El ex Ministro de Desarrollo Social valoró el funcionamiento de la asignación universal por hijo aunque advirtió que "ahora hay que pasar a una segunda etapa"
El ex Ministro de Desarrollo Social, DanielArroyo, consideró en medio de la polémica generada por los cuestionamientos vertidos hacia la Asignación Universal por Hijo que “es una muy buena política” aunque advirtió que “Argentina tiene tres problemas: un 23 % de pobreza, 34 % de trabajo informal, es decir, -1 de cada 3 personas tiene un trabajo precario y hay 1 millón y medio de jóvenes que no estudian ni trabajan”.
“El Estado ha tenido una política clara de transferir dinero, ha volcado más dinero para atender a los sectores pobres con una muy buena política como es la Asignación Universal por Hijo pero ahora hay desafío que es acomodar todo el resto”, analizó el ex funcionario por Radio Provincia.
Arroyo apuntó en ese sentido que “hay que reconvertir el sistema social, e ir hacia una segunda etapa porque la transferencia de dinero ha llegado hasta acá hay que cambiar el enfoque. Hay que ir a un esquema como el de Brasil denominado “Bolsa familia”, que busca armar una red para ir casa por casa y acompañar a cada familia ya que seguir construyendo programas sueltos tiene un límite en la Argentina”.
“En los ‘90 todo estaba inyectado en el Mercado y eso terminó con 57 % de pobreza, hoy la situación es otra pero se fue complicando porque el único actor ha sido el Estado sin vínculo con el privado: el Estado debe incentivar a empresas para el primer empleo, generar un sistema de crédito a tasa baja y fomentar el desarrollo local”, finalizó.
Tavano y Arroyo presentaron la campaña “Droga Cero” en Lomas
La concejal de Lomas por el FR y el coordinador del área de políticas sociales del espacio que conduce Sergio Massa lo presentaron ayer.
La concejal de Lomas de Zamora por el Frente Renovador, Cecilia Tavano, y el coordinador del área de políticas sociales del espacio que conduce Sergio Massa, Daniel Arroyo, presentaron ayer ante un grupo de vecinos del distrito la campaña “Droga Cero” que se realizará en todo el territorio local.
"En Lomas tenemos una realidad que muy triste y dura, porque desde hace años la droga se enquistó en nuestra sociedad. Es un flagelo que está haciendo estragos en nuestros pibes y eso nos duele. Por ese motivo, desde el Frente Renovador consideramos imprescindible impulsar estas políticas con anclaje local”, explicó la edil massista.
La campaña “Droga Cero” integra una serie de proyectos promovidos a nivel nacional por el Frente Renovador, que en territorio lomense fueron presentados ante el Concejo Deliberante por Tavano.
Proyectos. Las propuestas, que desde el massismo esperan convertir en ordenanzas, contemplan la creación del Fondo Municipal de Prevención y Asistencia de las Adicciones, una línea anónima de denuncia sobre la venta de estupefacientes - similar al que utiliza el municipio de Tigre - y una Red de Tutores de Integración de los Jóvenes.
“Tenemos la plena convicción que desde los municipios se deben encarar políticas concretas de atención y prevención de las adicciones y desde el Estado Nacional políticas de lucha contra el narcotráfico”, subrayó Tavano y agregó: “Esto es un compromiso que asumimos porque un país que no invierte en los jóvenes es un país sin futuro”.
En la misma línea, Arroyo declaró que “es necesario un Estado de mano dura para el narcotráfico, y de mano extendida y sensible para los pibes que sufren las adicciones” y adelantó que “junto a otros proyectos proponemos crear una Unidad Especial de Lucha contra la venta de drogas”.
* Nota correspondiente a la publicación del día 22 de Febrero de 2015 de Info La Región.
Rodrigo Andrade, conductor del programa de radio Mañana 3D que se emite por Radio City 899 habló con Daniel Arroyo sobre la significación de la marcha del #18F.
El ex vice ministro de Desarrollo Social de la Nación expuso que "a todos nos ha impactado lo de Nisman, porque un fiscal que imputa a la Presidenta y que un día antes de su presentación en el congreso aparezca con un tiro en la cabeza marca un límite que no puede cruzarse en democracia".
Arroyo afirma que la marcha silenciosa y muy respetuosa del miércoles, es un pedido de justicia, de una investigación transparente pero también refleja los problemas diarios de los ciudadanos en sus vidas cotidianas, refleja cierto cansancio.
Frente a la pregunta de Rodrigo Andrade sobre porque los sectores pobres no se movilizan por demandas institucionales y de justicia, Daniel Arroyo afirma que si bien es claro que la movilización ha sido de sectores medios urbanos, eso no quiere decir que sectores pobres estén de acuerdo con el gobierno sino que estas demandas no aparecen entre sus prioridades. Las prioridades de los sectores pobres son la inflación, el costo de vida cotidiano, los créditos al 150% por ciento anual; estos sectores tienen la impresión de que los problemas diarios pasan por otro lado sin embargo les ha impactado el caso Nisman, "yo que recorro los barrios veo que hay una sensación de malestar enorme".
Arroyo asevera que esta movilización debe servir de bisagra, ya que nos obliga a todos a construir un nuevo acuerdo democrático. Agrega que el gobierno tiene una muy mala lectura de la realidad social reduciéndolo a una simple marcha opositora y no ve la obligación de generar cambios. "Ayer había cansancio y hartazgo, ese es el reclamo más fuerte".
Daniel Arroyo llevó adelante una jornada de trabajo con equipos técnicos y políticos de Mercedes con el fin de potenciar el trabajo social que se realiza desde el municipio.
El ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación Daniel Arroyo estuvo el 12 de febrero en Mercedes. A media mañana realizó una conferencia de prensa junto al intendente Carlos Selva para dar detalles de lo que sería esta jornada de trabajo y luego se trasladó a la Secretaría de Desarrollo Social donde concretó una jornada de trabajo con técnicos, funcionarios y concejales.
En el encuentro con los medios de prensa el licenciado Arroyo fue muy lapidario con la situación actual que vive la provincia de Buenos Aires a la que calificó de “catastrófica”. “Hay una gran desigualdad en el aspecto social. Los proveedores de los comedores escolares están cobrando a 180 días, con lo cual esos chicos que comen en los comedores seguramente no están recibiendo un alimento de calidad como cualquier otro chico que no necesita alimentarse en la escuela. También hay diferencias en el inicio de la escolarización donde se ve a chicos que manejan el doble de vocabulario. Eso hace a la desigualdad y tiene que cambiar”, sostuvo el especialista en temas sociales.
Más allá de estas cuestiones, Arroyo se reunió en la Secretaría de Desarrollo Social con un equipo de trabajo interdisciplinario para analizar el abordaje en políticas sociales a realizar en Mercedes.
La gestora de esta llegada de Daniel Arroyo por segunda vez a Mercedes fue la concejal Sabrina Selva, quien dio detalles de cómo se generó el encuentro. “El año pasado nos visitó y tuvo un encuentro con jóvenes de nuestra agrupación y quedamos en volver a juntarnos para analizar problemáticas muy puntuales de nuestra ciudad”, sostuvo la concejal.
Sabrina también contó cómo fue la tarea desarrollada en el Unzué hasta mitad de la tarde en esta charla con Arroyo. “Siempre es bueno escuchar palabras de una persona como Arroyo que tiene tanta experiencia en el trabajo social. Nos sirvió mucho su aporte en las áreas técnicas en temas que son de nuestra cotidianeidad como la asistencia en caso de inundaciones, microemprendimientos y asistencia social en general. Fue muy fructífera esta jornada de trabajo y pretendemos hacer algunas más”, afirmó Sabrina Selva al término del encuentro.
Daniel Arroyo, realizó un análisis de la pobreza en la columna de la Agencia de noticias DYN.
