El ex viceministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo reconoció en Infobae TV que cada vez son más los adictos que no tienen dónde tratarse y mostró preocupación porque el narco "está dominando territorios"
La renuncia del sacerdote Juan Carlos Molina al frente de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) es un tema que preocupa. El ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación Daniel Arroyo confesó en Infobae TV que la situación es crítica porque la institución "viene con muchos problemas", entre los que enumeró la falta de presupuesto, de centros de tratamiento y rehabilitación y de políticas del Estado que frenen el narcotráfico.
"La salida de Molina del Sedronar confirma que estamos en el peor momento en términos de adicciones y narcotráfico en Argentina. La Sedronar viene con muchos problemas: tuvo a José Román Granero (procesado por tráfico de efedrina), luego a Rafael Bielsa, que se volcó más a la seguridad que a la atención de las adicciones, diez meses con el puesto vacante y finalmente al padre Molina que creo que arrancó con mucho ímpetu tratando de atender la temática de adicciones, creando centros de rehabilitación, y terminó muy complicado. Es un partido que venimos perdiendo 10 a 0", denunció.
Arroyo confirmó que la situación del consumo de drogas empeora año tras año y denunció que el país no cuenta con las herramientas suficientes para combatir la problemática. Para él, el kirchnerismo relativiza el asunto y citó a Aníbal Fernández quien en varias oportunidades aseguró ante la prensa que "Argentina es un país de paso" para el contrabando de drogas.
"Está claro que el narcotráfico está dominando territorios. Hay más personas en situación de adicción y se naturalizó el tema de consumo de droga. Los que venden drogas se instalan en los barrios como actores sociales y dominan territorios. Estamos mal en la red de prevención de atención de adicciones, se vende más droga y nadie controla las fronteras", acusó el ex funcionario.
Otro de los puntos que resaltó es que el presupuesto que recibe Sedronar no alcanza para atender y tratar a todas las personas con adicciones en el país. "Hay que crear 200 centros de prevención de atención a las adicciones", dijo. Y seguidamente develó que un chico de bajos recursos económicos que hoy debe tratarse no tiene cómo ni dónde.
"Los hospitales son expulsivos; en los centros pagan tarde y mal por lo que no atienden a los más pobres sino que solo al que posee prepaga o eventualmente obra social. Están faltando lugares que los alojen. Hoy los adictos rebotan en todos lados. Terminan yendo a las comisarías a pedir ayuda o internados en algún instituto que no se especializa en el tema. Ese es el raid permanente que sufren las madres de adictos hoy en la Argentina. No hay política de Estado y falta presupuesto. Tampoco hay una real dimensión del problema", advirtió.
El funcionario no le ve salida inmediata al conflicto: "Objetivamente estamos cada vez peor: cualquiera que vaya a un barrio se va a dar cuenta que el que vende se apoderó del mismo, que las madres están desesperadas sin saber qué hacer con sus hijos y los pibes que se resignan. En los últimos cuatro años empeoró la situación social".
Respecto a cómo debería ser el perfil de quien ocupe el cargo que dejó Molina en Sedronar, Arroyo describió que debe ser alguien "que tenga cabeza para el tema salud, pero que entienda también la temática social, porque alrededor de las adicciones hay pobreza, temas sociales, de vínculos".
Por último, resaltó que "es necesario armar redes. Hay que tener mucho presupuesto porque hay que crear 200 centros de prevención de atención a las adicciones y debe ser alguien que se relacione bien con la Iglesia. Molina lo intentó, pero tuvo poco presupuesto; firmó pocos convenios que no se pudieron hacer y eso implica un retroceso. Debe ser alguien muy abierto y de vínculo con la sociedad civil. No un experto en narcotráfico y lavado de activos, que eso sí va más para el área seguridad que para Sedronar".
