El próximo domingo a las 10 hs, Daniel Arroyo va a ser entrevistado en el micro espacio sobre diversidad que tiene la DAIA en el programa "AMIA, El Legado" que se emite por la TV Pública.
La entrevista girará en torno a la problemática de los jóvenes en Argentina y las propuestas para encarar políticas públicas que mejoren sus posibilidades de inclusión.
Bienvenidos al blog con reflexiones y actualidad sobre políticas públicas para la Argentina que viene.
viernes, 29 de marzo de 2013
miércoles, 27 de marzo de 2013
Daniel Arroyo sobre el desarrollo humano y la pobreza en Argentina
En el marco de la entrevista realizada por el ICDA en su última visita a Córdoba, en esta oportunidad dejamos un video con la opinión de Daniel Arroyo respecto a los temas de desarrollo humano y pobreza en Argentina. Para acceder al video hacer click en el siguiente enlace http://tinyurl.com/dxomwyr
Daniel Arroyo sobre los principales problemas sociales de Argentina
Durante su visita al ICDA para dictar el módulo de Diseño y Gestión de Políticas Sociales de la Especialización en Dirección de Organizaciones Públicas, Daniel Arroyo fue entrevistado acerca de los principales problemas sociales y el desarrollo social en Argentina.
martes, 26 de marzo de 2013
Conferencia sobre los desafíos en los centros urbanos
El día 11 de abril, Daniel Arroyo estará exponiendo la Conferencia "La situación social en Argentina: diagnósticos y propuestas" organizada por el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo. Dicho evento girará en torno a la realidad social argentina, metropolitana y a los desafíos de los grandes centros urbanos.
lunes, 25 de marzo de 2013
I Jornada de Sustentabilidad CAEM
El día martes 9 de abril, Daniel Arroyo se encontrará exponiendo acerca del impacto de los programas sociales sobre la comunidad de las empresas mineras en el marco de la I Jornada de Sustentabilidad CAEM. Dicho encuentro está organizado por Fundación Compromiso.
sábado, 23 de marzo de 2013
Daniel Arroyo en Diario Perfil sobre la espiritualidad en Argentina
El regreso de la vida espiritual y su incierto impacto en la vida de los votantes
Publicado por Diario Perfil el día 23/03/13
La Argentina viene atravesando en los últimos tiempos que algunos analistas llaman de "re-religiosidad", una búsqueda de amplios sectores de la sociedad para encontrar un espacio de contención espiritual, aunque no sea necesariamente en una religión. La irrupción del Papa Francisco, sin dudas, profundizará esta situación, y en beneficio de la Iglesia Católica. La incognita es de qué manera repercutirá en el plano político.
Hasta ahora, este fenómeno no tuvo su correlato en el ámbito electoral. La "re-espiritualidad", según un informe al que tuvo acceso PERFIL, atraviesa a toda la población, sin distinción de clase, edad, ni género. La coronación de Jorge Bergoglio como Papa, por la trascendencia política que obtuvo, abre el interrogante respecto a si finalmente el plano espiritual y religioso incidirá en el electoral.
El informe "El fenómeno de la re-religiosidad", realizado por Daniel Arroyo, presidente de la RED PAR (Prioridades Argentinas), describe el crecimiento de grupos "que se juntan para realizar actividades sociales, vincularse con cuestiones de tipo religiosa, espiritual o de autoayuda. Lo hacen a través de distintas religiones, como la católica o evangélica, a través de distintos modelos o formas de espiritualidad. lo que buscan son líderes que planteen distintas maneras sobre cómo vivir mejor, cómo conectarse". Y aclara: "Es casi lo único transversal en Argentina que cruza a muchísima gente que desde distintas maneras le busca la vuelta a su vida, y a cómo vivir".
La interpretación es que este fenómeno está vinculado a tres cuestiones centrales: un sentido de pertenencia, la búsqueda de trascendencia y la construcción de un futuro. "La vida posmoderna es el arte del vacío constante y la re-religiosidad radica en la búsqueda de una solución a ese vacío. se trata de llenarlo de ideas, propuestas, encontrar compañía", manifiesta el texto.
A pesar de que la política también hace hincapié en la pertenencia y el futuro, el crecimiento de la militancia no tuvo el mismo correlato. En diálogo con PERFIL, Arroyo explicó que "hoy hay más gente que participa de la política, hay más gente que participa en acciones solidarias, pero lo masivo en serio es el fenómeno de la religiosidad y la espiritualidad".
Según él, existen cuatro argentinas: la pobreza estructural, los vulnerables, la clase media y la clase alta. Y la espiritualidad las atraviesa a todas por igual. "Es un fenómeno muy masivo y no se traduce en factor político, porque no todos votan lo mismo, pero es lo que realmente genera expectativas", señaló.
El furor que generó la asunción de Bergoglio, con filas de feligreses esperando para confesarse y las iglesias con récords de concurrencia para las misas, abre un nuevo capítulo en este panorama. Y según el informe, sus consecuencias políticas o electorales, por ahora, "son difusas".
Publicado por Diario Perfil el día 23/03/13
La Argentina viene atravesando en los últimos tiempos que algunos analistas llaman de "re-religiosidad", una búsqueda de amplios sectores de la sociedad para encontrar un espacio de contención espiritual, aunque no sea necesariamente en una religión. La irrupción del Papa Francisco, sin dudas, profundizará esta situación, y en beneficio de la Iglesia Católica. La incognita es de qué manera repercutirá en el plano político.
Hasta ahora, este fenómeno no tuvo su correlato en el ámbito electoral. La "re-espiritualidad", según un informe al que tuvo acceso PERFIL, atraviesa a toda la población, sin distinción de clase, edad, ni género. La coronación de Jorge Bergoglio como Papa, por la trascendencia política que obtuvo, abre el interrogante respecto a si finalmente el plano espiritual y religioso incidirá en el electoral.
El informe "El fenómeno de la re-religiosidad", realizado por Daniel Arroyo, presidente de la RED PAR (Prioridades Argentinas), describe el crecimiento de grupos "que se juntan para realizar actividades sociales, vincularse con cuestiones de tipo religiosa, espiritual o de autoayuda. Lo hacen a través de distintas religiones, como la católica o evangélica, a través de distintos modelos o formas de espiritualidad. lo que buscan son líderes que planteen distintas maneras sobre cómo vivir mejor, cómo conectarse". Y aclara: "Es casi lo único transversal en Argentina que cruza a muchísima gente que desde distintas maneras le busca la vuelta a su vida, y a cómo vivir".
La interpretación es que este fenómeno está vinculado a tres cuestiones centrales: un sentido de pertenencia, la búsqueda de trascendencia y la construcción de un futuro. "La vida posmoderna es el arte del vacío constante y la re-religiosidad radica en la búsqueda de una solución a ese vacío. se trata de llenarlo de ideas, propuestas, encontrar compañía", manifiesta el texto.
