El día 3 de julio a las 20,30 hs Daniel Arroyo estará participando de la Cena Anual de la Fundación Tzedaká. El evento se realiza todos los años para difundir la labor de la fundación en la lucha contra la pobreza.
Falta Trabajo Decente
Por Daniel Arroyo *
Si hay algo que ha cambiado, que es difícil de entender y que necesita ser evaluado desde distintas dimensiones en Argentina es la situación del mercado de trabajo. No hay un único mercado de trabajo ni un solo tipo de trabajador en el país sino que hay situaciones diferentes, distintas y complejas.
Hoy tenemos cinco realidades distintas. Una primera realidad la conforman las personas que tienen trabajo formal con continuidad: el empleado del Estado o del sector privado va todos los días a trabajar, tiene recibo de sueldo, obra social, vacaciones pagas, un sindicato que lo defienda y salario familiar. Los que tienen trabajo formal en la Argentina están mejor que el resto. Tienen dificultades cuando tienen que pagar el impuesto a las ganancias, tienen dificultades para sostenerse con los niveles actuales de inflación, pero tienen algo diferente de todo el resto y es que pueden planificar. Del conjunto de los trabajadores del país, el 50% tiene trabajo formal con continuidad.
Una segunda situación es la de quienes están en una zona semiformal: trabajan como contratados en el Estado o en el sector privado, pero sobre todo en el Estado. Facturan todos los meses, están formalizados en términos de la AFIP pero no tienen todos los beneficios del trabajo formal con continuidad. No tienen salario familiar, algunos no cobran aguinaldo y muchas veces lo que no tienen es continuidad en el trabajo. Son trabajadores sin estabilidad. Este grupo representa un 15% de la población que trabaja en Argentina.
Hay una tercera situación que es el trabajo no registrado: la que vive quien va a trabajar todos los días a un lugar y el empleador no le paga como corresponde ni realiza los aportes patronales. Tiene una relación de dependencia, pero no tiene los beneficios del trabajo formal. Hay una cuarta situación en Argentina que es el cuentapropismo. El gasista, el plomero, el carpintero, el pequeño emprendedor; gente que la lleva como puede, de la manera que puede. En general trabaja de manera informal porque la formalización de su trabajo le impediría tener ganancias. Esta es la situación de 4 millones de personas en Argentina que trabajando no acceden a créditos y tienen dificultades. Entre estas dos últimas situaciones de trabajo no registrado, lo que generalmente llamamos trabajo en negro y el cuentapropismo, representan casi un 33% de la gente que trabaja.
Hay una quinta situación en el mercado del trabajo en Argentina que son los desocupados. Los adultos entre 18 y 60 años que quieren trabajar y no consiguen empleo. Muchas veces no consiguen porque ya son mayores de 45 años, fueron trabajadores industriales y el desarrollo tecnológico ha cambiado el trabajo que realizaban. Otras veces son jóvenes que no entraron en el mercado laboral. La desocupación es un punto clave en Argentina: ha bajado respecto del 2001, está alrededor del 10% de la población y marca la quinta situación del mercado laboral.
Podría agregarse una sexta categoría que no tiene que ver con el mundo del trabajo pero que sí es importante: el mundo de los planes sociales. Las personas que reciben planes sociales y que a partir ellos están en cooperativas o forman parte de esquemas que prestan trabajo. Se trata generalmente de trabajos de cuatro horas relacionados con actividades del Estado, como pequeñas obras públicas o pequeñas obras de infraestructura.
El mercado de trabajo en la Argentina ha cambiado profundamente:no hay uno, sino que hay muchos. No solo hay gente que tiene trabajo formal y gente que tiene trabajo informal, sino que hay realidades distintas: del que tiene trabajo formal con continuidad del que está contratado, del que tiene trabajo no registrado, de aquel que hace por cuenta propia lo que puede, del que está desocupado y aún del que está en un plan social. Esta fragmentación del mundo del trabajo nos obliga a repensar que en los próximos años un desafío clave será poder equilibrar este mercado de trabajo y orientarlo al trabajo formal, que es lo que la OIT llama trabajo decente.
*Presidente de la Red de Prioridades Argentinas y ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación.