(publicada en la revista Debate, viernes 30 de abril de 2010)
10 preguntas al especialista en políticas sociales de la UBA y de Flacso Daniel Arroyo
1. ¿Cómo evalúa la extensión de las asignaciones familiares puesta en marcha por el gobierno nacional?
Es muy positiva la universalización de la Asignación por Hijo. El plan rompe con un esquema muy desigual que se había consolidado en la Argentina, en el que cobraban ese derecho sólo quienes tenían trabajo formal o quienes lograban deducirlo del impuesto a las ganancias.
2. ¿Se esperan modificaciones en este plan?
Se marcha a una verdadera universalización de este derecho. Primero se tomó sólo a los monotributistas sociales y a quienes tenían ingresos menores a 1.500 pesos. Ahora, también se incorporaron los chicos que asisten a escuelas privadas. Esas barreras se van corriendo y se va avanzando. Si se pudiera sancionar una ley, se terminaría de marcar un piso de ciudadanía en la Argentina.
3. ¿Qué impacto ha tenido la universalización sobre la pobreza y la indigencia?
Si el plan logra terminar de volcar entre siete y ocho mil millones de pesos, provocará una reducción significativa de la indigencia y la extrema pobreza. Además de generar efectos muy positivos sobre el consumo local.
4. ¿Qué variables hay en juego hoy en la lucha por la inclusión social?
Hay tres factores determinantes. Por un lado, la extensión de las asignaciones familiares y la posibilidad de incrementar los 180 pesos por hijo. Por el otro, la inflación, que complica este esquema, porque el aumento de precios en los alimentos podría llegar a ser de entre 25 y treinta por ciento este año. Finalmente, la dinámica que tengan los sectores productivos que logran incluir a los sectores pobres, como textil, calzado, curtiembres, frigoríficos, metalmecánico y construcción.
5. ¿Han mostrado alguna tendencia estos sectores en los últimos meses?
Se observa cierta recuperación y van en camino a generar más empleo. En ese esquema, habrá una reducción importante de la pobreza, traccionada por la asignación universal. Si se lograra controlar la inflación, la reducción sería muy significativa.
6. ¿Cuál sería el camino para contener el aumento de precios?
Está claro que no se trata de enfriar el consumo ni de reducir el gasto público. Por el contrario, hay que promover el consumo de los sectores pobres a través de políticas como la asignación universal. Los controles y la regulación del Estado ayudan, pero la inflación se resuelve con el aumento de la productividad y con un horizonte de expectativas en los sectores empresarios.
7. ¿Cómo se generan esas expectativas?
La Argentina va a crecer en los próximos seis o siete años porque tiene un contexto económico muy favorable. Los sectores empresariales deberían poder proyectar los niveles de inversión para los próximos años, más allá del ruido político. Así se generaría un aumento de la productividad.
8. En ese contexto, ¿qué políticas sociales deberían implementarse?
Es necesario un plan masivo para los jóvenes de 16 a 24 que no estudian ni trabajan y se encuentran en una situación muy crítica. Hay que crear programas muy extendidos de becas, con acompañamiento y tutorías creíbles. Y generar un sistema flexible para que puedan terminar la secundaria.
9. ¿Cuáles son hoy los otros núcleos críticos?
Hay que volcar recursos en los grandes centros urbanos, especialmente en el conurbano bonaerense, en el gran Rosario y el gran Córdoba. Ahí se cruzan pobreza, tensión social, hacinamiento, violencia, adicciones. Es necesario repensar las políticas sanitarias en estos territorios y masificar el acceso al
crédito.
10. ¿Qué autocríticas se plantea de su paso por la función pública?
Se ha logrado reducir la pobreza, a través de programas como la universalización de las asignaciones, la Tarjeta Alimentaria y el apoyo a los emprendimientos productivos. Pero el sabor amargo radica en que hay que hacer mucho más por la situación de los jóvenes. Hay buenas intenciones, pero estamos muy desfasados en la escala que realmente se necesita, porque es un problema masivo y determinante para el futuro del país.
Bienvenidos al blog con reflexiones y actualidad sobre políticas públicas para la Argentina que viene.
viernes, 30 de abril de 2010
miércoles, 28 de abril de 2010
Encuentro sobre microcrédito en 25 de Mayo
El programa Fuerza Solidaria del Banco Provincia organiza un encuentro de instituciones de microcrédito este viernes 7 de mayo en la ciudad bonaerense de 25 de Mayo. Estarán presentes el presidente de Fuerza Solidaria Daniel Arroyo y las directoras del programa Nora Chiacchio de González Guerra y Adriana Coirini.
La reunión se realizará a las 14 horas en la Escuela de Gestión Social Barón Pierre (Calle 28, n° 977). Se espera la participación de representantes de instituciones de microfinanzas, organizaciones sociales y de escuelas de gestión social de toda la provincia de Buenos Aires.
En la ciudad de 25 de Mayo, Fuerza Solidaria brindó un crédito de 100 mil pesos a la Cooperativa de Trabajo Baron Pierre de Coubertin de Enseñanza, para la refacción del inmueble donde funciona la escuela. El Instituto comenzó a funcionar en 2004 y brinda nivel primario, secundario y terciario. Se trata de un espacio de contención y desarrollo que llega a más de 300 familias y cuenta con 65 cooperativistas asociados.