A pesar de que la política también hace hincapié en la pertenencia y el futuro, el crecimiento de la militancia no tuvo el mismo correlato. En diálogo con PERFIL, Arroyo explicó que "hoy hay más gente que participa de la política, hay más gente que participa en acciones solidarias, pero lo masivo en serio es el fenómeno de la religiosidad y la espiritualidad".
Según él, existen cuatro argentinas: la pobreza estructural, los vulnerables, la clase media y la clase alta. Y la espiritualidad las atraviesa a todas por igual. "Es un fenómeno muy masivo y no se traduce en factor político, porque no todos votan lo mismo, pero es lo que realmente genera expectativas", señaló.
El furor que generó la asunción de Bergoglio, con filas de feligreses esperando para confesarse y las iglesias con récords de concurrencia para las misas, abre un nuevo capítulo en este panorama. Y según el informe, sus consecuencias políticas o electorales, por ahora, "son difusas".
jueves, 21 de marzo de 2013
Fondo Federal de Desarrollo Joven
FONDO FEDERAL DE DESARROLLO JOVEN
(1) Desdela RED PAR (Red de Prioridades Argentinas) vamos a
lanzar, en los próximos días, la propuesta de Fondo Federal de Desarrollo
Joven.
(2) Como Presidente dela RED PAR voy a promover la
junta de firmas para hacer Ley el Fondo Fedral de Desarrollo Joven con el
objetivo de ...
(3) Crear una red de 20.000 tutores (una maestra, cura, pastor, técnico de club de barrio) que tenga el objetivo de acompañar a los jóvenes.
(4) Crear el Derecho al Primer Empleo, con incentivo fiscal a las empresas que incorporen jóvenes.
(5) Ir al "sistema dual" que le permite a un joven cursar los últimos años de la escuela secundaria y, a la vez, trabajar en una fábrica.
(6) Descentralizar recursos a municipios y organizaciones sociales para encarar escuelas de oficios que se vinculen con cada realidad local.
(7) Masificar el microcrédito para que los jóvenes accedan a crédito a tasas subsidiadas que les permita comprar herramientas y máquinas.
(8) Crear una Unidad Especial (fuera del esquema actual de seguridad) para combatir la venta de droga en los barrios.
(9) Ir a un "empalme": el que tiene un plan social, si consigue trabajo, arranca con ambas cosas, pero luego va saliendo del plan en 2 años.
(10) La inclusión de los jóvenes es la prioridad, por eso vamos a ir a fondo para que esta iniciativa tenga consenso y se transforme en ley.
(1) Desde
(2) Como Presidente de
(3) Crear una red de 20.000 tutores (una maestra, cura, pastor, técnico de club de barrio) que tenga el objetivo de acompañar a los jóvenes.
(4) Crear el Derecho al Primer Empleo, con incentivo fiscal a las empresas que incorporen jóvenes.
(5) Ir al "sistema dual" que le permite a un joven cursar los últimos años de la escuela secundaria y, a la vez, trabajar en una fábrica.
(6) Descentralizar recursos a municipios y organizaciones sociales para encarar escuelas de oficios que se vinculen con cada realidad local.
(7) Masificar el microcrédito para que los jóvenes accedan a crédito a tasas subsidiadas que les permita comprar herramientas y máquinas.
(8) Crear una Unidad Especial (fuera del esquema actual de seguridad) para combatir la venta de droga en los barrios.
(9) Ir a un "empalme": el que tiene un plan social, si consigue trabajo, arranca con ambas cosas, pero luego va saliendo del plan en 2 años.
(10) La inclusión de los jóvenes es la prioridad, por eso vamos a ir a fondo para que esta iniciativa tenga consenso y se transforme en ley.
miércoles, 20 de marzo de 2013
Daniel Arroyo en Chaco
Daniel Arroyo se encontrará el 21 de marzo en la provincia de Chaco dictando "Economía Social: Planificación, gestión y evaluación de proyectos". Dicho curso está organizado por la Escuela de Gobierno de Chaco.
martes, 19 de marzo de 2013
Foro por la Justicia y los Derechos Humanos
Hoy, a partir de las 17 hs, Daniel Arroyo se encontrará exponiendo en el panel "¿Por qué hemos sido tan ineficaces en la erradicación de la corrupción?" en el marco del Foro por la Justicia y los Derechos Humanos. Dicho Foro girará en torno a las cuestiones de cómo generar mayor compromiso político y social por la Transparencia. El evento se llevará a cabo en el Sala 1 del Anexo de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
lunes, 18 de marzo de 2013
Daniel Arroyo en Radio File
Daniel Arroyo fue entrevistado en el espacio "La Argentina Social" de Radio File en donde se analizan diversos temas sociales. En esta oportunidad habló de la educación en la Argentina. Para escuchar el audio haga click en el siguiente enlace: http://tinyurl.com/bjuzdft
jueves, 14 de marzo de 2013
Entrevista en "Debate Industrial"
El domingo a las 23,30 hs Daniel Arroyo estará en el programa "Debate industrial" que se emite por Canal Metro y es conducido por Néstor Sclauzero
I Congreso sobre Trata y Crimen Organizado
El día 5 de abril, Daniel Arroyo se encontrará exponiendo en el panel "Sociedad civil y crimen organizado" en el marco de la III jornada del I Congreso sobre Trata y Crimen Organizado en donde se tratarán temas tales como el narcotráfico en los grandes centros urbanos, la trata de personas, el cambio cultural y la prevención en cuanto a políticas públicas sobre estos temas. Dicho encuentro está organizado por La Alameda y se realizará en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Piedras 574, a partir de las 10 hs.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Seminario "Visiones del Conurbano Bonaerense"
El día martes 19 de marzo Daniel Arroyo se encontrará exponiendo en el Seminario "Visiones del Conurbano Bonaerense: seguridad ciudadana, clientelismo y deuda social" en la Ciudad de Buenos Aires. Dicho encuentro se llevará a cabo en la Universidad de San Andrés a partir de las 9 hs.
martes, 12 de marzo de 2013
Daniel Arroyo en Chaco
Daniel Arroyo se encontrará el 21 de marzo en la provincia de Chaco dictando "Economía Social: Planificación, gestión y evaluación de proyectos". Dicho curso está organizado por la Escuela de Gobierno de Chaco.
lunes, 11 de marzo de 2013
Daniel Arroyo en Santiago del Estero
Los días 12 y 13 de marzo Daniel Arroyo se encontrará en Santiago del Estero brindando un Taller de Planificación para la elaboración de planes de trabajo territorial en dicha provincia. El taller está organizado por la Subsecretaría de Desarrollo Rural - Delegación Santiago del Estero.
