(publicado en www.diariolonuestro.com.ar)
Una nueva muestra de compromiso electoral acaba de surgir en Vicente López con la irrupción de Daniel Arroyo, quien se presente como una figura potencial para la intendencia. Por lo menos eso es lo que da a entender la campaña de afiche en vía pública que acaba de lanzar el dirigente en el orden local. “Nuevas Ideas”, “Capacidad de Gestión”, el “Futuro está en Marcha” son las frases que utiliza el dirigente y vecino de Olivos, para invitar a la comunidad vicentelopense a votar por una instancia del actual poder municipal. Su punto de apoyo es el gremio del SUTERH, que no es poco decir en el actual marco político nacional.
Arroyo, destacado académico de la FLACSO, señaló ante este medio que intentará construir mirando hacia adelante, apostando a la creatividad y a proyectos para nuestra comunidad y deja en claro que su límite es el intendente Enrique García y todo aquello que no aporte para mejorar nuestra calidad de vida.
Daniel Arroyo si bien carga con un pasado de dentro de las filas del kirchnerismo, fue viceministro de Desarrollo Social junto a Alicia y Ministro de la misma cartera en la provincia bajo la gestión de Daniel Scioli, hoy se muestra con límites muchos más amplios que lo que determina ese espacio.
Con un distrito donde el imputado intendente Enrique García parece estar padeciendo el síndrome de la pérdida -lo que no significa estar muerto en términos electorales-, candidaturas como las de Arroyo, las de los radicales Gustavo Debenedetti, Luís González y Norberto Erro (diputado nacional), o bien la del diputado Horacio Alcúaz (GEN), todos con aspiraciones a suceder a quien leva 24 años al frente del municipio, en gran medida, nivelan hacia arriba. Hoy, Arroyo sale a la palestra sin cargar con su impronta de funcionario y dejando atrás viejas alianzas políticas locales. En el caminar y en la sumatoria de voluntades serias y responsables, se irá viendo si lo suyo es una construcción política sustentable. Por lo pronto, parece contar con voluntad y energía suficiente como para anticipar que su estadía política vino para quedarse.