El ex vice ministro de Desarrollo Social considera que la situación de la pobreza en Argentina es estructural, esto quiere decir que no tiene que ver solamente con la coyuntura, sino que viene desde hace varias décadas y afecta a varias generaciones. "Hoy estamos ante la tercera generación de exclusión de personas que han estado mejor o peor atendidas por el Estado a través de planes sociales pero que no se han vinculado al mundo del trabajo" argumentó Arroyo, agregando que debido al nivel de embarazo adolescente corremos el riesgo de entrar ya en la cuarta generación de pobreza.
Daniel Arroyo considera que es un gran desafío romper el círculo de la pobreza en la Argentina, y que para eso es indispensable potencias las actividades productivas para estos sectores ,evitar que los sectores más pobres de la sociedad paguen impuestos al consumo y generar deducciones impositivas a las empresas que incorporen gente con planes sociales.
Arroyo resaltó una cuestión que es central para combatir la pobreza estructural, se trata de la venta de drogas en los barrios, "en la Argentina está el docente, el jubilado, el carpintero y el que vende drogas que gana más que el que trabaja, esto altera cualquier ecuación". Para combatir la venta de drogas, propone la creación de una unidad especial, pero considera esencial modificar los mecanismos de ascenso social, volviendo al esquema dónde la movilidad social se daba a partir del estudio y el trabajo y no a partir de mecanismos alternativos.
Arroyo: “Lavagna tiene un rol preponderante en el FR”
Daniel Arroyo, integrante del equipo técnico del Frente Renovador, destacó el rol preponderante que Roberto Lavagna tiene en el espacio, pero no se aventuró a decir si el economista será o no quien ocupe la candidatura a vicepresidente.
Daniel Arroyo, integrante del equipo técnico del Frente Renovador, analizó la situación social de nuestro país y dio cuenta de su participación en el Gabinete paralelo de Sergio Massa. También destacó el rol preponderante que Roberto Lavagna tiene en el espacio, pero no se aventuró a decir si el economista será o no quien ocupe la candidatura a vicepresidente.
Respecto de la situación social de nuestro país, el integrante del equipo técnico del Frente Renovador, Daniel Arroyo, indicó a Agencia y Revista LA PROVINCIA que “es evidente que la situación social empeoró en los últimos 3 o 4 años. Si uno lo compara con el 2001, 2002, 2003 hemos mejorado pero con respecto a 2011 ha empeorado”.
“Hoy tenemos 27% de pobreza, 34% de trabajo informal y 1.500.000 de jóvenes que no estudian ni trabajan”, detalló el ex ministro de Desarrollo Social bonaerense y evaluó que “ahí están los problemas centrales, y la propuesta de Sergio Massa es crear una segunda generación de políticas sociales”.
Por ejemplo, puntualizó que en torno a la Generación NINI la propuesta del FR tiene que ver con generar derecho al primer empleo, un sistema dual en la escuela secundaria, una red de tutores y cortar la venta de drogas para mejorar la situación de estos jóvenes.
En cuanto a su participación en el Gabinete paralelo de Sergio Massa, señaló que “Es un gran honor para mí, vengo trabajando con Sergio Massa desde hace más de 2 años” al tiempo que explicó que “lo de armar un Gabinete paralelo quiere decir seguir las políticas de cada área. Esto marca el profesionalismo de Sergio Massa”.
En tanto enfatizó: “Massa va a ser el primer presidente del siglo XXI en Argentina, de cabeza de siglo XXI porque va a usar la tecnología y la gestión de manera moderna, como esto del gabinete paralelo”.
“Nadie piensa tirar todo por la borda, como la AUH, pero hay que hacerla por ley, pero también hay que hacer cambios”, aclaró.
Por otra parte, se mostró “contento” con que sea Roberto Lavagna quien coordine ese Gabinete. “Nos estamos preparando para gobernar de manera seria y ordenada, no borroneando y dibujando temas sino trabajando en profundidad”, recalcó.