viernes, 8 de marzo de 2013
Fondo Federal de Desarrollo Joven
El día 25 de octubre de 2012 se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires la presentación del libro "Prioridades para el desarrollo social, político y económico de los jóvenes". A continuación, el mensaje de Daniel Arroyo sobre la importancia del Fondo Federal de Desarrollo Joven "Educación + Trabajo"
jueves, 7 de marzo de 2013
Daniel Arroyo en Radio File
Daniel Arroyo fue entrevistado en Radio File en el espacio Argentina Social, en donde analizó diversos temas sociales actuales de Argentina. Para escuchar el audio haga click en el siguiente enlace http://tinyurl.com/bjuzdft
Daniel Arroyo en Chile
Daniel Arroyo se encontrará el día 8 de marzo en la ciudad de Santiago de Chile en el marco del "Seminario de Liderazo para el Cambio - La democracia que queremos", en donde expondrá sobre Nuevas políticas sociales inclusivas y desarrollo local para la democratización de la región. Dicho seminario está organizado por Porticus, CELAH y Claritas.
miércoles, 6 de marzo de 2013
Daniel Arroyo en FM Signos
Daniel Arroyo fue entrevistado por Daniel Szurek en el programa El
Ateneo que se emite por FM Signos 92.5 acerca de la situación de los jóvenes en
Argentina.
Para escuchar el audio de la entrevista haga click en el siguiente enlace http://tinyurl.com/dxu6spy
Daniel Arroyo: "Los jóvenes son el futuro mientras tengan presente"
(Nota publicada en Diario Junín el 05/03/13)
El ex Ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Arroyo, mantuvo una segunda reunión con un equipo interdisciplinario del Gobierno Local en donde se trató la problemática de los jóvenes en nuestra ciudad.
Al ser consultado por su trabajo en la ciudad, Daniel Arroyo expresó que "estoy muy contento de poder colaborar en Junín, hemos planteado con el Intendente Mario Meoni el poder desarrollar un programa que apunte a dar oportunidades a los jóvenes. Argentina tiene un serio problema que es que hay un total de 900 mil jóvenes de 16 a 24 años que no estudian ni trabajan. Ese problema se repite en cada lugar y lo que empezamos a hacer en Junín es un trabajo para elaborar un plan y dar oportunidades a los jóvenes, no solo para los que están en situación de pobreza o para los que han cometido delitos sino para muchos de los jóvenes que terminan la escuela secundaria y no saben para donde ir o tienen un proyecto y no saben por donde emprenderlo o que tienen ideas y quieren trabajar con otros. La idea es generar un programa, una línea de trabajo que fortalezca y ofrezca oportunidades para los jóvenes en Junín. Con esto arrancamos la semana pasada, elaborando un primer diagnóstico, vamos a tener durante marzo y abril una etapa de elaboración de diagnóstico de la situación viendo que se está haciendo. Hay mucho que se hace en Junín, muchas acciones desde la Municipalidad, desde organizaciones sociales y desde el sistema educativo. La intención es que a partir del mes de mayo se ponga en marcha un programa que oriente a darle oportunidades a los jóvenes tanto para que vuelvan a la escuela, al trabajo o a actividades productivas".
"Yo creo en la gestión asociada, es decir, en generar espacios para trabajar en conjunto entre el Estado, las organizaciones sociales y el sector privado en lo que tiene que ver con responsabilidad social empresaria. Cuando uno encara una política articulada, eso tiene sustentabilidad en el tiempo. Los jóvenes son el futuro mientras tengan presente y para tenerlo tiene que haber acciones, políticas y no sueltas sino en coordinación. Esto permitirá que si funciona bien dentro de 5 años haya una política sostenida", agregó haciendo referencia al rol del estado, las instituciones sociales y las empresas privadas en este tipo de trabajos.
El ex Ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Arroyo, mantuvo una segunda reunión con un equipo interdisciplinario del Gobierno Local en donde se trató la problemática de los jóvenes en nuestra ciudad.
El Gobierno Local está manteniendo una serie de reuniones con el ex Ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Arroyo, con el objetivo de en una primera etapa diagnosticar la situación de los jóvenes y sus problemáticas en nuestra ciudad para luego poder armar un programa de gran alcance que permita darle oportunidades a los jóvenes. De la misma participaron diferentes miembros del Gobierno Local estando todas las áreas representadas.
Al ser consultado por su trabajo en la ciudad, Daniel Arroyo expresó que "estoy muy contento de poder colaborar en Junín, hemos planteado con el Intendente Mario Meoni el poder desarrollar un programa que apunte a dar oportunidades a los jóvenes. Argentina tiene un serio problema que es que hay un total de 900 mil jóvenes de 16 a 24 años que no estudian ni trabajan. Ese problema se repite en cada lugar y lo que empezamos a hacer en Junín es un trabajo para elaborar un plan y dar oportunidades a los jóvenes, no solo para los que están en situación de pobreza o para los que han cometido delitos sino para muchos de los jóvenes que terminan la escuela secundaria y no saben para donde ir o tienen un proyecto y no saben por donde emprenderlo o que tienen ideas y quieren trabajar con otros. La idea es generar un programa, una línea de trabajo que fortalezca y ofrezca oportunidades para los jóvenes en Junín. Con esto arrancamos la semana pasada, elaborando un primer diagnóstico, vamos a tener durante marzo y abril una etapa de elaboración de diagnóstico de la situación viendo que se está haciendo. Hay mucho que se hace en Junín, muchas acciones desde la Municipalidad, desde organizaciones sociales y desde el sistema educativo. La intención es que a partir del mes de mayo se ponga en marcha un programa que oriente a darle oportunidades a los jóvenes tanto para que vuelvan a la escuela, al trabajo o a actividades productivas".
Luego explicó la diferencia de trabajar con un centro urbano o con un municipio más chico como lo es nuestra ciudad: "está claro que en la Provincia de Buenos Aires y el conurbano bonaerense hay 11 millones de personas y la problemática de los jóvenes es la más crítica. En los centros urbanos se cruzan no solo el problema de los jóvenes sino también la precariedad laboral, la violencia y otras cuestiones más. En el interior es más sencillo, no hay tantas situaciones críticas de tanta gente pero sí los jóvenes sienten que no tienen oportunidades, que no tienen a donde ir, a veces son estigmatizados entre ellos mismos, en otros casos les falta ocupación o quien los pueda acompañar. Creo en ese sentido que es más acotado en la cantidad de jóvenes pero requiere un esfuerzo importante".
