viernes, 29 de agosto de 2014

Daniel Arroyo en Salta

El viernes 22 de agosto, Daniel Arroyo estuvo en Salta, donde participó de una charla sobre la situación social en Argentina, organizada por las autoridades del Concejo Deliberante de la ciudad de Salta.


martes, 26 de agosto de 2014

Daniel Arroyo en la primera edición del Ciclo de desayunos empresariales "Argentina en Construcción"

Ayer, Daniel Arroyo participó de la primera edición del Ciclo de desayunos empresariales “Argentina en Construcción” organizado por la Fundación Concordia. Un espacio de debate organizado en cinco desayunos con el objetivo de analizar y discutir sobre puntos troncales de políticas públicas futuras. Esta primer edición del ciclo se centró en el área de política pública de Desarrollo Social, con la presentación de Daniel Arroyo, quien expuso sobre la situación que ofrece la Argentina y los desafíos que presenta para las políticas públicas a futuro.

martes, 19 de agosto de 2014

Hoy Daniel Arroyo en la Universidad Di Tella

Hoy a las 19 hs en la sede del Campus Alcorta de la Universidad Di Tella (Figueroa Alcorta 7350), Daniel Arroyo expondrá en un panel sobre"Escenarios sociales futuros: expectativas, límites y propuestas de cara al 2015".
El panel estará integrado, además, por Carlos Regazzoni, Miguel Braun y Gustavo Marangoni.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Daniel Arroyo en el Diario La Nación

El domingo pasado, el Diario La Nación publicó un artículo donde se toman comentarios de Daniel Arroyo.

Los jóvenes que el Estado ve, pero no mira

Un estudio de Cippec muestra cómo, a pesar de que abundan recursos y programas, la vulnerabilidad de quienes tienen entre 15 y 29 años no cede en el país

Por Raquel San Martín



El Estado nacional tiene en marcha 42 programas distintos destinados a los jóvenes -de Conectar Igualdad a Yo Mamá, de Orquestas Juveniles a Más y Mejor Trabajo, de Becas Bicentenario a la AUH-, las provincias y muchos municipios tienen los propios, y hay 28 proyectos de ley destinados a la población juvenil en estado de tratarse en el Congreso. Sin embargo, la situación de vulnerabilidad de quienes tienen entre 15 y 29 años en la Argentina -un cuarto de la población del país- no cede: el 62% no terminó el secundario, son dos y tres veces más veces víctimas del desempleo y el trabajo precario que los adultos, y crece el embarazo adolescente, a contramano de lo que ocurre en la región.

¿Qué separa a las buenas intenciones políticas de las vidas concretas a las que se dirigen? Un trabajo del Programa de Protección Social de Cippec en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, donde vive el 40% de esta población -que utilizó números de la EPH, análisis de políticas públicas de otros países y entrevistas con actores clave-, hace un retrato sociodemográfico y laboral de los jóvenes y ensaya una respuesta: a pesar de los avances de los últimos años, muchas políticas públicas destinadas a ellos desatienden los verdaderos puntos críticos de la experiencia de ser joven y pobre. Por ejemplo, pasan por alto que el 74% de los jóvenes que no estudian ni trabajan en territorio bonaerense son chicas que están en sus casas cuidando a sus hijos o hermanos, sin redes para mantenerse en la escuela o el trabajo; que la capacitación para el empleo que se recibe recién al final de la secundaria llega tarde; que facilitar el acceso a la primera vivienda -hoy una utopía- es clave; que los jóvenes son mucho más vulnerables que los adultos al empleo precario.

Y, en los peores casos, que buena parte de la sociedad mira a los jóvenes condenados a terminar en el delito y el narcotráfico, incluso los potenciales empleadores y hasta algunos funcionarios que tienen que pensar cómo ayudarlos a salir de la pobreza.

"La imagen de los jóvenes que predomina es la de los «ni-ni», y se piensa primordialmente en que no estudian ni trabajan. Pero lo que está en juego en esta población no es sólo estudiar y trabajar, sino la transición a la vida adulta, una experiencia que tiene hitos importantes: terminar la secundaria, ingresar en el mercado laboral con un empleo decente, salir del hogar familiar de origen, formar una pareja y un hogar propio, y tener el primer hijo", apunta Fabián Repetto, director del Programa de Protección Social de Cippec, a cargo del estudio, que se presentará el miércoles próximo.