Sin embargo, no se aventuró a decir si será Roberto Lavagna el compañero de fórmula de Sergio Massa. En ese sentido, declaró: “No sé, es una decisión de Massa, y tengo la impresión que va a ser una cuestión más cerca del proceso electoral”, aunque admitió que “está claro que Roberto Lavagna tiene la responsabilidad de coordinar la estructura técnica y sin duda tiene un rol preponderante en el FR”.
Daniel Arroyo participó de la publicación realizada por el banco Francés en el marco del Ciclo de Mesas Redondas sobre Calidad Educativa e Inclusión Social. El Banco Francés, cuenta con un programa de becas educativas que tienen por objetivos principales la integración y permanencia de los jóvenes en el secundario y crear las condiciones necesarias para que el becario y su familia administren la beca a través de un producto bancario que facilite su inclusión en el sistema financiero. El programa cuenta con 1.365 alumnos becados en más de 130 colegios distribuídos en doce provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En el marco de esta actividad, Daniel Arroyo expuso que : "La Argentina tiene un millón y medio de jóvenes que no estudian ni trabajan, que muchas veces no han visto ni a su padre ni a su abuelo trabajar con continuidad. Está claro que se requieren aquí políticas masivas como el derecho al primer empleo y una red de tutores que los acompañe, tanto para lo educativo como para lo laboral. Como complemento, los contenidos en la escuela secundaria y la calidad educativa requieren de gran atención. El 6% como presupuesto educativo y la entrega de notebooks son un avance al que debemos complementar con inversión para equilibrar los niveles de conocimiento, tecnología e infraestructura ante la escuela pública y la privada. El problema de las adicciones plantea un desafío complementario. El hecho de que los que forman parte de la distribución de droga tengan mejores ingresos que los que trabajan complica la vida de los jóvenes. Junto con el combate a la venta de droga, tenemos el desafío de reorganizar el sistema de prevención para que cubra al conjunto de jóvenes con dificultades. En definitiva, el futuro de los jóvenes está asociado a que logremos reconstruir el camino de movilidad social a través de la educación y el trabajo."
Daniel Arroyo fue entrevistado por Martin Jacobi para el "Salud, actualidad y política" sobre dos temas que marcan la agenda política actual: la muerte del fiscal Nisman y los casos de muerte por desnutrición de niños en zonas muy carenciadas de nuestro país.
Para Daniel Arroyo, la muerte del fiscal Nisman es el caso de mayor gravedad institucional en la Argentina reciente: "Estamos ante un caso gravísimo, un fiscal que imputa a la presidenta, que llama a indagatoria a la presidenta y al canciller y un día antes de su presentación en el congreso aparece con un tiro en la cabeza, es un hecho brutal y mucho más si tenemos en cuenta que el fiscal estaba a cargo de la investigación por el atentado terrorista mas grande que ha sufrido en la historia nuestro país".
El ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación cree que el gobierno ha actuado de manera incorrecta al afirmar el suicidio en las primeras horas posteriores a la muerte del fiscal, y que no se ha tomado seriamente que el tema central y de primera necesidad es reformar el servicio de inteligencia, encarar en ese sentido una política de Estado.
"En los '80 en la Argentina logramos un acuerdo, sólo se acceder al gobierno por la vía democrática, eso con idas y vueltas lo hemos sostenido. Tenemos que lograr un segundo acuerdo básico, que los servicios de inteligencia se dediquen a los conflictos externos del país y no a realizar escuchas acerque de que hago yo con mi vida, lo que haces vos o lo que hace otro".
Arroyo sostiene que cuando se trata un caso de esta gravedad institucional hay que ser más cuidadoso, "me parece que el gobierno está actuando como un analista de café y dice lo que le parece" y agrega que esto trae muchos perjuicios internacionales por lo que necesitamos una política exterior seria. Considera que el gobierno analiza todo en términos de conflicto, a partir de una relación de amigo-enemigo y así pierde de vista los datos objetivos, "lo que falta es profesionalismo".