"Yo creo en la gestión asociada, es decir, en generar espacios para trabajar en conjunto entre el Estado, las organizaciones sociales y el sector privado en lo que tiene que ver con responsabilidad social empresaria. Cuando uno encara una política articulada, eso tiene sustentabilidad en el tiempo. Los jóvenes son el futuro mientras tengan presente y para tenerlo tiene que haber acciones, políticas y no sueltas sino en coordinación. Esto permitirá que si funciona bien dentro de 5 años haya una política sostenida", agregó haciendo referencia al rol del estado, las instituciones sociales y las empresas privadas en este tipo de trabajos.
Por último, haciendo referencia al trabajo que se venía realizando en esta línea en Junín, Arroyo explicó que "en Junín hay muchas líneas de trabajo y de acción y están muy articulados entre las diferentes áreas de gobierno. En casi todos los municipios sucede que hay programas sueltos, pocos conectados, a diferencia de Juín que hay mucho trabajo y mucha articulación. A su vez están todos muy preocupados por el tema, sienten que uno de los temas centrales es la inclusión y darles posibilidades a los jóvenes. También todos plantean la necesidad de una política con mayor escala, que tenga mayor impacto en cuanto a cantidad de jóvenes. Mi impresión es que la municipalidad viene trabajando bien, esta haciendo muchas cosas importantes en el área de jóvenes y lo que yo trato de hacer simplemente, después dehaber recorrido el país, de conocer bastante, es ayudar a elaborar un programa que tome mucho de lo que se está haciendo y elabore varias líneas de trabajo".
lunes, 4 de marzo de 2013
La inclusión de los jóvenes es la prioridad
Por Daniel Arroyo
En los últimos años, una parte de los adolescentes
en nuestro país ha recuperado su vínculo con la política y la idea de que a
través de la participación se construye futuro, pero la mayoría de los jóvenes
se encuentra aún desenganchado de lo público con la idea de que uno tiene que
arreglarse como puede y sin la expectativa de que la participación construye
futuro. Las representaciones no pasan
tanto por las instituciones (escuela, organizaciones sociales o partidos
políticos) sino por referencias individuales: tal maestra que es alguien
“piola” para conversar, un pibe de la esquina que tiene legitimidad, un cura,
algún técnico del club de barrio, etc.
De todos modos, pueden verse cuatro
situaciones diferentes entre los adolescentes, los que ni trabajan ni estudian,
los que trabajan, los que trabajan y estudian y los que sólo estudian. Más allá
de las diversas situaciones sociales, la mayor parte de los jóvenes tiene poca
expectativa sobre las instituciones, la idea de que lo aprenden en la escuela
no se vincula mucho con el mundo laboral y sí creen, como se ha dicho, en referentes
específicos. Allí hay que buscar a los
“tutores” que ayuden a los adolescentes a recuperar sus vínculos..
También es necesario distinguir la
situación de los jóvenes de los grandes centros urbanos de los que viven en el
interior del país. En los grandes centros urbanos se vinculan diversas
cuestiones que cruzan trabajo precario, violencia y falta de oportunidades. En las localidades más pequeñas el problema
central de los jóvenes es la falta de oportunidades y la necesidad de migrar de
sus lugares para acceder a mejores servicios y más oferta laboral. Una
situación adicional que complica claramente es que la mitad de los jóvenes
desocupados tienen secundario completo y la mitad no. Con lo cual no queda
claro que el mecanismo de ascenso social pase por la escuela y si el chico que
consigue un trabajo precario cuando vuelve al barrio gana menos que el que vende
droga o que el que está asociado a la política, se complica aún más la idea de
que el ascenso social pasa por la escuela.
El debate sobre el número de jóvenes que
no estudian, no trabajan o lo hacen en forma precaria (1,5 millones, 900 mil o
400 mil) no debe hacernos perder de vista el punto central: la inclusión de los
jóvenes es nuestro desafío más importante.
Aquí sí se trata de jóvenes 16 a 24 años que están sin
hacer nada o que entran y salen del trabajo y de la escuela con frecuencia. No tienen problemas con la tarea sino con la
rutina del trabajo. Lo difícil no es entender qué hacer, sino ir a
trabajar todos los días ocho horas, en parte porque muchos no han visto
trabajar ni a sus padres ni a sus abuelos.
La misma situación se da en la escuela,
en donde el desafío es sostenerse, evitar el desenganche y la abulia. Por eso es necesaria una reforma que revise
los objetivos de la escuela secundaria y los vincule con los sectores
productivos y los intereses de jóvenes que incorporan muy rápido las nuevas
tecnologías.
El hacinamiento y las adicciones aumentan
los problemas: un ciclo frecuente en los grandes centros urbanos es el de un
chico que estando hacinado en su casa se va a la esquina porque hay más lugar y
mejores condiciones, ahí empieza a consumir porque todos lo hacen y luego se
endeuda. Y allí es cuando se le acerca alguien a ofrecerle cualquier alternativa.
Esta es una realidad de la que muchos son víctimas y se completa con una
creciente estigmatización que los identifica como culpables de la inseguridad.
El Estado da respuestas con acciones significativas
como la
Asignación Universal por Hijo y los Programas Más y Mejor
Trabajo y Conectar Igualdad. El sector
privado financia más de 10 mil becas educativas este año y las organizaciones
sociales han extendido redes de acompañamiento escolar y capacitación laboral.
Sin embargo, el problema es de una escala
mayor. Se requieren nuevos instrumentos,
muchos recursos, articulación de acciones y una política de Estado. De allí la necesidad de avanzar en algunas
líneas:
Fondo de
Inclusión Joven: se
podría crear un fondo con recursos estatales y aportes privados para concentrar
allí el financiamiento tanto de proyectos productivos, culturales y de
servicios como educativos y de apoyo a organizaciones sociales que trabajen con
jóvenes. Se trata de contar con recursos
económicos concentrados y de escala para atender al grupo social más crítico.
Red de tutores: es clave generar una red de tutores con personas
que tengan legitimidad, una maestra que tiene buena llegada, algún pibe de la
esquina, un referente barrial o religioso. Se trata de potenciar una red de
tutores creíbles a los que los jóvenes sientan que no deben fallarles y que los
ayuden a sostenerse en lo laboral o en la escuela. La clave es acompañar
y generar espacios de capacitación y entrenamiento en función de sus perfiles y
preferencias.
Derecho al
primer empleo: una
política central es promover el derecho al primer empleo a través de exenciones
impositivas a las actividades productivas que incorporen masivamente a jóvenes. Debería ser un derecho que actúe como una política
laboral permanente de estímulo fiscal a las empresas que contraten formalmente
a jóvenes.
Masificación
del microcrédito: los jóvenes no acceden al crédito bancario por
falta de garantías. La masificación de los sistemas de créditos con montos
pequeños favorecería la vocación
emprendedora y el desarrollo de innovaciones productivas. El desafío es llegar con tasas de interés
subsidiadas para jóvenes que tengan buenos proyectos, apostar a la calidad de sus
ideas.
