El pasado sábado, Daniel Arroyo fue entrevistado por María Herminia Grande sobre el problema de la droga y la situación social en Argentina en su programa Convenio, emitido por Radio del Plata los sábados de 10 a 12hs.
“Al que es adicto hay que atenderlo bien, al que vende hay que generarle alternativas económicas que sustituyan lo que le ingresa por la droga”
“Hay que regular los créditos de los más pobres que le cobran 100% anual de interés y si no pueden pagar con la fotocopia del DNI le aplican el 200%”
“Hoy no es un problema presupuestario, sí hay que reorganizarlo”
“Lo que hagamos en los próximos cinco años repercutirá en la Argentina de los próximos 10 años, hoy la secundaria tiene 40 % de deserción”
“Existe un efecto desaliento del buen policía, del pibe que trabaja… se preguntan si lo que hacen vale la pena…”
MHG: ¿Qué tal estuvo la charla de ayer a la que no pude llegar?
DA: Bien. Interesante porque hubo bastante gente se plantearon distintas miradas, la mía más social, la de Aldo Pignanelli más económica, la verdad es que tuvo interesante: la conclusión que sacamos todos es que hay muchos problemas pero un gran futuro para Argentina.
MHG: Qué interesante esa mirada porque estamos en una situación de conflictividad donde hay gente joven que la lleva adelante y otra que la padece.
DA: Creo que está un poco más complicado Rosario, pero en general Rosario, el conurbano bonaerense, Córdoba están más complicados por tres cosas: uno el tema de la inflación que ha generado un parate de la actividad económica; a nadie le queda claro qué puede comprar con 100 pesos y cuánto necesita para todo el mes; segundo y creo que Rosario es muy complejo es el acceso a las drogas, que es evidente, que aumentó la venta de drogas en las escuelas, en el kiosco de la esquina, en las plazas. Yo recorro el país y en las plazas, a eso de las 7 de la tarde, viene un auto de alta gama y les entrega a los pibes lo que tiene que vender… se está organizando y el tema de la venta de drogas ha dejado de ser un problema de adicción solamente y se ha trasformado en una unidad económica, al que vende le va mejor que al que trabajo. Me parece que hay un tema clave que es la facilidad del acceso a las armas, que escala la violencia, en la canchita de fútbol del partido del domingo que generalmente terminaba en las discusiones si fue gol o fue penal, hoy termina a los tiros porque la gente está con armas. Todo esto está configurando un sistema bastante complejo y que requiere de otras políticas de las que se están encarando.
MHG: Esta semana hubo un linchamiento de un joven y hay otros, ¿cómo se para esto?
DA: Me parece que lo que sentimos todos es que n hay estado o que no hay reglas, las personas pueden entrar y salir de la comisaría, no queda claro cuando la policía contribuye o forma parte del problema, lo que está sucediendo es la decisión de los vecinos de tomar venganza de mano propia, esto se da en los centros urbanos. Mi impresión es que el esquema actual de la policía es muy complicado transformarlo y estimo que el tema de la droga es muy determinante y que hay que crear una fuerza de control de las ventas de drogas con control civil, con un rol importante de los municipios, pero hay que cortar la venta de drogas y así parar parte de la violencia con un mecanismo distinto al que tenemos hoy, en parte porque cierto sector de la policía forma parte del problema; y, en otra parte, porque los buenos policías bajan los brazos porque se dicen que “yo no me voy a jugar por eso”.
MHG: Claro porque los buenos policías y en esto no se puede involucrar a toda la institución, ven que el de al lado está involucrado y así la lucha es despareja.
DA: Y además hay un efecto de desaliento, lo mismo pasa en el barrio, que como el pibe que engancha un laburito gana menos que el pibe que vende droga, entonces ese pibe se pregunta si no le convendrá ir por otro lado. Lo mismo le pasa a la policía, al que trabaja bien en una institución y dice que se corre y no hace nada. Creo que hacer un cambio fuerte, lo que creo que lo que ayuda en esto es la ejemplaridad, cuando al buena gente se retira quedan los vivos y os inescrupulosos, y lo que nos pasa hoy es que ha de nuevo una crisis importante de la política, y la buena persona del barrio que puede ser concejal se dice que no se va a meter porque luego se ensucia y entonces quedan los vivos. Hay que hacer muchas cosas nuevas pero también hay que participar, donde le parezca, en la cooperadora de la escuela, en el partido político, en la sociedad de fomento, pero ha que participar. Lo que hay que hacer en los próximos 5 años marca los próximos 20 del país, y eso va a marcar el futuro de mis futuros nietos, con lo cual deberíamos ponernos la pilas y hacer de verdad, porque los que se está haciendo hasta ahora empeora marcadamente.