El Instituto trabaja en articulación con el Club Social 25 de Mayo, una de las instituciones más antiguas de la ciudad, que fue fundada en 1881. A nivel provincial, es una de las fundadoras de la Federación de Cooperativas y Entidades Afines de Enseñanza de la Provincia de Buenos Aires (FECEABA).
Desarrollado de forma conjunta por el Banco Provincia, Loterías de Buenos Aires y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, el programa Fuerza Solidaria brinda crédito a quienes no acceden al crédito. Es de una iniciativa que apoya el fortalecimiento de las organizaciones de la economía social que desarrollan actividades comunitarias, sociales y asociativas de producción de bienes y servicios y/o comerciales. Y brinda Asistencia Técnica y Capacitación.
Desde su lanzamiento en 2007 hasta marzo de 2010, Fuerza Solidaria ha aprobado un monto de créditos que asciende a 28.693.068 pesos. Se trata de créditos para proyectos de Economía Social y para Instituciones de Microfinanzas distribuidas en todo el territorio provincial. El programa se destaca por su bajo nivel de morosidad, que llega a sólo 2,87% sobre el capital vencido.
La reunión se realizará a las 14 horas en la Escuela de Gestión Social Barón Pierre (Calle 28, n° 977). Se espera la participación de representantes de instituciones de microfinanzas, organizaciones sociales y de escuelas de gestión social de toda la provincia de Buenos Aires.
En la ciudad de 25 de Mayo, Fuerza Solidaria brindó un crédito de 100 mil pesos a la Cooperativa de Trabajo Baron Pierre de Coubertin de Enseñanza, para la refacción del inmueble donde funciona la escuela. El Instituto comenzó a funcionar en 2004 y brinda nivel primario, secundario y terciario. Se trata de un espacio de contención y desarrollo que llega a más de 300 familias y cuenta con 65 cooperativistas asociados.
El Instituto trabaja en articulación con el Club Social 25 de Mayo, una de las instituciones más antiguas de la ciudad, que fue fundada en 1881. A nivel provincial, es una de las fundadoras de la Federación de Cooperativas y Entidades Afines de Enseñanza de la Provincia de Buenos Aires (FECEABA).
Desarrollado de forma conjunta por el Banco Provincia, Loterías de Buenos Aires y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, el programa Fuerza Solidaria brinda crédito a quienes no acceden al crédito. Es de una iniciativa que apoya el fortalecimiento de las organizaciones de la economía social que desarrollan actividades comunitarias, sociales y asociativas de producción de bienes y servicios y/o comerciales. Y brinda Asistencia Técnica y Capacitación.
Desde su lanzamiento en 2007 hasta marzo de 2010, Fuerza Solidaria ha aprobado un monto de créditos que asciende a 28.693.068 pesos. Se trata de créditos para proyectos de Economía Social y para Instituciones de Microfinanzas distribuidas en todo el territorio provincial. El programa se destaca por su bajo nivel de morosidad, que llega a sólo 2,87% sobre el capital vencido.
martes, 27 de abril de 2010
"Hay voluntad de universalizar la asignación por hijo"
Daniel Arroyo elogió la efectividad de la asignación por hijo en esta primera etapa de implementación y estimó que hay voluntad política para ampliarla y definitivamente universalizarla a todos los hogares donde haya hijos menores a 18 años.
El ex ministro de Desarrollo Social bonaerense dijo a Radio Provincia que actualmente, la asignación por hijo llega a 4 millones de personas y que la idea es llegar a cubrir los 6: “de esa manera va a ser efectivamente universal y va a marcar un derecho para el conjunto”.
Si se logra ampliarla, “terminará llegando a todos. Hoy la cobran las personas con trabajo informal cuando ganan más de 1.500 pesos y los monotributistas sociales; no lo están cobrando el resto de los monotributistas, los padres que tienen hijos que van a escuelas privadas, en muchos casos escuelas parroquiales y los que ganan más de 1.500 pesos y la idea es cubrir a todos”.
En tanto, el ex funcionario afirmó que “si lo pudiésemos establecer por ley tendríamos, para los próximos 10 años, un nuevo derecho en la Argentina y en todo hogar con chicos menores a 18 años habrá una asignación universal garantizada”.
De todos modos, aseguró que “la asignación está llegando donde no llegaba ningún tipo de programa, está reduciendo de manera importante la indigencia, en esta primera fase llegó a la extrema pobreza, es un plan masivo que llegó en la primera etapa, donde tenía que llegar”.
Consultado sobre si cree que la inflación licuó a la asignación por hijo, Arroyo consignó: “no creo que la haya licuado, sí que le reduce en parte los niveles de ingreso y está claro que un aumento vendría muy bien, aunque también habría que aumentar la asignación familiar”.
“Los sectores pobres ahora tienen más ingreso y changas, así las cosas van mejorando con la dificultad de la inflación, pero hay malestar social generalizado que tienen que ver con ciertas tensiones del sistema político (…) y la gente no tiene mucho vínculo con la política”, concluyó el ex ministro.
link para escuchar el audio de la entrevista: http://www.amprovincia.com.ar/noticias/detail_noticia.asp?id=20359&seccion=1
El ex ministro de Desarrollo Social bonaerense dijo a Radio Provincia que actualmente, la asignación por hijo llega a 4 millones de personas y que la idea es llegar a cubrir los 6: “de esa manera va a ser efectivamente universal y va a marcar un derecho para el conjunto”.
