“Hay que replicar el PPP en los grandes centros urbanos”
Para el especialista Daniel Arroyo, el Programa Primer Paso (PPP) es una política social innovadora que llevada a escala nacional permitiría que 300 mil jóvenes accedan al mercado de trabajo formal.
Según el reconocido especialista Daniel Arroyo, el problema social más grave que tiene Argentina en la actualidad es el de los jóvenes que no estudian ni trabajan, una situación que en su opinión afecta a cerca de 900 mil personas de entre 16 y 24 años.
Revertir esta problemática requiere “avanzar con políticas innovadoras”, afirma. “Lo primero que hay que hacer –continúa-, y por eso realmente me parece muy bueno el Programa Primer Paso, es generar el derecho al primer empleo en Argentina. Hay que provocar que los jóvenes entren al mundo del trabajo. En ese sentido, el modelo de Córdoba me parece bueno”.
El ingreso al mercado laboral representa el primer obstáculo para ese segmento de la población. “Los jóvenes tienen muchas changas, pero encuentran un serio problema para entrar al mundo del trabajo formal. Me parece que hay que poner en la agenda la idea de que él problema social en la Argentina, es la inclusión de los jóvenes al trabajo formal”, apunta.
Arroyo es una de las voces más respetadas en materia de políticas sociales. Fue vice ministro de Desarrollo Social de la Nación y ministro de la provincia de Buenos Aires , es docente universitario y autor de numerosas de investigaciones sobre la temática.
Para el experto, una cuestión que complica la inserción de este sector es sostener el ritmo laboral. Es decir, aunque se acceda a un puesto el problema radica en la permanencia o en mantener una jornada de trabajo sostenida. Más que un déficit de herramientas y habilidades para trabajar, la cuestión es “ir todos los días a trabajar ocho horas”.
En este sentido, un programa como el PPP (para jóvenes de 16 a 25 años, que reciben una beca mensual de $1.500 por un año para prestar un servicio diario de cuatro horas o 20 semanales), remueve el primer escollo que complica el ingreso al mercado laboral. De hecho, cerca del 65 por ciento de beneficiarios continúa trabajando una vez concluida la beca.
Ampliar esta iniciativa a escala nacional permitiría incorporar al mercado de trabajo a unos 300 mil jóvenes. “Para empezar hay que replicar el PPP en los grandes centros urbanos, donde hay más estructura productiva y más empresas. Replicarlo es crear un sistema en donde le quede claro a las empresas que si incorporan un joven como primer trabajo tienen una deducción impositiva, están ayudando a resolver el problema social más crítico que tiene nuestro país”.
Este esquema podría incluir a “un tercio de jóvenes (que no estudian ni trabajan), que tienen capacitación, condiciones y cultura de trabajo, pero no tienen oportunidades”, agrega. En la medida que sea un mecanismo transitorio y de incentivo para sortear el primer escalón, un programa de este tipo no precariza el mercado laboral sino que, por el contrario, fomenta la transición al mundo del trabajo.
Además, Arroyo rescató como alternativa de inclusión laboral el sistema de microcréditos del Banco de la Gente, el programa del Ministerio de Desarrollo Social provincial que ofrece ayudas económicas con baja tasa de interés para adquirir bienes de capital, herramientas, mercaderías e insumos de trabajo.
Por último, agregó que Argentina necesita ir hacia “sistema dual” en la escuela secundaria, que incluya pasantías para los alumnos de los dos últimos años, “lo que permitiría empalmar escuela y trabajo”. También considera que se debería avanzar en la creación de una red de tutores para acompañar a los jóvenes en la terminalidad educativa, la formación laboral y la realización de actividades que le den sentido a su vida.