El ex ministro de desarrollo social realizó un análisis del declinamiento en los últimos años de la situación social argentina. Indentificó las grandes problemáticas como el 27% de pobreza que implica que una de cada cuatro personas no pueda acceder a los servicios básicos y el trabajo informal que hoy en día está en un 34% del total, e implica que uno de cada tres trabajadores no tenga recibo de sueldo, obra social, jubilación, vacaciones y sea afectado gravemente por la inestabilidad que genera la inflación del 40%. Abordó también la problemática de los jóvenes que no estudian ni trabajan y el grave aumento del narcotráfico.
Propuso un sistema dual en la secundaria, con pasantías que permitan a los jóvenes acceder al 1° empleo; también planteó crear una fuerza de seguridad para combatir el narcotráfico y cortar con la venta de drogas en los barrios acompañando con un sistema de contención para los jóvenes con adicciones que los ayude a insertarse en el mercado de trabajo y en el sistema educativo.
Daniel Arroyo afirmó que el gobierno ha realizado una mala lectura de las problemáticas sociales y que ha llevado a cabo políticas sociales de 1° generación, las cuales implican una transferencia directa del dinero del Estado. Estas fueron necesarias para superar los momentos de crisis, pero no son suficientes para cambiar la situación social, sólo sirven a modo de parche. Arroyo considera urgente la aplicación de políticas sociales de 2° generación que implican, según explicó vincular, empalmar estas transferencias con el trabajo y con la educación para poder realizar un cambio estructural.