sábado, 21 de agosto de 2010

“El 70% de los fondos de la Nación debe ir a provincias y municipios”


(publicado en el diario El Puntal de Río Cuarto, sábado 21 de agosto de 2010)


Daniel Arroyo, presente en la ciudad de Río Cuarte en el marco de la Exposocial, afirmó que hay que revertir la distribución de recursos para programas sociales: “El 70% de los fondos de la Nación debe ir a las provincias y municipios”, dijo. Además, indicó que hay que aprovechar la etapa de expansión de la economía para saldar las viejas deudas sociales del país.
El ex secretario de Políticas Sociales de la Nación, hoy asesor de la ONU, abogó por un “Plan Marshall” de rescate a los excluidos y los pobres. En este sentido, alertó: “Lo que no hagamos en los próximos cinco años, no lo hacemos más”.
Arroyo, que trabajó en el Ministerio de Desarrollo Social junto a Alicia Kirchner y luego como ministro de Scioli, trazó un preciso e inquietante panorama de situación apelando a indicadores sobre desigualdad, pobreza, expectativas para los jóvenes e informalidad laboral, entre otros.
El especialista llamó la atención sobre la concentración de recursos para desarrollar programas sociales en manos del Estado central. Según explicó, “el 70 por ciento de los recursos económicos está en manos del Estado nacional”.
En tanto, indicó que un 23 por ciento de los recursos económicos se encuentra en manos de los Estados provinciales y el resto está en manos de los municipios.
El ex secretario de Políticas Sociales de la Nación advirtió que “hay que descentralizar” porque en la transferencia de programas, que bajan “enlatados” de la Nación, no se tienen en cuenta las necesidades locales.
“Sólo el 30 por ciento debería quedar en manos del Estado nacional”, indicó Arroyo, quien además explicó que se ganaría en eficiencia.
Por otra parte, hizo un llamado a saldar las viejas deudas sociales del país, en tiempos de crecimiento económico.
“Lo que hay que hacer en los próximos cinco años es un gran plan Marshall, bien masivo, para rescatar a los que están complicados. Hay que ir por todo: lo que no hagamos en los próximos cinco años, no lo hacemos más. Y lo que hagamos en los próximos cinco, marcará los próximos veinte años”, indicó.
En ese mismo marco, se refirió a la problemática de la pobreza. “La economía va a crecer los próximos seis años. Si no hacemos nada, si nos quedamos como estamos, la pobreza bajará del 30 por ciento al 28. Si encaramos una política en serio, lo podemos dar vuelta. Pero porque el contexto es favorable”, señaló Arroyo.

Trabajadores pobres
Además, apuntó a revertir otros dos verdaderos dramas. Por un lado, la pobreza estructural, que alcanza al 10 por ciento de la población. Y por otro, el trabajo indigno, ya que dos de cada tres pobres trabaja, aunque no le alcanza para vivir dignamente.
Según Arroyo, esta situación afecta sobre todo a quienes trabajan en negro o como cuentapropistas. En particular, lo que los condena a ser pobres es la falta de crédito para crecer.
“Necesitamos un sistema de microcrédito para cuatro millones de personas, para los que ya tienen un emprendimiento, como los plomeros y los gasistas, que no pueden comprar máquinas, y como consecuencia ganan poca plata; reproducen el círculo de la pobreza”, apuntó el especialista en políticas sociales.

Error de escala
Consultado por PUNTAL sobre el funcionamiento de los programas de acceso al microcrédito y de capacitación en oficios para jóvenes en situación vulnerable, Arroyo indicó que hay que pensar a gran escala, porque la Argentina tiene problemas a gran escala.
“Estamos desfasados de escala. El microcrédito llega a 200 mil personas, y tiene que llegar a 4 millones. Llegamos a 100 mil jóvenes (con el programa Más y Mejor Trabajo, de la Nación), y hay que llegar a 900 mil. Todavía tenemos un 12 por ciento de la población sin las condiciones básicas; y todavía tenemos un 40 por ciento de deserción escolar en el secundario. La pobreza en la Argentina es un problema de la mayoría, no se resuelve con un pequeño programa.
“Con los jóvenes, creo que hay que armar una gran red de tutores, porque no creen en la política ni en la gente con saco y corbata. Creen en los que ven todos los días. Hay que armar una red de 20 mil tutores, con becas, que acompañen a los jóvenes a los lugares donde van a trabajar. Y a los sectores donde van a trabajar (construcción, curtiembre, metalmecánica, frigorífico, calzados) hay que darle un incentivo fiscal”.

Sobre la asignación
“Le falta un poco para ser universal, falta que entren los monotributistas que no son monotributistas sociales, y los que ganan más de 1.500 pesos en el sector informal. Pero es una muy buena política. Lo que está pasando ahora, con la asignación universal por hijo, nos marca un piso a partir del cual tenemos que pensar todo lo que viene”.

Río Cuarto, en la media de asistencia social
Según el especialista, a nivel nacional, “el 70 por ciento es transferencia de dinero, por ejemplo la asignación universal por hijo; el 20 por ciento tiene que ver con la asistencia directa, y otro 10 se reparte entre los otros dos ejes. Creo que Río Cuarto está dentro del promedio de la realidad nacional”.
Por último, señaló: “Siempre tomé a Río Cuarto como modelo de la relación del Municipio con las ONG. Creo que a eso hay que apuntar; a la gestión asociada. A nivel local, sobre todo en las ciudades de hasta 200 mil habitantes, es más fácil encarar mecanismos de gestión asociada. Hay que darles recursos a las organizaciones, no inventarles programas.