lunes, 1 de diciembre de 2014

Entrevista a Daniel Arroyo, suplemento IEco Clarín

Daniel Arroyo fue entrevistado por Silvia Naishtat sobre la situación social. Compatimos la nota publicada en el suplemento IEco de Clarín del pasado domingo 30 de noviembre.


Las familias pobres, muy endeudadas

El color del dinero.Las tasas de los préstamos llegan al 150% con cuotas que horadan los ingresos.

“Es un chico pobre pero no un pobre chico”, decía Antonio Berni sobre su personaje Juanito Laguna. En aquellas villas miseria que Berni pintó en los años 60 los chicos pobres eran relativamente sanos, no se resignaban y mantenían alto el espíritu de superación. Hoy viven como pueden, amontonados y sin intimidad. Daniel Arroyo, ex viceministro de Desarrollo Social, sitúa la pobreza en 24%, en 1,2 millones la cantidad de jóvenes que no trabajan ni estudian y en 34% la población precarizada laboralmente. La inflación agudiza las dificultades porque la plata se acaba en un escenario de caída de actividad y sin las changas en la construcción y en la industria textil que ayudaban a la supervivencia en los barrios populares.
La política social de Cristina destina $ 75.000 millones, de los cuales $ 68.000 millones van directo a las personas. “Es una base de arranque importante, a diferencia del 2001 cuando no había nada. El Gobierno les otorgó una mensualidad. No les alcanza pero saben que un día en el mes cobran”, sostiene Arroyo. Para sostenerse muchas familias se han endeudado con créditos a tasas usurarias que promedian el 150% anual.
Arroyo advierte el fenómeno que altera la vida de las poblaciones. “El que vende droga es al que le va mejor. Con el narcotráfico surgió un nuevo actor que expresa la movilidad social en el barrio”, asegura. En el drama de la droga primero fue el aumento de las adicciones, luego el ingreso a esa industria como fuente de recursos y finalmente el control de territorios por parte de los narcos.
-¿Qué se puede hacer?
-Atacar por varios frentes. Crear una fuerza de seguridad especial. Y dar oportunidades. El derecho al primer empleo es clave y se logra con deducciones a empresas. Hay que designar tutores para el proceso de seguimiento por familia. Y brindar créditos baratos para que puedan progresar.