Son todas, además, experiencias que se viven relacionadas, y como parte de una familia, y no compartimentadas en áreas -educación, salud, vivienda, trabajo-, tal como se organiza el Estado y plantea sus intervenciones. "Hay que tener una mirada más integral de la problemática de las juventudes, en plural, y pensar políticas públicas también integrales. Justamente el punto crítico es que la Argentina no tiene una política integral de juventud", advierte Repetto, y agrega: "Muchos programas no hacen una política".

Limitar la problemática de los jóvenes más pobres a los "ni-ni" parece, en principio, un error. En la provincia de Buenos Aires, los jóvenes que no estudian ni trabajan son el 15% de ese grupo, al que en realidad mayoritariamente lo afectan la informalidad y la precariedad laboral. Más aún, de los 566.000 jóvenes que no estudian ni trabajan en territorio bonaerense (son 900.000 en todo el país), la mayoría no coincide con el estereotipo de los chicos tomando cerveza en la esquina: por el contrario, el 74% son mujeres, madres (41%) y pobres (62%).

El caso de las chicas que abandonan la escuela y el trabajo, si lo tuvieron, para cuidar a sus hijos, hermanos o familiares mayores va al fondo de lo que los especialistas consideran una necesidad mayor de los jóvenes hoy desatendida: el cuidado, es decir, por ejemplo, una guardería cercana, accesible y confiable, o una escuela con horarios flexibles para las adolescentes mamás. "Es prioritario atender la ausencia de una política pública de cuidado que permita a todas las familias definir si quieren usar el mercado para eso -una guardería privada-, acuerdos intrafamiliares o un servicio público de calidad que no genere asimetrías desde la cuna -dice Repetto-. Esto tiene que estar asociado a intervenciones destinadas a revitalizar el sistema educativo para fomentar retención y terminalidad, y trabajar más articuladamente los vasos comunicantes entre escuela y mundo laboral."

Tener con quién dejar a sus hijos o no estar obligados a hacerse cargo de sus familias, en otras palabras, fomentaría la permanencia en la escuela y en el trabajo.

"La política educativa de los últimos años ha hecho una gran apuesta por la inclusión de los más vulnerables, materializada en inversión (infraestructura, cargos, becas, AUH, Progresar, Conectar Igualdad), planes de mejora con recursos en las escuelas y un fuerte discurso con respaldo en leyes. Pero la cuestión social desborda y la escuela secundaria tradicional no encuentra puentes con las vidas reales de los jóvenes -apunta Axel Rivas, investigador del área de Educación de Cippec-. Nos faltan políticas de replanteo de la organización, el sentido, la pedagogía y la carrera docente en las escuelas secundarias."

Pero es quizás el mundo del trabajo, y la consecuente posibilidad de independencia económica de sus familias, la asignatura más complicada para estos jóvenes. En la provincia de Buenos Aires, el desempleo juvenil duplica al de los adultos, el 52% de los jóvenes tiene un trabajo informal, un cuarto de los que trabajan recibe un salario menor al mínimo y un porcentaje similar está buscando otro trabajo. Con trayectorias laborales más erráticas, como dice el informe de Cippec, "en épocas de crisis, los jóvenes son los primeros en salir del empleo y los últimos en regresar".

"En estos años ha habido avances importantes, sobre todo porque estas políticas hoy se piensan desde los derechos y no desde la asistencia corta. En los 90 los jóvenes hacían cursos de tres meses en organizaciones chicas; hoy se tiende a que finalicen la escuela secundaria -apunta Ana Miranda, investigadora del Programa de Juventud de Flacso y del Conicet-. Pero hay falencias, como un sistema de cuidados para que pueda haber continuidad en el trabajo cuando los jóvenes tienen hijos a edades tempranas."

Para Miranda, las vinculaciones entre la escuela y el mundo laboral facilitan ese paso, pero si no se piensan sólo como prácticas profesionales. "La mayoría de los jóvenes consigue trabajo a partir de vínculos sociales y familiares. En un sector que se mueve en la informalidad, la necesidad de puentes con el mundo formal es más importante. Y hay un tema que se discute poco: quién enseña a los chicos a trabajar, a los humildes y a la clase media. Más allá de un oficio, trabajar implica convivir con edades distintas, conocer derechos y obligaciones. Los dispositivos de relación educación-trabajo pueden permitir que esto sea de otra manera."
DIRECCIÓN POLÍTICA

¿Cómo enfrentar la inflación y superposición de programas nacionales, provinciales y municipales, de distinta calidad, que abordan sólo el aspecto de los jóvenes que les interesa, con resultados que no se miden, basados en diagnósticos no siempre fieles y que muchas veces no alcanzan a su población-objetivo?