Si se logra ampliarla, “terminará llegando a todos. Hoy la cobran las personas con trabajo informal cuando ganan más de 1.500 pesos y los monotributistas sociales; no lo están cobrando el resto de los monotributistas, los padres que tienen hijos que van a escuelas privadas, en muchos casos escuelas parroquiales y los que ganan más de 1.500 pesos y la idea es cubrir a todos”.
En tanto, el ex funcionario afirmó que “si lo pudiésemos establecer por ley tendríamos, para los próximos 10 años, un nuevo derecho en la Argentina y en todo hogar con chicos menores a 18 años habrá una asignación universal garantizada”.
De todos modos, aseguró que “la asignación está llegando donde no llegaba ningún tipo de programa, está reduciendo de manera importante la indigencia, en esta primera fase llegó a la extrema pobreza, es un plan masivo que llegó en la primera etapa, donde tenía que llegar”.
Consultado sobre si cree que la inflación licuó a la asignación por hijo, Arroyo consignó: “no creo que la haya licuado, sí que le reduce en parte los niveles de ingreso y está claro que un aumento vendría muy bien, aunque también habría que aumentar la asignación familiar”.
“Los sectores pobres ahora tienen más ingreso y changas, así las cosas van mejorando con la dificultad de la inflación, pero hay malestar social generalizado que tienen que ver con ciertas tensiones del sistema político (…) y la gente no tiene mucho vínculo con la política”, concluyó el ex ministro.
link para escuchar el audio de la entrevista: http://www.amprovincia.com.ar/noticias/detail_noticia.asp?id=20359&seccion=1
Crecimiento marginal o transformación estructural
(Entrevista a Daniel Arroyo realizada por la periodista María Herminia Grande en el ciclo radial "Convenio", que emite LT 3 AM 680 de la ciudad de Rosario)
MHG: Vi que ha participado en un documento sobre la pobreza donde la Iglesia logró el consenso de otros sectores, pero no la firma del mismo. ¿Por qué?
DA: Creo que es una pena, la idea que la pobreza es un problema de todos y que tenemos que definir para los próximos diez años cuáles son los ejes centrales para resolver el problema de la pobreza está fuera de discusión, todos están de acuerdo. Creo que en un contexto político de tanta tensión, de tanto debate, de tanto conflicto en el parlamento y en distintos ámbitos, resulta difícil elaborar un documento o una idea que trate de salir de blanco o negro, buenos o malos, etc., En este sentido lo que jugó en contra del documento no es lo que el mismo dice, que refiere a la reforma educativa, a resolver el tema de los jóvenes, a avanzar con el problema del empleo y el microcrédito, sino que fue en su contra el contexto y parece que con el mismo no se puede llegar a un acuerdo más duradero y en ese sentido fue razonable la postura de Monseñor Cassaretto de dejarlo para más adelante, porque de lo contrario va a pasar de largo algo que es importante, que es definir tres o cuatro ejes que queden como estratégicos, como importantes para los próximos años, que los quitemos del debate electoral y nos ayuden a decir cómo queremos que termine esta década, cómo logramos que al final de esta década efectivamente Argentina no tenga pobreza e indigencia.
MHG: ¿Cuáles son los grandes tópicos que plantea este documento para abordar esta batalla contra la pobreza?
DA: El primer gran tema es lo que llamamos un “Plan Marshall”, se parte de la base de incluir a casi novecientos mil jóvenes que no estudian ni trabajan, jóvenes de 16 a 24 años, que tienen muchas dificultades; y que tenemos que encarar un gran programa con tutores, rearmando lo que tiene que ver el rol del empleo con el sector privado, definiendo los sectores productivos como la construcción, el textil, el calzado o el metalmecánico en donde van a trabajar esos jóvenes y generando un cambio en el sistema impositivo para ese sector. Es decir, había un gran tema que era que tenía que ver con jóvenes, trabajo, terminar la escuela secundaria y acompañar con una red de tutores. El segundo tema de importancia se relaciona con el conurbano bonaerense y con los demás centros urbanos como Rosario y el Gran Rosario, Córdoba y el Gran Córdoba entre otros, que excede la capacidad de cada municipio y de cada gobierno provincial y que requiere fondos específicos. Es decir, redefinir la coparticipación, pero generar fondos específicos para los grandes centros urbanos en donde se concentra el núcleo del problema; en el caso del conurbano bonaerense en el 1% de todo el territorio viven once millones de personas en situación de hacinamiento, conflicto, violencia, desempleo, informalidad económica. Si Ud. se fija detenidamente en un mapa se trata de un puntito, casi no se ve, si se lo suma a la ciudad de Buenos Aires, sigue siendo un puntito, pero se trata de casi un tercio del conjunto de la población en la Argentina. Si no se atiende ese problema vamos a estar complicados. Hoy en el conurbano tenemos un fenómeno importante de hacinamiento, un joven se va de su casa a la esquina porque está mejor, hay más aire, hay más luz, en su casa no sabe donde estar porque hay mucha gente; en la esquina comienza a consumir porque el que no consume es un joven que está raleado, y consumir trae aparejado un problema de salud y el joven, además, empieza a endeudarse y rápidamente se le acerca alguien para proponerle cualquier cosa para cancelar la deuda. Ese ciclo dura alrededor de seis meses en el conurbano, por eso el núcleo es el hacinamiento, por eso hay tanta toma de tierra, tanto nivel de conflicto, me parece que tomar los grandes centros urbanos como temas centrales, que el Estado debe poner recursos específicos, que, si efectivamente, no resolvemos eso, difícilmente Argentina pueda ser integrada y resolver los problemas de violencia. La idea del documento era tomar estos núcleos y empezar por ahí.