Escuelas de
oficios locales: es
necesario trabajar paralelamente los problemas de oferta y de demanda. La conformación de
escuelas de oficios es una alternativa importante para la inserción de muchos
jóvenes en la economía social ya que se trata de una formación dinámica,
flexible y, sobre todo, vinculada a la producción local.
La idea de que los adolescentes y los jóvenes
son el futuro es buena si logramos que tengan presente. Desarrollar acciones
que realmente impacten sobre sus vidas cotidianas, recuperen el sentido del
esfuerzo y la búsqueda del progreso, es la prioridad que nos permitirá
construir la Argentina del mañana.
[1] Presidente de Poder
Ciudadano. Ex Secretario de
Políticas Sociales de la Nación y ex Ministro de Desarrollo Social de la
Provincia de Buenos Aires. Autor del libro “Las Cuatro Argentinas”.
Daniel Arroyo en Radio El Mundo
En el día de hoy, Daniel Arroyo fue entrevistado por Pablo Wende en su programa "Pablo y a la bolsa" que se emite por AM 1070 Radio El Mundo. La entrevista giró en torno a la situación social en Argentina.
sábado, 2 de marzo de 2013
Daniel Arroyo en Le Monde Diplomatique
"La pertinaz pobreza"
(Artículo publicado en Le Monde Diplomatique en septiembre de 2012)
La pertinaz pobreza
Por Daniel Arroyo
En la última década se produjeron mejoras importantes y una significativa reducción de la pobreza en casi todos los países de América latina. Con características diversas, en Argentina, Chile, Brasil, Uruguay o Venezuela el presupuesto destinado a política social aumentó, al tiempo que esta cuestión se transformaba en un tema de agenda pública como no lo había sido en las décadas anteriores.
Esto se explica en parte por los resultados de la década de 1990: en 2001, tras el estallido de la convertibilidad, Argentina registraba un 57% de pobreza, un 28% de desocupación y un 60% de informalidad económica. Fue, más allá de cualquier análisis posible, una década perdida desde el punto de vista social. La última década, en cambio, ha sido una década ganada, tanto en Argentina como en América Latina.
Sin embargo, muchos problemas sociales están lejos de haberse revertido. Para comprenderlo es importante analizar cómo ha ido evolucionando la política social en Argentina y cuál es la agenda de problemas que deben ser resueltos si efectivamente queremos dar vuelta una estructura que sigue siendo muy desigual.Tres etapas
Desde la asunción de Néstor Kirchner en mayo de 2003 hasta la actualidad, la política social se puede analizar en tres etapas diferenciadas. La primera etapa, que se extiende del 2003 al 2009, está marcada por el contexto de crisis, y se estructura en tres ejes. Desde el punto de vista alimentario, el objetivo fue fortalecer tanto la asistencia alimentaria como la comensalidad en el hogar. Se apuntaba a salir paulatinamente del esquema de comedores y promover que la gente vuelva a comer en la casa. También buscaba transferir recursos a las provincias y a los municipios para que pudieran definir su política alimentaria. Este objetivo absorbió la mayor parte del presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social.
En el ámbito productivo, la idea era que muchos ciudadanos no lograban conseguir trabajo por sí mismos y que, por lo tanto, el Estado tenía que incidir de algún modo en la formación laboral y el financiamiento del sector informal. Bajo esta premisa, se lanzaron planes de capacitación laboral y se promovieron la empleabilidad y el emprendedorismo, financiando máquinas, herramientas, insumos y bienes de capital por medio del plan Manos a la Obra.
Por último, se implementaron transferencias de dinero condicionadas, es decir programas que otorgan dinero a las personas a cambio de determinadas condiciones (trabajar un cierto número de horas o presentar certificados de escolaridad y vacunación de los hijos). El primer plan –Jefas y Jefes de Hogar– lanzado durante el gobierno de Eduardo Duhalde, llegó a cubrir, en mayo de 2002, a 2.200.000 personas, y luego se complementó con el Plan Familias, que diferenció los importes en función del número de hijos. La idea clave acá era que la pobreza tiene un claro componente en la falta de ingresos y que el Estado debe capitalizar a los sectores más pobres.
Esta primera etapa de política social se diseñó con el objetivo de salir de los programas focalizados de la década anterior buscando la masividad. El concepto clave aquí es que la pobreza es un tema de mayorías y que el Estado tiene que asistir en lo más básico: ayudar a ingresar al mercado laboral y generar una base económica para los más pobres. Esto implicó una mejora respecto del período anterior, al incorporar también la ampliación de la cobertura jubilatoria; pero no terminó de definir un cambio estructural.
La segunda etapa está decididamente marcada por la puesta en marcha, en diciembre de 2009, de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Se trata de la inversión social más grande, en términos relativos, de América Latina, pero también supone un cambio conceptual: es el primer modelo de política social que busca equiparar los derechos de los hijos de los trabajadores formales con los de los informales, apuntando a que el salario familiar se transforme en un derecho que les corresponda a todos los niños más allá de la posición laboral que ocupan sus padres. Hoy están cubiertos 3.600.000 chicos, lo que representa una transferencia anual de casi 12 mil millones de pesos.
Con un efecto redistributivo innegable, la AUH está orientada a la inclusión en términos educativos y de salud. Y también genera un efecto económico en el consumo local, porque una persona que cobra 270 pesos por mes por hijo compra en el almacén de la esquina, en el comercio cercano y con ello ayuda a dinamizar la economía local. Así, se vinculan positivamente dos objetivos: se eleva la línea de ciudadanía (en el sentido de que gran parte de la población arranca en un piso más alto en el nivel de ingresos) y se fomenta el consumo.
Además de la AUH, en esta etapa, que se desarrolla luego de la crisis económica 2008-2009, se puso en marcha el programa Argentina Trabaja, que busca conformar cooperativas para personas desocupadas y que amplió su cobertura hasta llegar a casi 200.000 personas.
A diferencia de la etapa anterior, aquí sí se produjo un giro conceptual en la política social en la medida en que se universalizó una base de ingreso a través de la AUH. Aunque quedan varias cuestiones pendientes, como la extensión de la AUH a los sectores excluidos y la sanción de una ley que la consolide, sin dudas se ha creado un nuevo derecho para las familias pobres con hijos menores.
La tercera etapa, aún difusa, se desarrolló a partir de un conjunto de acciones que se consolidaron en los últimos años: la construcción de una gran red de atención social por parte del Ministerio de Desarrollo Social, la ampliación de las pensiones no contributivas, el crecimiento de los programas para inserción de jóvenes en el Ministerio de Trabajo (lo más novedoso de todo) y la inclusión digital de los estudiantes secundarios a través del Ministerio de Educación. En esta etapa, en consonancia con acciones en otras áreas de gobierno, el foco se pone en la gestión de programas relacionados con la inclusión de los jóvenes.