MHG: ¿Y qué habría que hacer?
DA: Hay que crear una ley de derecho al primer empleo, que es que una empresa que toma un joven tiene una deducción impositiva, necesitamos lograr que el que busca un trabajador sea un joven y tenga una deducción impositiva, que durante dos años tenga el 75 % del salario cubierto. Tenemos, además, que repensar la escuela secundaria, ésta tiene un nivel alto de deserción, el 40 %, porque los chicos se aburren, porque tienen que ir a trabajar, porque no ven el vínculo con el trabajo, no ven que lo que pasa ahí tenga que ver con la vida cotidiana. Me parece que hay que ir al sistema dual en la escuela para que en los 2 últimos años pueda hacer pasantías, hacer las dos cosas a la vez.
MHG: ¿Hay presupuesto para esto?
DA: No creo que haya un problema presupuestario, si el gobierno acaba de lanzar el plan Progresar que supuestamente son 12 mil millones de pesos al año, va a recuperar por medio de los subsidios a las tarifas unos 30 mil millones de pesos, tal vez para cuestiones más amplias, más complejas, puede ser, pero para las cuestiones sociales no es difícil conseguirlo. Hay que hacerlo, tomar la voluntad política. En la política social en el año 2013 eran 4600 millones, hoy son 67 mil, hubo una decisión clara de volcar más recursos, en lo educativo también, hay que reorganizarlos en parte y poner los que faltan. Una cosa que está violentando mucho en los barrios es el tema de la falta de dinero y de los créditos usurarios. Una persona compara menos porque no le alcanza la plata, tiene menos changa porque hay un parate de la construcción y tiene que ir a pagar el crédito que tomó a 150 % anual con la fotocopia del documento, hay que regular el sistema de crédito para los sectores pobres que se están trasformando en algo que llamarlo usurario es ser respetuoso.
MHG: ¿El crédito para los más necesitados hoy no lo regula?
DA: No lo regula, el que accede al crédito bancario tiene que tener casa, auto, ciertas condiciones que hacen que la gran mayoría no lo pueda hacer, esa persona va a Crédito Sí, Efectivo Ya, fotocopia del DNI, 150 % anual, cuando no lo puede pagar, no pasa nada, fotocopia otra vez del DNI, 200 % anual y eso genera un sobre endeudamiento porque la gente no tiene plata y eso ayuda al conflicto social.
MHG: ¿Cómo se trabaja con aquellos han caído en la enfermedad de la droga y el negocio?
DA: Para el que ha caído hay que forma centros de adicciones amplios y muchos más, la CEDRONAR se plantea crear 40 centros, lo cual es una buena iniciativa, hoy el problema que tenemos que un centro para adictos como el estado le paga tarde o no lo paga nunca no atiende a los chicos pobres, sino que atiende a los chicos que tienen obra social o prepaga y va siendo algo que es para lo que tienen más que para los que tienen menos. Hay que ampliar los lugares abiertos como cerrados y eso está en falta. Al que vende droga hay que construirle una alternativa económica, la gente termina vendiendo droga porque no tiene otro ingreso por otro lado. Si cortamos el sistema de créditos y creamos uno para máquinas, herramientas, para bienes de capital, créditos rápidos, con tasas muy subsidiadas para que la gente pueda invertir. El que quiere abrir un taller mecánico al frente de su casa no puede atender hoy los autos porque no tiene un scanner y una computadora y necesita eso para tender los autos con motores de inyección, o una mujer que no tiene crédito para mejorar su máquina de coser. Así hay 4 millones de personas. Creo que además de atender la cuestión de las adicciones hay que generar alternativas en los barrios para que los jóvenes tengan dinero, si no tiene dinero todo lo que hablamos queda un poco en el aire.