También emitió su opinión respecto de las hipótesis del gobierno con respecto a Lagomarsino y las publicaciones de twitter de casa rosada que violan la esfera privada de la vida de las personas: "El Estado no puede estar investigando la vida de las personas, no puede traspasar ciertos límites. Hay que partir de que somos personas libres y tenemos derecho a la privacidad, a que respeten nuestra información y nuestra vida privada".
Daniel Arroyo también emitió su opinión acerca de la polémica por los casos de muerte desnutrición infantil que se han dado a conocer los últimos días. Afirmó que no hay que ver a la desnutrición como casos aislados, sino que hay que verlo como un problema social que hay que encarar con políticas de Estado. Considera que si bien el gobierno a logrado mejorar la realidad socioeconómica respecto del 2001, sus políticas sociales se han agotado: "El Estado tiene la obligación de atender a las personas y a los niños que son la primera urgencia, los malos registros nos llevan a una mala acción. Hay que partir de ver la realidad para encarar acciones distintas", expresó también que el gobierno sobre valora el impacto de las mejoras en la vida cotidiana de las personas y que hay un desenganche entre los datos y la realidad.
Arroyo plantea la necesidad urgente de revisar el sistema de salud, generando programas sociales, atendiendo particularmente a las comunidades aborígenes, yendo a los hogares. También se refirió a la situación crítica de la provincia de Buenos Aires: "Creo que la provincia de Buenos Aires está quebrada presupuestariamente, a mi me parece que llegamos a un límite. Hablar de Buenos Aires Activa cuando falta actividad concreta es un chiste, hoy la provincia tapa baches todos los días".
La distribución del ingreso, sin mejoras desde 2011
Los avances que hubo tras la crisis se frenaron; afirmanque es necesario un esquema productivo que apunte contrala informalidad, pero no hay optimismo para el corto plazo
Si se considera el ingreso monetario total que llega cada mes a los hogares de la Argentina, los datos indican que el 10% de los habitantes se queda con un tercio de esos recursos. En el otro extremo de la realidad, si se empieza por los más pobres, habría que reunir a más del 60% de la población para encontrar dónde está otro de los tercios de esa masa de dinero. Con $ 3525 de los que, en promedio, dispone mensualmente cada habitante de los centros urbanos (no hay estadísticas de la situación social rural), la diferencia entre lo que les llega a los más y a los menos favorecidos es hoy de 20 veces. Los datos, que surgen del informe del Indec referido al tercer trimestre de 2014, corresponden a la suma de ingresos laborales y de cualquier otro tipo.
Esa brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre se ha reducido significativamente si se la compara con la registrada tras la grave crisis social y económica de inicios de siglo, pero es casi igual a la de cuatro años atrás, en tanto que otros indicadores de desigualdad son todavía más desfavorables respecto de algunos valores históricos. En 2011 se estancó en nuestro país el proceso de mejora en la distribución del ingreso que se dio en los años previos no sólo en la Argentina, sino en América latina en general y que, en el caso local, fue alentado por la reactivación tras la crisis, las negociaciones salariales, la creación de empleo y la reorientación y expansión de planes sociales con transferencia de dinero.
La falta de avances tiene que ver con la inflación y coincide, además, con la escasa dinámica mostrada por el mercado laboral -en el último año directamente hubo destrucción de puestos-. En medio de advertencias de organismos internacionales respecto de las limitaciones en la región, surge el interrogante sobre si se puede esperar una sociedad menos desigual.
Al enmarcar el tema, algunos analistas consultados por LA NACION hicieron dos consideraciones importantes
. Una es que, además de la precaución y las dudas con que se leen los datos del desprestigiado organismo oficial de estadística, las encuestas de ingresos muestran en todos lados ciertas limitaciones: es frecuente, por caso, que se planteen hipótesis de subdeclaración de ingresos en el sector más pudiente.