En primer lugar, el sector de pobreza estructural. Concentrado en los grandes centros urbanos –y, especialmente, en el Noroeste y Noreste y en el conurbano bonaerense–, se trata de un sector que no cubre las necesidades mínimas, que transmite inter-generacionalmente la pobreza y que no está incorporado al mundo del trabajo, aunque es sujeto de gran parte de las políticas sociales antes descriptas y de las mejoras parciales en la infraestructura básica logradas en los últimos años. En comparación con los años 90, el tamaño de este sector se ha reducido. Sin embargo, arrastra las mismas dificultades: el trabajo y la educación no funcionan como vías para generar una movilidad social ascendente que garantice la inclusión en el mundo del trabajo.
El segundo ámbito es el de los sectores vulnerables vinculados al trabajo informal, sea por trabajo no registrado o –como sucede en la mayoría de los casos– por desarrollar actividades cuentrapropistas (gasistas, plomeros, carpinteros, etc.). Se trata de un sector vulnerable que se auto-sostiene económicamente, sin asistencia estatal directa aunque, en ocasiones, pueda ser beneficiario de la AUH. Lo que marca su modo de vida es la precariedad y la falta de previsibilidad. Un docente, por ejemplo, conoce su ingreso mensual y puede proyectar sus vacaciones o sus ahorros. Es decir, tiene un horizonte de futuro bastante claro. Los sectores vulnerables, en cambio, carecen de esta posibilidad. Pueden ganar más o menos, pero sufren esta falta de previsibilidad, principal motivo de sus preocupaciones cotidianas. Suelen pagar más impuestos y muchas veces tienden a percibir al Estado como generador de políticas destinadas al sector de pobreza estructural, de las cuales se sienten excluidos. A diferencia de los grupos más pobres, este sector no atraviesa un proceso de movilidad ascendente.
El tercer grupo, la clase media, se ha reconstruido en los últimos años, vinculada al Estado y al mercado interno. Los docentes, los trabajadores estatales, los empleados del sector privado recuperan ciertos niveles de integración y alcanzan una menor precariedad.
Por último, la clase alta continúa con sus intereses productivos diversificados en un marco en el que la concentración económica continúa siendo determinante.Cuestiones a resolver
En definitiva, se puede decir que Argentina se encuentra frente a una nueva estructura social. Ha resuelto problemas importantes originados o consolidados en la década de 1990 y ya no registra una movilidad social descendente generalizada. Sin embargo, aún no ha logrado rehacer la idea del camino ascendente por medio de la educación. Se trata de un problema serio en la medida en que se consolida un contexto de mejora económica en el que, sin embargo, no se logra visualizar cuál es el trayecto que se debe seguir para que a los hijos les vaya mejor que a los padres.
En este marco general, los aspectos pendientes en materia de política social son importantes.
La política alimentaria, por ejemplo, enfrenta el desafío de mejorar la calidad nutricional. Argentina cuenta con un alto nivel de cobertura pero tiene un problema de calidad.
El segundo gran tema tiene que ver con el mundo de la empleabilidad y el emprendedorismo, es decir, el trabajo y la producción. Como señalamos, se han producido avances con programas como “Más y mejor trabajo”, con la capacitación de desempleados y con el rol del Estado en la discusión con sindicatos y empresarios en temas como el salario mínimo. Sin embargo, el Estado debe mejorar el acompañamiento a los ciudadanos que buscan trabajo; es decir, operar como agencia de empleo. Aunque se mejoró la capacitación laboral y se crearon incentivos a las empresas, no se ha avanzado tanto en la intermediación activa, en la búsqueda de vínculos entre los que buscan y los que ofrecen empleo. Parte de esta tarea la realiza el propio sector privado, las consultoras y agencias de colocación de personal.
El otro desafío en el mundo del trabajo es el los microcréditos y los emprendimientos de aquellas personas que buscan generar su propia actividad productiva. Un avance claro fue la Ley de Microcréditos. Sin embargo, es importante masificar el crédito a tasa baja para los sectores más pobres, generar mecanismos rápidos y lograr sistemas de entrada más simples para transferir dinero a quienes, por ejemplo, necesitan comprar máquinas o herramientas.
El tercer eje es el previsional. Se ha avanzado en la equiparación de derechos entre el sistema de trabajo formal y el informal. Hubo grandes cambios con las pensiones no contributivas, los mayores de 70 años, los niños con discapacidad; también con las pensiones anticipadas. Las transformaciones achataron la pirámide (hoy hay más personas que cobran la mínima) y se ha incorporado a millones de jubilados. De esta manera, se constituye un sistema que se acerca a la universalidad, equiparando derechos en el corto y mediano plazo. Sin embargo, queda pendiente el desafío de dotar de sustentabilidad a este esquema.
Por último, el desafío de mayor relevancia está vinculado con los adolescentes y los jóvenes, comenzando por la situación de las 900.000 personas de 16 a 24 años que no estudian ni trabajan. La transformación de esta realidad es clave no sólo para cumplir con sus derechos sino también para definir el país de los próximos 20 años. Si miramos de cerca el problema de la inclusión en el sistema laboral, advertimos una situación compleja de modificar por su raíz cultural: muchas veces los jóvenes no tienen problemas para aprender la tarea en sí misma sino para aceptar la rutina del mundo del trabajo, es decir, la continuidad de la tarea en el tiempo. No se trata de aprender cómo hacer un trabajo sino de ir a trabajar todos los días. Para entender esta realidad es necesario recordar que muchos de estos jóvenes no han visto a sus padres o madres –y en algunos casos tampoco a sus abuelos– trabajar todos los días, dado el proceso de aumento del desempleo, precarización y exclusión generado desde los años 70. En el mismo sentido es necesaria una reforma del sistema educativo que revise los objetivos de la escuela secundaria y el nivel terciario y los ponga en línea con los sectores productivos estratégicos.
Luego de la crisis de 2001, Argentina ha atravesado una década de crecimiento económico con tasas cercanas al 8% anual. Sin embargo, esta situación no impactó en todos los argentinos de la misma manera y continuamos con una estructura social muy desigual: la diferencia de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre es hoy de 22 a 1.
