para brindarles a 250.000 jóvenes de 16 a 18 años un incentivo actualizable de $500 mensuales destinados a terminar la escuela secundaria, la formación laboral y para el desarrollo de emprendimientos. Un tercer programa para realmente innovar y que cambia el enfoque de las políticas públicas es el incentivo primer empleo joven para garantizar anualmente empleo formal a 150.000 jóvenes
de 18 a 24 años, destinando a empresarios que contraten a los mismos una suma mensual de $2.000 en concepto de deducción impositiva por cada joven, debiendo el empresario completar el resto del salario. Este incentivo también está previsto para el acceso al primer empleo de los jóvenes de los sectores medios de la sociedad. Finalmente un cuarto programa es el incentivo primer emprendimiento joven para brindar anualmente créditos a 50.000 jóvenes de 18 a 24 años con emprendimientos personales y asociados.
Queremos incluir estas prioridades en la agenda electoral, queremos ser parte de la discusión de ideas, y llevar nuestras propuestas al Congreso de la Nación.