"Hace falta un actor con capacidad de organizar y ejercer la rectoría de una política de juventud. Cuando todos son responsables de un pedacito del conjunto de intervenciones, nadie es responsable de un mal resultado general", dice Repetto, y en el informe final su equipo recomienda, en ese sentido, la creación de un "Consejo Nacional de los Jóvenes", alto en la jerarquía estatal -dependiente de la Jefatura de Gabinete-, que trace una única política de juventud y articule los trabajos de los distintos ministerios involucrados. "Esto no significa crear superestructuras gigantescas, sino que una instancia sea capaz de obligar a los ministerios a orientar sus políticas de juventud según la decisión del Estado nacional", aclara.

Hoy existe una Subsecretaría de Juventud, que depende del Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Facundo Tignanelli, ex secretario de Organización de La Cámpora, que llegó al cargo en febrero pasado (a pesar de las llamadas y mails, Tignanelli no respondió a las consultas de la nacion). Pero muchos otros ministerios y organismos estatales (Educación, Salud, Industria, Planificación, Agricultura, Trabajo, la Anses y la Sedronar) tienen programas para esta población, sin más articulación que la buena voluntad de algunos ministros. Existe también un Consejo Federal de Juventud, con representantes de todas las provincias, que desde su creación en 2007 se reunió sólo tres veces (a la reunión del año pasado sólo asistieron 9 provincias). La articulación y gobernabilidad del sistema no parecen aseguradas.

Si se mira la provincia de Buenos Aires, puede haber además otras falencias. "Hay dificultades para llegar a los jóvenes realmente excluidos -advierte Daniel Arroyo, experto en políticas sociales y ex ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires-. La forma de intervención y convocatoria de los programas está en crisis. Hay que buscar a los jóvenes en sus casas, en las esquinas, en las plazas."

Arroyo agrega las cuestiones presupuestarias: "En la provincia, hay una brutal falta de recursos para poner en funcionamiento la nueva ley de protección de los derechos del niño y el adolescente, que es mucho mejor que la anterior. Y hay un problema presupuestario para la transferencia de dinero en los tiempos comprometidos, lo que afecta a espacios como centros de atención de adicciones o comedores. Lo peor para el Estado es no cumplir con esas transferencias, porque eso le quita credibilidad. Finalmente, hay poca articulación con las redes de organizaciones y gobiernos locales".

Contar con información sobre la implementación y los resultados de los programas, pero también las percepciones de los jóvenes sobre ellos, es otra de las propuestas de Cippec, junto con adelantar la edad en la que el Estado entrena las capacidades laborales de los jóvenes, promover políticas de acceso a la vivienda y fortalecer las políticas de salud sexual y reproductiva. A contrapelo de las tendencias internacionales, en el país crece la tasa de maternidad adolescente (es de 35,3 por cada mil mujeres de entre 10 y 19 años en 2011). En 2012, el 12,3% de las mujeres de entre 15 y 19 años tenían un hijo o estaban embarazadas.

Hay recursos, parece haber decisión, pero los jóvenes siguen desamparados. Quizá porque, en el fondo, la Argentina tenga una grave distorsión cuando mira a sus jóvenes, los más vulnerables y a veces también los otros: el verlos como un problema, y no como pura posibilidad

martes, 12 de agosto de 2014

Daniel Arroyo en Infobae


Ayer, se publicó en Infobae una nota donde se extraen comentarios de Daniel Arroyo sobre la situación de los comedores escolares del país, de la entrevista realizada por Silvia Mercado para InfobaeTV



"La nueva generación de chicos tiene una mala base nutricional"


Daniel Arroyo, ex viceministro de Desarrollo Social, analizó en InfobaeTV la precaria situación que se vive en los comedores escolares de todo el país. Cómo influye en la calidad de vida y en el aprendizaje.


Seis pesos por día es el monto que el Estado destina por cada chico en los comedores escolares del país, según la denuncia que realizó Jorge Lanata en su programa Periodismo para Todos. Esta suma no alcanza para mantener una buena calidad nutricional, aseguró el ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación Daniel Arroyo a Infobae TV.