Sin embargo, muchos problemas sociales están lejos de haberse revertido. Para comprenderlo es importante analizar cómo ha ido evolucionando la política social en Argentina y cuál es la agenda de problemas que deben ser resueltos si efectivamente queremos dar vuelta una estructura que sigue siendo muy desigual.Tres etapas
Desde la asunción de Néstor Kirchner en mayo de 2003 hasta la actualidad, la política social se puede analizar en tres etapas diferenciadas. La primera etapa, que se extiende del 2003 al 2009, está marcada por el contexto de crisis, y se estructura en tres ejes. Desde el punto de vista alimentario, el objetivo fue fortalecer tanto la asistencia alimentaria como la comensalidad en el hogar. Se apuntaba a salir paulatinamente del esquema de comedores y promover que la gente vuelva a comer en la casa. También buscaba transferir recursos a las provincias y a los municipios para que pudieran definir su política alimentaria. Este objetivo absorbió la mayor parte del presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social.
En el ámbito productivo, la idea era que muchos ciudadanos no lograban conseguir trabajo por sí mismos y que, por lo tanto, el Estado tenía que incidir de algún modo en la formación laboral y el financiamiento del sector informal. Bajo esta premisa, se lanzaron planes de capacitación laboral y se promovieron la empleabilidad y el emprendedorismo, financiando máquinas, herramientas, insumos y bienes de capital por medio del plan Manos a la Obra.
Por último, se implementaron transferencias de dinero condicionadas, es decir programas que otorgan dinero a las personas a cambio de determinadas condiciones (trabajar un cierto número de horas o presentar certificados de escolaridad y vacunación de los hijos). El primer plan –Jefas y Jefes de Hogar– lanzado durante el gobierno de Eduardo Duhalde, llegó a cubrir, en mayo de 2002, a 2.200.000 personas, y luego se complementó con el Plan Familias, que diferenció los importes en función del número de hijos. La idea clave acá era que la pobreza tiene un claro componente en la falta de ingresos y que el Estado debe capitalizar a los sectores más pobres.
Esta primera etapa de política social se diseñó con el objetivo de salir de los programas focalizados de la década anterior buscando la masividad. El concepto clave aquí es que la pobreza es un tema de mayorías y que el Estado tiene que asistir en lo más básico: ayudar a ingresar al mercado laboral y generar una base económica para los más pobres. Esto implicó una mejora respecto del período anterior, al incorporar también la ampliación de la cobertura jubilatoria; pero no terminó de definir un cambio estructural.
La segunda etapa está decididamente marcada por la puesta en marcha, en diciembre de 2009, de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Se trata de la inversión social más grande, en términos relativos, de América Latina, pero también supone un cambio conceptual: es el primer modelo de política social que busca equiparar los derechos de los hijos de los trabajadores formales con los de los informales, apuntando a que el salario familiar se transforme en un derecho que les corresponda a todos los niños más allá de la posición laboral que ocupan sus padres. Hoy están cubiertos 3.600.000 chicos, lo que representa una transferencia anual de casi 12 mil millones de pesos.
Con un efecto redistributivo innegable, la AUH está orientada a la inclusión en términos educativos y de salud. Y también genera un efecto económico en el consumo local, porque una persona que cobra 270 pesos por mes por hijo compra en el almacén de la esquina, en el comercio cercano y con ello ayuda a dinamizar la economía local. Así, se vinculan positivamente dos objetivos: se eleva la línea de ciudadanía (en el sentido de que gran parte de la población arranca en un piso más alto en el nivel de ingresos) y se fomenta el consumo.
Además de la AUH, en esta etapa, que se desarrolla luego de la crisis económica 2008-2009, se puso en marcha el programa Argentina Trabaja, que busca conformar cooperativas para personas desocupadas y que amplió su cobertura hasta llegar a casi 200.000 personas.
A diferencia de la etapa anterior, aquí sí se produjo un giro conceptual en la política social en la medida en que se universalizó una base de ingreso a través de la AUH. Aunque quedan varias cuestiones pendientes, como la extensión de la AUH a los sectores excluidos y la sanción de una ley que la consolide, sin dudas se ha creado un nuevo derecho para las familias pobres con hijos menores.
La tercera etapa, aún difusa, se desarrolló a partir de un conjunto de acciones que se consolidaron en los últimos años: la construcción de una gran red de atención social por parte del Ministerio de Desarrollo Social, la ampliación de las pensiones no contributivas, el crecimiento de los programas para inserción de jóvenes en el Ministerio de Trabajo (lo más novedoso de todo) y la inclusión digital de los estudiantes secundarios a través del Ministerio de Educación. En esta etapa, en consonancia con acciones en otras áreas de gobierno, el foco se pone en la gestión de programas relacionados con la inclusión de los jóvenes.
La nueva estructura social
Pese a los avances de los últimos años, aún quedan muchas cuestiones pendientes. Antes de analizarlas, sin embargo, es necesario revisar la nueva estructura social que se ha ido conformando en Argentina, sobre la cual deben actuar las políticas sociales.
A diferencia de la sociedad de la década de 1970 (integrada y con movilidad social ascendente) y de 1990 (marcada por el surgimiento de los “nuevos pobres” y la movilidad descendente), la estructura social hoy resulta difícil de caracterizar. Dentro de ella conviven al menos cuatro realidades diferentes.
Pese a los avances de los últimos años, aún quedan muchas cuestiones pendientes. Antes de analizarlas, sin embargo, es necesario revisar la nueva estructura social que se ha ido conformando en Argentina, sobre la cual deben actuar las políticas sociales.
A diferencia de la sociedad de la década de 1970 (integrada y con movilidad social ascendente) y de 1990 (marcada por el surgimiento de los “nuevos pobres” y la movilidad descendente), la estructura social hoy resulta difícil de caracterizar. Dentro de ella conviven al menos cuatro realidades diferentes.
En primer lugar, el sector de pobreza estructural. Concentrado en los grandes centros urbanos –y, especialmente, en el Noroeste y Noreste y en el conurbano bonaerense–, se trata de un sector que no cubre las necesidades mínimas, que transmite inter-generacionalmente la pobreza y que no está incorporado al mundo del trabajo, aunque es sujeto de gran parte de las políticas sociales antes descriptas y de las mejoras parciales en la infraestructura básica logradas en los últimos años. En comparación con los años 90, el tamaño de este sector se ha reducido. Sin embargo, arrastra las mismas dificultades: el trabajo y la educación no funcionan como vías para generar una movilidad social ascendente que garantice la inclusión en el mundo del trabajo.
El segundo ámbito es el de los sectores vulnerables vinculados al trabajo informal, sea por trabajo no registrado o –como sucede en la mayoría de los casos– por desarrollar actividades cuentrapropistas (gasistas, plomeros, carpinteros, etc.). Se trata de un sector vulnerable que se auto-sostiene económicamente, sin asistencia estatal directa aunque, en ocasiones, pueda ser beneficiario de la AUH. Lo que marca su modo de vida es la precariedad y la falta de previsibilidad. Un docente, por ejemplo, conoce su ingreso mensual y puede proyectar sus vacaciones o sus ahorros. Es decir, tiene un horizonte de futuro bastante claro. Los sectores vulnerables, en cambio, carecen de esta posibilidad. Pueden ganar más o menos, pero sufren esta falta de previsibilidad, principal motivo de sus preocupaciones cotidianas. Suelen pagar más impuestos y muchas veces tienden a percibir al Estado como generador de políticas destinadas al sector de pobreza estructural, de las cuales se sienten excluidos. A diferencia de los grupos más pobres, este sector no atraviesa un proceso de movilidad ascendente.
El tercer grupo, la clase media, se ha reconstruido en los últimos años, vinculada al Estado y al mercado interno. Los docentes, los trabajadores estatales, los empleados del sector privado recuperan ciertos niveles de integración y alcanzan una menor precariedad.
Por último, la clase alta continúa con sus intereses productivos diversificados en un marco en el que la concentración económica continúa siendo determinante.Cuestiones a resolver
En definitiva, se puede decir que Argentina se encuentra frente a una nueva estructura social. Ha resuelto problemas importantes originados o consolidados en la década de 1990 y ya no registra una movilidad social descendente generalizada. Sin embargo, aún no ha logrado rehacer la idea del camino ascendente por medio de la educación. Se trata de un problema serio en la medida en que se consolida un contexto de mejora económica en el que, sin embargo, no se logra visualizar cuál es el trayecto que se debe seguir para que a los hijos les vaya mejor que a los padres.
En este marco general, los aspectos pendientes en materia de política social son importantes.
La política alimentaria, por ejemplo, enfrenta el desafío de mejorar la calidad nutricional. Argentina cuenta con un alto nivel de cobertura pero tiene un problema de calidad.
El segundo gran tema tiene que ver con el mundo de la empleabilidad y el emprendedorismo, es decir, el trabajo y la producción. Como señalamos, se han producido avances con programas como “Más y mejor trabajo”, con la capacitación de desempleados y con el rol del Estado en la discusión con sindicatos y empresarios en temas como el salario mínimo. Sin embargo, el Estado debe mejorar el acompañamiento a los ciudadanos que buscan trabajo; es decir, operar como agencia de empleo. Aunque se mejoró la capacitación laboral y se crearon incentivos a las empresas, no se ha avanzado tanto en la intermediación activa, en la búsqueda de vínculos entre los que buscan y los que ofrecen empleo. Parte de esta tarea la realiza el propio sector privado, las consultoras y agencias de colocación de personal.
El otro desafío en el mundo del trabajo es el los microcréditos y los emprendimientos de aquellas personas que buscan generar su propia actividad productiva. Un avance claro fue la Ley de Microcréditos. Sin embargo, es importante masificar el crédito a tasa baja para los sectores más pobres, generar mecanismos rápidos y lograr sistemas de entrada más simples para transferir dinero a quienes, por ejemplo, necesitan comprar máquinas o herramientas.
El tercer eje es el previsional. Se ha avanzado en la equiparación de derechos entre el sistema de trabajo formal y el informal. Hubo grandes cambios con las pensiones no contributivas, los mayores de 70 años, los niños con discapacidad; también con las pensiones anticipadas. Las transformaciones achataron la pirámide (hoy hay más personas que cobran la mínima) y se ha incorporado a millones de jubilados. De esta manera, se constituye un sistema que se acerca a la universalidad, equiparando derechos en el corto y mediano plazo. Sin embargo, queda pendiente el desafío de dotar de sustentabilidad a este esquema.
Por último, el desafío de mayor relevancia está vinculado con los adolescentes y los jóvenes, comenzando por la situación de las 900.000 personas de 16 a 24 años que no estudian ni trabajan. La transformación de esta realidad es clave no sólo para cumplir con sus derechos sino también para definir el país de los próximos 20 años. Si miramos de cerca el problema de la inclusión en el sistema laboral, advertimos una situación compleja de modificar por su raíz cultural: muchas veces los jóvenes no tienen problemas para aprender la tarea en sí misma sino para aceptar la rutina del mundo del trabajo, es decir, la continuidad de la tarea en el tiempo. No se trata de aprender cómo hacer un trabajo sino de ir a trabajar todos los días. Para entender esta realidad es necesario recordar que muchos de estos jóvenes no han visto a sus padres o madres –y en algunos casos tampoco a sus abuelos– trabajar todos los días, dado el proceso de aumento del desempleo, precarización y exclusión generado desde los años 70. En el mismo sentido es necesaria una reforma del sistema educativo que revise los objetivos de la escuela secundaria y el nivel terciario y los ponga en línea con los sectores productivos estratégicos.
Luego de la crisis de 2001, Argentina ha atravesado una década de crecimiento económico con tasas cercanas al 8% anual. Sin embargo, esta situación no impactó en todos los argentinos de la misma manera y continuamos con una estructura social muy desigual: la diferencia de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre es hoy de 22 a 1.
Los desafíos
Como hemos señalado, en los últimos tiempos el Estado puso en marcha políticas sociales con una orientación más amplia. Sin embargo, quedan pendientes una serie de desafíos: resolver el problema de la pobreza estructural, logrando que todos los habitantes alcancen un piso material y de servicios básicos; mejorar la distribución territorial del país atacando los desequilibrios entre regiones con objetivos específicos para cada una (los problemas de la Patagonia no son los mismos que los del Noreste o el conurbano); atender el trabajo informal (ya que, si continuamos con un mercado de trabajo de dos velocidades, formal e informal, va a ser difícil achicar las brechas sociales); mejorar la escuela secundaria y la calidad educativa en general, cerrando la brecha entre los establecimientos públicos y los privados; reestructurar el sistema de salud, y, finalmente, desplegar acciones focalizadas en los ejes menos visibles y más vulnerables (comunidades aborígenes, personas con discapacidad, violencia de género y trata de personas)".
Como hemos señalado, en los últimos tiempos el Estado puso en marcha políticas sociales con una orientación más amplia. Sin embargo, quedan pendientes una serie de desafíos: resolver el problema de la pobreza estructural, logrando que todos los habitantes alcancen un piso material y de servicios básicos; mejorar la distribución territorial del país atacando los desequilibrios entre regiones con objetivos específicos para cada una (los problemas de la Patagonia no son los mismos que los del Noreste o el conurbano); atender el trabajo informal (ya que, si continuamos con un mercado de trabajo de dos velocidades, formal e informal, va a ser difícil achicar las brechas sociales); mejorar la escuela secundaria y la calidad educativa en general, cerrando la brecha entre los establecimientos públicos y los privados; reestructurar el sistema de salud, y, finalmente, desplegar acciones focalizadas en los ejes menos visibles y más vulnerables (comunidades aborígenes, personas con discapacidad, violencia de género y trata de personas)".
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