Otra advertencia es que los indicadores existentes permiten observar la distribución de ingresos monetarios, pero no de la riqueza, entendiendo por tal un conjunto amplio de activos materiales y no materiales. Las mediciones no contemplan, por ejemplo, "capitales físicos, culturales o financieros", según explica el sociólogo Agustín Salvia, investigador del Conicet y responsable de la Encuesta de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).
En unas palabras que le dirigió días atrás al economista francés Thomas Piketty -un especialista en el tema de desigualdad que visitó la Argentina y advirtió sobre la problemática de la estadística local-, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal), Alicia Bárcena, se refirió a las limitaciones metodológicas para los estudios sociales, y señaló que, en tres países donde se hicieron estudios sobre distribución de la riqueza desde una concepción amplia (Chile, Colombia y Uruguay), hubo resultados más negativos que en los que se limitan al reparto de ingresos.
Para estimar cómo está un país en la distribución del dinero disponible para las familias, se usa el coeficiente de Gini (es el apellido de quien lo ideó). Es un indicador que se calcula sobre la base de cuánto de la torta recibe cada parte de la población y tiene un valor de entre 0 y 1. En su extremo más bajo reflejaría una distribución absolutamente equitativa (toda la población recibe lo mismo) y en su punta más alta indicaría la concentración total de recursos. Esas dos situaciones son imposibles, y en la práctica se considera que un país es más desigual cuanto más se acerque a 1 el valor de su Gini, y menos desigual cuanto más se aproxime a 0.
El valor más reciente para la Argentina es de 0,43 si se considera el ingreso per cápita familiar, al tercer trimestre de 2014. Desde 2002, cuando tuvo un pico de 0,53, hubo una caída importante. Pero la tendencia se cortó -siempre, según datos oficiales- en 2011, año en que el valor era similar al actual. Luego, trimestre tras trimestre, hubo leves subas y bajas, sin fuertes variaciones y con niveles parecidos a los de los años 90.
Los problemas que empezó a mostrar la economía, la inflación y el agotamiento de un modelo muy basado en el consumo son factores señalados como causa del estancamiento.
Según el análisis de Jorge Paz, economista investigador del Conicet y docente de la Universidad de Salta, lo que ocurra de ahora en más depende en gran medida de la dinámica del mercado laboral. Paz puntualiza que las mejoras iniciales en la desigualdad se dieron en la década pasada, justamente por el factor del trabajo; de hecho, marca un freno en los avances hacia 2009 (cuando el Gini se ubicaba en 0,44), mientras que en 2010 se dio un leve avance por incidencia de planes sociales.
En ese momento, tuvieron impacto la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la extensión de prestaciones del sistema previsional a personas que habían hecho pocos o ningún aporte (un plan temporal que da ingresos a adultos mayores sin solucionar el problema de fondo). Para Daniel Arroyo -ex secretario de Políticas Sociales, hoy en el Frente Renovador-, en las políticas de transferencias de dinero a familias pobres se puso mucho énfasis en el consumo y poco en el desarrollo de una estructura productiva para la generación de empleos. Y eso impone límites.
Varios analistas advierten que la construcción de un modelo productivo sólido y con mecanismos para incluir a los informales son determinantes para ir hacia una estructura de ingresos menos desigual, más allá de que se reconocen problemas estructurales en la población pobre que constituiría la oferta de empleo. Pero la situación actual lleva al pesimismo respecto del corto y mediano plazo.
"El gran desafío es que haya una política productiva que incluya a los informales", sostiene Marta Bekerman, directora del Centro de Estudios de la Estructura Económica (Cenes) en la UBA y presidenta de Avanzar, una ONG dedicada a las microfinanzas, actividad que, según afirma, ayuda a transferir no sólo ingresos, sino también otros activos (pero sin impacto a gran escala).
Salvia considera que la tendencia de los indicadores sociales podría haber sido más favorable aun si en épocas de crecimiento se hubiera logrado más empleo en blanco para pobres. "Como no hubo un salto de productividad y sustentabilidad para el sector informal, los planes sociales apuntaron a compensar las necesidades de consumo de estos sectores, pero lo hicieron de manera pobre."
ALTA INFORMALIDAD
Si se considera al conjunto de asalariados y cuentapropistas, hoy en la Argentina el 46% de los trabajadores está en la informalidad, según una publicación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Hace pocos días, ese organismo advirtió en un documento sobre la situación global, que en los próximos dos años no se esperan mejoras en la incidencia del "empleo vulnerable". Señaló que mientras los países desarrollados retrocedieron en materia de igualdad, en los emergentes la tendencia fue favorable, pero los niveles siguen altos y "el ritmo de mejora se redujo considerablemente".
Hay un factor negativo que hace a la realidad de pocos países, entre ellos, la Argentina. "Las crisis inflacionarias generan en el corto plazo un aumento de la desigualdad -dice Guillermo Cruces, investigador del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad de La Plata-; los pobres tienen mayor proporción de activos e ingresos expuestos al alza de precios."
Según Eduardo Amadeo, que fue secretario de Desarrollo Social en los 90 y que hoy milita en Pro, la inflación es uno de los factores coyunturales que más limitan la posibilidad de avances. También considera que se podría haber mejorado más si no se hubiera demorado por años la implementación de la AUH.
Datos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) asignan a la canasta básica de la pobreza un alza en su valor de nada menos que 41,3% en 2014.
Amadeo señala que, a las dificultades coyunturales se suman factores estructurales, como la calidad de los bienes públicos y la baja productividad en sectores vulnerables, y las desigualdades por regiones.
Arroyo agrega, entre las cuestiones de fondo, la regresividad del esquema impositivo y propone quitar cargas a bienes básicos. Además, advierte que la corrupción puede tener un impacto indirecto, por el riesgo de transmisión de la idea de que quien va por izquierda consigue plata. "Hay un efecto sobre la cultura del trabajo", dice.
¿Existe un "núcleo duro", formado por personas a quienes difícilmente podrían ayudar las políticas sean cuales fueren? Cruces cree importante no ser pesimistas, porque esa actitud condenaría a generaciones presentes y futuras. Pero advierte que sí existe tal núcleo y que se necesita una atención especial del Estado, con intervención en aspectos específicos, como el abuso de sustancias, la violencia y el embarazo adolescente, entre otros. La cuestión, dice, es que las políticas estén articuladas de manera inteligente y no sean sectoriales.
Un desafío que se plantea con los más vulnerables es el de asumir un rol activo para salir a buscar a quienes, justamente por su situación, no se acercarían a pedir ayuda. Según Arroyo, el plan Progresar, que da subsidios a quienes estudien, está bien orientado, pero falla en ese aspecto.
Un interrogante que podría plantearse es si hay un nivel óptimo en cuanto al coeficiente de Gini. Ello, sin que se pierda de vista que más allá de la distribución, lo fundamental es que la población acceda a una vida con determinado grado de bienestar, y acceda a bienes y servicios básicos. Nuestro país tiene hoy, según la estimación de la encuesta de la UCA, a uno de cada cuatro de sus habitantes sumergido en la pobreza. Y ese índice, como el de indigencia, podría moverse con una dinámica diferente al de la distribución de ingresos.
Cruces no cree que exista un nivel "ideal", aunque sí señala que una alta desigualdad tiene efectos negativos en la cohesión social. Una mirada al mundo muestra a Noruega, Suecia y Bélgica entre los países más equitativos, con índices de Gini de entre 0,22 y 0,26. En la zona del euro, el promedio ronda 0,30, y en América latina, 0,48.
El mercado de trabajo ha sido el mayor propulsor de mejoras tras la gran crisis, concluye Roxana Maurizio, investigadora de la Universidad de General Sarmiento. Sobre las chances de avanzar, afirma: "La base es un contexto macro estable, junto con reformas del aparato productivo que permitan sostener una demanda creciente de empleo de calidad".
Aunque el crecimiento económico, factor básico, hoy sea inexistente, el desafío está planteado..