Arroyo se refirió a "nueva generación en desigualdad", conformada por este grupo de chicos que recibe "harinas y comida básica" debido al bajo presupuesto que se destina y que en algunas provincias, como Misiones, es menor: tres pesos con cincuenta.

"​Seis millones de personas reciben asistencia alimentaria a través de tres sistemas: uno en los comedores de las escuelas, otro en los comedores comunitarios y a través de transferencias de dinero a las familias para comprar alimentos. Hoy los tres están complicados. Se paga tarde a los proveedores y se ha achicado el cupo de beneficiarios. Hay que estirar y eso empeora la calidad del alimento. Los chicos comen peor que hace cuatro o cinco años en las escuelas", dijo Arroyo en diálogo con Silvia Mercado.

"El monto era de cinco pesos por mes. El Gobierno lo subió a seis pero achicando el cupo, y es por eso que ahora la directora de un colegio tiene que definir a quién le da y a quién no le da de comer", agregó en relación al testimonio de la docente de Misiones Zulma Molina, quien contó que los 400 chicos que asisten a clase se pelean por la comida.




"La desigualdad profunda"

De acuerdo al análisis del ex viceministro, hay tres momentos en los que se genera una brecha muy grande y es allí donde el Estado debería destinar más recursos.



-La primera infancia: entre los 45 días y los dos años. Ahí la nutrición es clave, más el acompañamiento de salud, más todo lo que hace a una red de contención familiar. Si una mamá está recibiendo 120 pesos en una tarjeta, le está dando una mala alimentación y se aleja mucho de un chico de clase media.

-La escuela y los comedores escolares: se ve claramente eso, el chico que va a comer a la casa o que está en una escuela privada sin dudas comer mejor que un chico al que le están dando comida con tan bajo monto y en mala condición.

-El mundo del trabajo: cuando ya es adulto. Realmente lo que estamos generando es un riesgo de ir a una cuarta generación de exclusión. La Argentina tiene un millón y medio de jóvenes excluidos. Jóvenes que no han visto ni a su padre ni a su abuelo trabajar. De estos jóvenes, muchos son padres y ese niñito va a ser cuarta generación si no va a comer bien, si no va a tener acompañamiento. Entonces, si no cortamos esto en serio y volcamos recursos acá, estamos potenciando un gran conflicto.

Respecto a las políticas sociales, Arroyo remarcó que ha habido intenciones claras de mejorarlas, como fue en diciembre de 2009 anunciar la Asignación Universal por Hijo, que en ese entonces eran 180 pesos y hoy son 644; pero debido a los niveles de inflación actuales, pese al aumento, se compra menos que en el año 2009.

"Le transfieren más dinero pero las cosas salen mucho más caras. Esto tiene que ver con la inflación y con un diagnóstico equivocado. El Gobierno tenía la idea de que cuando la economía se acomodara esto también se iba a acomodar y no fue asì. Aun cuando la economía creció a un 8 por ciento anual. El objetivo claro debería ser la primera infancia", destacó.

"La provincia de Buenos Aires hoy está quebrada. Está muy por debajo del punto de equilibrio. Siempre le faltó dinero, es el 40 por ciento del país y recibe el 20 por ciento de coparticipación. En ese sentido, estamos hablando de que el 40 por ciento del país está en una emergencia social profundaante un Estado que se está retirando porque no tiene dinero y que va transfiriendo recursos cuando puede y de la manera que puede", concluyó.

lunes, 11 de agosto de 2014

Daniel Arroyo en Infobae TV

Daniel Arroyo fue entrevistado hoy por Silvia Mercado en su programa de Infobae TV, donde se trató el tema de la situación de los comedores escolares en el país.


http://www.infobae.com/2014/08/11/1586847-la-nueva-generacion-arranca-una-base-alimentacion-mala


jueves, 7 de agosto de 2014

Daniel Arroyo en el encuentro de la Fundación YMCA

El 25 y 26 de septiembre, Daniel Arroyo participará del XIII Congreso nacional sobre valores, pensamiento crítico y tejido social de la Fundación YMCA, en la UCA.

Para inscripciones comunicarse con el 4311-4429 o vía mail ymca@ymca.org.ar.



Daniel Arroyo en San Vicente

Hoy a las 18hs, Daniel Arroyo dará una charla en San Vicente (Belgrano y 9 de julio) sobre la situación social en la Argentina.

martes, 5 de agosto de 2014

Daniel Arroyo en el Diario La Opinion


El domingo pasado, el Diario La Opinion de Pergamino publicó una nota de Daniel Arroyo.


Daniel Arroyo: “Hay un nuevo sujeto social en la Argentina que es el que vende droga”


El exministro de Desarrollo Social fue uno de los disertantes de la Jornada Sociedad y Adicciones organizada por la Fundación Santiago Laguía. En una entrevista con LA OPINION dio su parecer sobre el fenómeno del consumo y abundó sobre posibles soluciones.

DE LA REDACCION. Daniel Arroyo, exministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires e integrante de la Red de Prioridades Argentinas, fue uno de los disertantes de la Primera Jornada sobre Sociedad y Adicciones organizada por la Fundación Santiago Laguía, conjuntamente con el Municipio en el marco de la campaña “La verdad sobre las drogas”.

En una entrevista concedida a LA OPINION ofreció su mirada sobre la problemática del consumo de drogas y brindó su opinión sobre posibles caminos de solución para cambiar condiciones de lo social que influyen en este flagelo.

- ¿Qué políticas considera que deben implementarse frente al incremento del consumo de drogas?
- Considero que hay que trabajar en las políticas de segunda generación, asociadas a las adicciones, la deserción en la escuela secundaria, el millón y medio de jóvenes que no estudian ni trabajan, los problemas de empleo. Sobre las políticas de segunda generación hay que dar un fuerte debate en Argentina.

- ¿Cuál es su mirada respecto del consumo de drogas?


- La problemática de las adicciones hay que contextualizarla. Argentina tiene tres problemas centrales: un 30 por ciento de pobreza; un 34 por ciento de trabajo informal; y un millón y medio de jóvenes que no estudian ni trabajan. A esos problemas hay que sumar otros que los han ido complicando, la inflación que nos complica a todos; y el aumento de la venta de droga que cruza la temática de las adicciones porque la venta se transformó en una nueva unidad económica y al que vende droga le va mejor que al que trabaja. Hay un nuevo sujeto social en la Argentina que es el que vende droga. Está el peón rural, el docente, el jubilado, el médico y el que vende drogas y éste además gana más plata que el resto. Lo que intento señalar es que el problema de las adicciones tiene que ver con un funcionamiento complicado de la estructura social y de ahí la necesidad de tomar medidas para revertir esto.

- ¿Cuáles serían las políticas que a su criterio habría que implementar para intentar revertir esta realidad?
- Hay que generar el derecho al primer empleo, volver a un sistema dual en la escuela secundaria para que los chicos puedan hacer pasantías rentadas mientras estudian. Construir una unidad especial de combate a la venta de drogas, cambiar el esquema y cortar la venta en los barrios. Yo he sido viceministro de Desarrollo Social en Nación y ministro en la Provincia y creo que si no encaramos políticas de segunda generación capaces de sostenerse en el tiempo no se van a poder transformar estos problemas en el país.

- ¿Cómo se llevan a la práctica esas ideas?
- Hay que aprovechar la etapa de las policías municipales y en función de ello crear una unidad especial por fuera de las fuerzas de seguridad con una única tarea y con poder de policía para intervenir frente a la venta. No estoy hablando de la situación del narcotráfico, del debate del lavado de dinero, sino de lo que pasa en los barrios, donde un pibe que consigue un trabajo descubre que gana menos que el que vende droga. Entonces para una familia tener una cocina de paco en su casa le resulta una actividad más rentable que trabajar. Esa es la ecuación que hay que cambiar. En el plano de la educación hay que hacer una profunda transformación de la escuela secundaria y reconstruir la movilidad social. Argentina tiene al 98 por ciento de los chicos en la escuela primaria y en el secundario la deserción es del 40 por ciento. Esto sucede porque no queda claro qué cosa de lo que aprende en la escuela le sirve para el trabajo. Hay temas en los que hay que hacer cambios radicales, fundacionales, no alcanza con pequeñas mejoras.


La Opinion de Pergamino

lunes, 4 de agosto de 2014

Daniel Arroyo en Ensenada

Hoy a las 18.30hs, Daniel Arroyo estará dando una charla sobre la situación social en Argentina en el Círculo de Ajedrez de Ensenada (Alberdi entre La Merced y Aristóbulo del Valle).