(Columna publicada en el suplemento Las 12, del diario Página/12, el viernes 25 de junio de 2010)
Por Daniel Arroyo
Los asesinatos de tres jóvenes en Bariloche y los suicidios adolescentes en Rosario de la Frontera son advertencias claras de la grave situación social que sufren los jóvenes en la Argentina, tanto que hay miles jóvenes de 16 a 24 años que no estudian ni trabajan. Este problema también se cruza con el de las adicciones y el hacinamiento. En los grandes centros urbanos, un joven se siente hacinado en la casa y se va a la esquina porque hay más aire libre. En la esquina empieza a consumir porque es lo que todos hacen. Así empieza a endeudarse y aparece algún vivo que le ofrece un trabajo no muy santo. A este ciclo debería agregarse el alto porcentaje de embarazo adolescente que reproduce el esquema de hacinamiento y vuelve a complicar las cosas.
Es necesario un plan masivo que ponga el acento en la inclusión de los jóvenes y que, además de programas de becas y apoyo económico que ya se están llevando adelante en la Argentina, incorpore también una red de tutores creíbles para los jóvenes.
En relación con el sistema laboral, el problema de los jóvenes no es entender qué tarea deben realizar, sino mantener una rutina laboral de ocho horas, cuando muchos no han visto ni a su padre ni a su abuelo trabajar. Los jóvenes sólo creen en aquellos a quienes ven cotidianamente y no respetan tanto a las instituciones como sí a algunas personas específicas: la maestra que tiene buena onda, algún pibe de la esquina, algún referente vecinal, algún técnico de club de barrio. Hay que potenciar una red de tutores para los jóvenes a los que sientan que no tienen que fallarles y que puedan ayudarlos a sostenerse en su tarea laboral o en la escuela.
La tarea de la política no parece ser, precisamente, señalarlos con el dedo y echarles la culpa de la inseguridad sino, en todo caso, brindarles oportunidades para que puedan terminar la escuela secundaria y consigan un trabajo decente. La solución de este problema es central para saber qué país queremos para los próximos años.
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