MHG: ¿Por dónde cree que deba pasar el tomar en serio este trabajo en estos grandes centros de aglomeración humana?
DA: Primero pasa por repensar todo lo que tiene que ver el tema de la infraestructura, se sigue teniendo casi la mitad de la población sin cloacas, una parte importante sin los servicios básicos, hay que hacer un plan claro para extender esta infraestructura, se ha avanzado mucho en estos últimos años, pero es necesario extenderla y para ello es necesario volcar recursos. El segundo punto para mí de importancia respecto de este problema, es lo relacionado a la migraciones, se deben evitar, en los años cuarenta y cincuenta se veían las migraciones porque la gente tenía la expectativa de conseguir trabajo, hoy lo hace porque le queda cerca un centro de salud, la escuela y el comedor escolar, hoy se sigue migrando al conurbano pero no con la expectativa de conseguir trabajo. Entonces lo que se debe hacer es armar una red de salud y educación en todo el país; en el interior del país y en el interior de la provincia de Buenos Aires, que le de posibilidad de sostenerse en sus lugares a las personas, hoy las personas no migran por trabajo, sino por tener accesos a los servicios básicos. A lo ya dicho se le agrega la changuita que puede hacer, y cuando se le pregunta a esa persona dice que vive peor que en su lugar, pero acá dice tener asegurado lo básico. Es indispensable repensar todo el sistema de salud y educación en todo el país para evitar la migración por un lado y generar servicios en el conurbano bonaerense. Estamos frente a un problema social de envergadura junto con la inflación y las distintas dificultades de lo cotidiano de las personas, incluso hay problemas que no se ven, por ejemplo yo pienso que hay una pobreza con endeudamiento, los sectores pobres pasan por los sistemas de créditos, pago fácil, etc. con la fotocopia del DNI, acceden a un crédito al 150% anual, no lo pueden pagar y lo renuevan al 300%. Estamos con un sistema en donde la gente se está endeudando, producto de la inflación, y eso no se está viendo con claridad, hay que hacer una buena foto de la situación social y empezar a tomar temas estructurales como salud y educación y temas muy concretos en cómo fortalecer el microcrédito y ayudar en los sectores pobres en las actividades productivas en las que puedan trabajar, los sectores pobres no pueden trabajar en sectores como el software o la petroquímica y sí en el calzado, en los frigoríficos, en las curtiembres o en la construcción, por eso creo que hay que hacer un plan para fortalecer a esos sectores que hoy le dan trabajo al pibe que aún no terminó el secundario.
MHG: ¿Esto es más una decisión política que presupuestaria?
DA: Yo he aprendido que es una decisión política, y además, estoy convencido que la macroeconomía en Argentina en los próximos años va a ser favorable, igual que en Uruguay, Brasil y Chile. La economía va a ir para adelante, vamos a tener cinco o seis años favorables, de crecimiento económico y tenemos que hacer ahora los cambios estructurales que son necesarios, porque es muy distinto generar cambios en épocas de recesión, cuando yo fui al gobierno nacional había un 57% de pobres, es muy complejo hacer cambios en un contexto de recesión; es más fácil hacerlo en un contexto de crecimiento. Lo que hagamos en estos cinco años son los que van a determinar el futuro de los veinte años siguientes. Si se lo deja pasar va a ser imperdonable. La calidad de vida de nuestros hijos tiene que ver con lo que se haga en estos cinco años y con la economía a favor deberíamos tener buenas chances.
MHG: ¿El mayor número de pobres está en los jóvenes?
DA: Exacto. Es una pobreza juvenil, el 40% de los chicos viven en hogares pobres. La pobreza tiene tres caras en nuestro país. Tiene la cara del niño y del joven, porque las familias pobres tienen más niños y eso hace a un cambio en la composición demográfica; tiene el rostro, muy complejo, relacionado con las dificultades al acceso laboral y a cierta situación de marginalidad y poca visibilidad; la pobreza en Argentina es menos visible que en otros países, porque las personas que viven en un barrio pobre, dentro del mismo tienen el centro de salud, hacen la changa y se encuentran la escuela y el comedor, entonces se trasladan poco, se mueven menos y se hacen poco visibles para el resto de la clase media. En el resto de Amétrica Latina, los pobres viven en los morros y los hospitales están en el centro de la ciudad, para ir hay que cruzar toda la ciudad entonces la pobreza se ve claramente. En Argentina es una pobreza de poca visibilidad y genera cierta fantasía y la idea que todos hablamos de la pobreza, pero resulta, en general, para los sectores medios un tema abstracto. El otro gran tema de la pobreza es el de los ingresos, hay una pobreza con trabajo, un tercio de los pobres trabajan pero no les alcanza para llegar a fin de mes porque no tienen crédito, porque no pueden renovar una máquina; pobre también es un carpintero que no tiene la cierra circular para hacer un mueble a medida, pobre es un mecánico en Rosario que no se puede comprar la computadora porque no accede al crédito, entonces no puede atender los autos últimos modelos y se queda arreglando sólo los modelos más antiguos.
MHG: ¿Trabajar en blanco no asegura que se haya escapado de la pobreza?
DA: Por supuesto, y un 40% de los que trabajan no tienen un trabajo en blanco, tienen un trabajo informal que dura ocho horas, pero no sólo es pobre porque no le alcanza el dinero, sino que, además, no tiene obra social, no tiene beneficio sindicales, etc., tiene un trabajo precario, hay que hablar de pobreza y de precariedad, gente que la lleva como puede, que depende del mes, puede estar un poco mejor o un poco peor, pero está en una situación de precariedad y de vulnerabilidad permanente, esto en mi opinión, genera un estado de malestar social fuerte en Argentina.
MHG: ¿La campaña electoral lanzada, aunque sin nombres ni apellidos, entorpece la posibilidad de avanzar sobre temas como los que Ud. plantea?
DA: Claro que la entorpece, porque se está veinticuatro meses de campaña, veinticuatro meses de tensión política, entonces cualquier intensión de generar un debate más amplio o de decir quitemos estos temas del debate electoral, por ejemplo el tema jóvenes y el tema grandes centros urbanos. Entonces decimos encaremos estos inconvenientes, pero resulta difícil porque estamos en medio de un debate muy fuerte. Mi opinión es que el fenómeno que está pasando en Argentina es que la sociedad cambió, tiene otros intereses, otras ideas, se comunica, se informa de otra manera; y la política no se adaptó, ambos están girando en tiempos distintos. La vida de las personas tiene su propia lógica y la política tiene sus propios tiempos, con una dinámica conflictiva y de debate, pero que no se vincula una con la otra. Cada una tiene su propia lógica, son distintas y esto es un problema porque hace que cada uno resuelva los inconvenientes como pueda independientemente de lo que haga el sistema político o el propio Estado y que en algún momento va a generar una nueva dirigencia, va a haber un cambio, con ideas nuevas que hará que ambas esferas lleguen a unirse, la política va a terminar dando con el sentido de la sociedad.
MHG: ¿Cuál debiera ser ese “puente de plata” entre la sociedad, que demanda algo distinto, y el accionar político?
DA: A mí me parece que lo primero es estar con el sentido cotidiano de las personas, una persona se levanta, depende del lugar que vive toma el tren o el colectivo, va a trabajar, tiene dificultades, aunque le va mejor que en el 2002 o en el 2003, pero está muy preocupada porque le aumentan las cosas, porque tiene dificultades, viene muy cargado de su trabajo y con tensión y esa tensión la traslada a la familia, la familia vive en el barrio con temor a la inseguridad, sea esto cierto o imaginario, pero está esa tensión; hay un cierto malestar cotidiano por dificultades de la vida cotidiana, que la política no le está diciendo nada sobre eso. Las personas en Argentina están mejor que al inicio de la década, pero las personas no están mirando para atrás, sino que están proyectando para cinco años adelante y al no tener claridad respecto del futuro se genera una sensación de vacío, de malestar. La política en Argentina tiene mucho discurso para atrás respecto de lo que se hizo y tiene poco discurso hacia delante, allí es en donde yo veo un quiebre, esto hace que la política no tenga relevancia en la vida de una persona, porque se pasa el día con un montón de cuestiones que debe intentar superar, se puede enterar de qué pasa con la política, pero no le parece que sea relevante para su vida.
MHG: ¿Cómo se trabaja la posibilidad de recuperación de sectores excluidos del hábito del trabajo en sí, o de un trabajo que es una mera changa y dista de tener puntos de comparación con el trabajo en blanco?
DA: En primer lugar, cuando se trata de jóvenes que no han trabajado y que no tienen secundario completo, ese joven la pasa muy mal y tiene muchas dificultades. Hay ahí un problema que tenemos que cambiar rápidamente, tenemos una secundaria muy rígida en la que el joven vuelve donde dejó; un chico de quince años que dejó la escuela hace cuatro años, si vuelve a la escuela vuelve con chicos de once. La maestra está desesperada para que ese chico se vaya al igual que los papás de los otros chicos; y en concreto, al cabo de un tiempo, ese chico se va de la escuela. En Brasil se ha hecho un programa que toma a los chicos que no estudian ni trabajan y arma una secundaria flexible y específica para esos chicos para que terminen la escuela y se encuentra vinculada con una capacitación para un oficio. Este es el primer paso, lograr que los jóvenes terminen la escuela, pero no forzándolos a un sistema que naturalmente los expulsa porque no les da chances porque hace un tiempo que dejaron la escuela. Lo segundo, para aquellas personas que no tienen el hábito de levantarse temprano para ir a un trabajo, porque no tienen la cultura del trabajo, hay algunos sectores productivos en los que van a trabajar, esos sectores, ya citados anteriormente, hay que generar para ellos incentivos económicos importantes para que tomen a los jóvenes que llevan años sin trabajo con un aporte fuerte del Estado; pensar que la población desocupada sólo va a conseguir trabajo en el sector estatal no es muy racional porque generaría una tensión muy grande. Hay que generar incentivos fiscales fuertes en el sector privado, yo cuando fui al gobierno no lo veía así, me parecía que estos sistemas no funcionaban; mi impresión hoy es que no hay salida a la informalidad económica si no se hace un trabajo conjunto con el sector privado, por un lado para registrar a los trabajadores y, por el otro, para incentivar la incorporación de trabajadores, pero con un incentivo real y desde un punto de vista económico. En este sentido, si la economía crece y va haber más demanda en los próximos años, entonces tenemos una oportunidad verdadera de hacerlo.
MHG: El subsidio universal por hijo hace que los chicos vuelven a la escuela, esto es un requisito para poder cobrarlo. ¿Este dinero alcanza o está siendo “comido” por la inflación?
DA: En primer lugar, me parece una medida muy significativa porque extiende el derecho a los que no lo estaban cobrando, cuando se pensó en nuestro país el salario familiar se lo hacía pasar por la boleta del salario, como así también la obra social, el beneficio sindical, la jubilación, porque la mayoría tenía trabajo. Con el tiempo quedó que el 40% de los que trabajaban no tenían salario, por ejemplo: la empleada doméstica, el que hacía changas o el que no tenía trabajo, el extenderlo a todos es marcar un derecho, toda familia que tiene chicos tiene un derecho a un ingreso básico por sus hijos. Yo pujé para que esto se pudiera hacer en Argentina. En cuanto a lo que valen los 180 pesos, primero hay que decir que son 144 pesos porque el 20% se retiene hasta que se presentan los certificados de escolaridad y salud y ahí se complementan hasta llegar a la cifra primera. El otro problema es que la inflación es un punto de importancia, hace la cosa muy difícil, en los alimentos básicos vamos a tener un 30% anual de incremento por la inflación y eso es muy complicado, los sectores pobres gastan mayormente sus ingresos en alimento y en transporte. En lo que se refiere a las garrafas, el tema es muy claro, esto tiene que ver con la distribución de los servicios y el gas, que es algo patético en Argentina. A las personas más pobres se les va la mayor parte de sus ingresos en estas cuestiones, en los meses de invierno se consumen dos o tres garrafas. En ese sentido ha sido un avance pero que no termina de resolver el problema, porque los montos van quedando más chicos y hay que repensarlo, pero sobre todo hay que resolver el problema de la inflación, porque este tema trata con mayor dureza a los pobres.
MHG: ¿Cómo se trataría, a diez años, el tema narcotráfico y drogadicción?
DA: Se ha extendido la oferta de droga en la Argentina y se ha tomado a los jóvenes como la población natural, y tiene un costado catastrófico porque los jóvenes, acceden al paco y a las adicciones en general muy fácilmente, por tanto, un proyecto de veinte o treinta años es muy complejo porque los jóvenes están con este problema de las drogas y con el alcohol, pero primordialmente con la droga. Se trata de una situación de dificultosa resolución. Lo que hay que repensar es que no hay que culpar a los chicos, cuando un chico roba un auto, hay un adulto detrás, a veces las propias fuerzas de seguridad, un desarmadero que va a vender el auto, o el poder político; de modo tal que estamos yendo a la parte fácil que es culpabilizar a los jóvenes, es cierto que los jóvenes cometen delitos, pero los delitos más fuertes de los jóvenes están mandados por los adultos con intereses de los más diversos, lo que hay que hacer es un corte muy abrupto, estas cosas requieren tratamientos a los jóvenes y abrir centros que hoy no tenemos; en términos del narcotráfico, acá es necesario una decisión política muy fuerte porque le están quemando la cabeza a los jóvenes, a las generaciones que deberían ser los futuros dirigentes de Argentina.
MHG: Se habla de la década de los noventa como década perdida ¿estamos ante la posibilidad de repetir otra década perdida?
DA: No, esta década ha sido una década que nos deja un piso más arriba, con una infinidad de dificultades, pero es claro que arranca la Argentina un pasito en lo social más arriba, y también en las políticas publicas, la recuperación de las paritarias les da a los trabajadores un poder que antes no tenían; se ha avanzado mucho en los relacionado a los derechos humanos, nos deja un paso más arriba; el fenómeno que se da hoy es que la política se pelea y tiene conflicto y la economía crece por su lado como si nada, el desafío que tenemos es acomodar la política y dar un salto de calidad. El debate no será si la década se perdió o no, sino si habrá un crecimiento simplemente marginal porque la Argentina no hace nada o hacemos una transformación estructural en serio y si no se hace será imperdonable porque las condiciones están dadas y no depende de buenas relaciones con los organismos multilaterales de créditos, sino que depende de lo que hagamos nosotros, de lo que podamos hacer como clase política.
MHG: Vi que ha participado en un documento sobre la pobreza donde la Iglesia logró el consenso de otros sectores, pero no la firma del mismo. ¿Por qué?
DA: Creo que es una pena, la idea que la pobreza es un problema de todos y que tenemos que definir para los próximos diez años cuáles son los ejes centrales para resolver el problema de la pobreza está fuera de discusión, todos están de acuerdo. Creo que en un contexto político de tanta tensión, de tanto debate, de tanto conflicto en el parlamento y en distintos ámbitos, resulta difícil elaborar un documento o una idea que trate de salir de blanco o negro, buenos o malos, etc., En este sentido lo que jugó en contra del documento no es lo que el mismo dice, que refiere a la reforma educativa, a resolver el tema de los jóvenes, a avanzar con el problema del empleo y el microcrédito, sino que fue en su contra el contexto y parece que con el mismo no se puede llegar a un acuerdo más duradero y en ese sentido fue razonable la postura de Monseñor Cassaretto de dejarlo para más adelante, porque de lo contrario va a pasar de largo algo que es importante, que es definir tres o cuatro ejes que queden como estratégicos, como importantes para los próximos años, que los quitemos del debate electoral y nos ayuden a decir cómo queremos que termine esta década, cómo logramos que al final de esta década efectivamente Argentina no tenga pobreza e indigencia.
MHG: ¿Cuáles son los grandes tópicos que plantea este documento para abordar esta batalla contra la pobreza?
DA: El primer gran tema es lo que llamamos un “Plan Marshall”, se parte de la base de incluir a casi novecientos mil jóvenes que no estudian ni trabajan, jóvenes de 16 a 24 años, que tienen muchas dificultades; y que tenemos que encarar un gran programa con tutores, rearmando lo que tiene que ver el rol del empleo con el sector privado, definiendo los sectores productivos como la construcción, el textil, el calzado o el metalmecánico en donde van a trabajar esos jóvenes y generando un cambio en el sistema impositivo para ese sector. Es decir, había un gran tema que era que tenía que ver con jóvenes, trabajo, terminar la escuela secundaria y acompañar con una red de tutores. El segundo tema de importancia se relaciona con el conurbano bonaerense y con los demás centros urbanos como Rosario y el Gran Rosario, Córdoba y el Gran Córdoba entre otros, que excede la capacidad de cada municipio y de cada gobierno provincial y que requiere fondos específicos. Es decir, redefinir la coparticipación, pero generar fondos específicos para los grandes centros urbanos en donde se concentra el núcleo del problema; en el caso del conurbano bonaerense en el 1% de todo el territorio viven once millones de personas en situación de hacinamiento, conflicto, violencia, desempleo, informalidad económica. Si Ud. se fija detenidamente en un mapa se trata de un puntito, casi no se ve, si se lo suma a la ciudad de Buenos Aires, sigue siendo un puntito, pero se trata de casi un tercio del conjunto de la población en la Argentina. Si no se atiende ese problema vamos a estar complicados. Hoy en el conurbano tenemos un fenómeno importante de hacinamiento, un joven se va de su casa a la esquina porque está mejor, hay más aire, hay más luz, en su casa no sabe donde estar porque hay mucha gente; en la esquina comienza a consumir porque el que no consume es un joven que está raleado, y consumir trae aparejado un problema de salud y el joven, además, empieza a endeudarse y rápidamente se le acerca alguien para proponerle cualquier cosa para cancelar la deuda. Ese ciclo dura alrededor de seis meses en el conurbano, por eso el núcleo es el hacinamiento, por eso hay tanta toma de tierra, tanto nivel de conflicto, me parece que tomar los grandes centros urbanos como temas centrales, que el Estado debe poner recursos específicos, que, si efectivamente, no resolvemos eso, difícilmente Argentina pueda ser integrada y resolver los problemas de violencia. La idea del documento era tomar estos núcleos y empezar por ahí.
MHG: ¿Por dónde cree que deba pasar el tomar en serio este trabajo en estos grandes centros de aglomeración humana?
DA: Primero pasa por repensar todo lo que tiene que ver el tema de la infraestructura, se sigue teniendo casi la mitad de la población sin cloacas, una parte importante sin los servicios básicos, hay que hacer un plan claro para extender esta infraestructura, se ha avanzado mucho en estos últimos años, pero es necesario extenderla y para ello es necesario volcar recursos. El segundo punto para mí de importancia respecto de este problema, es lo relacionado a la migraciones, se deben evitar, en los años cuarenta y cincuenta se veían las migraciones porque la gente tenía la expectativa de conseguir trabajo, hoy lo hace porque le queda cerca un centro de salud, la escuela y el comedor escolar, hoy se sigue migrando al conurbano pero no con la expectativa de conseguir trabajo. Entonces lo que se debe hacer es armar una red de salud y educación en todo el país; en el interior del país y en el interior de la provincia de Buenos Aires, que le de posibilidad de sostenerse en sus lugares a las personas, hoy las personas no migran por trabajo, sino por tener accesos a los servicios básicos. A lo ya dicho se le agrega la changuita que puede hacer, y cuando se le pregunta a esa persona dice que vive peor que en su lugar, pero acá dice tener asegurado lo básico. Es indispensable repensar todo el sistema de salud y educación en todo el país para evitar la migración por un lado y generar servicios en el conurbano bonaerense. Estamos frente a un problema social de envergadura junto con la inflación y las distintas dificultades de lo cotidiano de las personas, incluso hay problemas que no se ven, por ejemplo yo pienso que hay una pobreza con endeudamiento, los sectores pobres pasan por los sistemas de créditos, pago fácil, etc. con la fotocopia del DNI, acceden a un crédito al 150% anual, no lo pueden pagar y lo renuevan al 300%. Estamos con un sistema en donde la gente se está endeudando, producto de la inflación, y eso no se está viendo con claridad, hay que hacer una buena foto de la situación social y empezar a tomar temas estructurales como salud y educación y temas muy concretos en cómo fortalecer el microcrédito y ayudar en los sectores pobres en las actividades productivas en las que puedan trabajar, los sectores pobres no pueden trabajar en sectores como el software o la petroquímica y sí en el calzado, en los frigoríficos, en las curtiembres o en la construcción, por eso creo que hay que hacer un plan para fortalecer a esos sectores que hoy le dan trabajo al pibe que aún no terminó el secundario.
MHG: ¿Esto es más una decisión política que presupuestaria?
DA: Yo he aprendido que es una decisión política, y además, estoy convencido que la macroeconomía en Argentina en los próximos años va a ser favorable, igual que en Uruguay, Brasil y Chile. La economía va a ir para adelante, vamos a tener cinco o seis años favorables, de crecimiento económico y tenemos que hacer ahora los cambios estructurales que son necesarios, porque es muy distinto generar cambios en épocas de recesión, cuando yo fui al gobierno nacional había un 57% de pobres, es muy complejo hacer cambios en un contexto de recesión; es más fácil hacerlo en un contexto de crecimiento. Lo que hagamos en estos cinco años son los que van a determinar el futuro de los veinte años siguientes. Si se lo deja pasar va a ser imperdonable. La calidad de vida de nuestros hijos tiene que ver con lo que se haga en estos cinco años y con la economía a favor deberíamos tener buenas chances.
MHG: ¿El mayor número de pobres está en los jóvenes?
DA: Exacto. Es una pobreza juvenil, el 40% de los chicos viven en hogares pobres. La pobreza tiene tres caras en nuestro país. Tiene la cara del niño y del joven, porque las familias pobres tienen más niños y eso hace a un cambio en la composición demográfica; tiene el rostro, muy complejo, relacionado con las dificultades al acceso laboral y a cierta situación de marginalidad y poca visibilidad; la pobreza en Argentina es menos visible que en otros países, porque las personas que viven en un barrio pobre, dentro del mismo tienen el centro de salud, hacen la changa y se encuentran la escuela y el comedor, entonces se trasladan poco, se mueven menos y se hacen poco visibles para el resto de la clase media. En el resto de Amétrica Latina, los pobres viven en los morros y los hospitales están en el centro de la ciudad, para ir hay que cruzar toda la ciudad entonces la pobreza se ve claramente. En Argentina es una pobreza de poca visibilidad y genera cierta fantasía y la idea que todos hablamos de la pobreza, pero resulta, en general, para los sectores medios un tema abstracto. El otro gran tema de la pobreza es el de los ingresos, hay una pobreza con trabajo, un tercio de los pobres trabajan pero no les alcanza para llegar a fin de mes porque no tienen crédito, porque no pueden renovar una máquina; pobre también es un carpintero que no tiene la cierra circular para hacer un mueble a medida, pobre es un mecánico en Rosario que no se puede comprar la computadora porque no accede al crédito, entonces no puede atender los autos últimos modelos y se queda arreglando sólo los modelos más antiguos.
MHG: ¿Trabajar en blanco no asegura que se haya escapado de la pobreza?
DA: Por supuesto, y un 40% de los que trabajan no tienen un trabajo en blanco, tienen un trabajo informal que dura ocho horas, pero no sólo es pobre porque no le alcanza el dinero, sino que, además, no tiene obra social, no tiene beneficio sindicales, etc., tiene un trabajo precario, hay que hablar de pobreza y de precariedad, gente que la lleva como puede, que depende del mes, puede estar un poco mejor o un poco peor, pero está en una situación de precariedad y de vulnerabilidad permanente, esto en mi opinión, genera un estado de malestar social fuerte en Argentina.
MHG: ¿La campaña electoral lanzada, aunque sin nombres ni apellidos, entorpece la posibilidad de avanzar sobre temas como los que Ud. plantea?
DA: Claro que la entorpece, porque se está veinticuatro meses de campaña, veinticuatro meses de tensión política, entonces cualquier intensión de generar un debate más amplio o de decir quitemos estos temas del debate electoral, por ejemplo el tema jóvenes y el tema grandes centros urbanos. Entonces decimos encaremos estos inconvenientes, pero resulta difícil porque estamos en medio de un debate muy fuerte. Mi opinión es que el fenómeno que está pasando en Argentina es que la sociedad cambió, tiene otros intereses, otras ideas, se comunica, se informa de otra manera; y la política no se adaptó, ambos están girando en tiempos distintos. La vida de las personas tiene su propia lógica y la política tiene sus propios tiempos, con una dinámica conflictiva y de debate, pero que no se vincula una con la otra. Cada una tiene su propia lógica, son distintas y esto es un problema porque hace que cada uno resuelva los inconvenientes como pueda independientemente de lo que haga el sistema político o el propio Estado y que en algún momento va a generar una nueva dirigencia, va a haber un cambio, con ideas nuevas que hará que ambas esferas lleguen a unirse, la política va a terminar dando con el sentido de la sociedad.
MHG: ¿Cuál debiera ser ese “puente de plata” entre la sociedad, que demanda algo distinto, y el accionar político?
DA: A mí me parece que lo primero es estar con el sentido cotidiano de las personas, una persona se levanta, depende del lugar que vive toma el tren o el colectivo, va a trabajar, tiene dificultades, aunque le va mejor que en el 2002 o en el 2003, pero está muy preocupada porque le aumentan las cosas, porque tiene dificultades, viene muy cargado de su trabajo y con tensión y esa tensión la traslada a la familia, la familia vive en el barrio con temor a la inseguridad, sea esto cierto o imaginario, pero está esa tensión; hay un cierto malestar cotidiano por dificultades de la vida cotidiana, que la política no le está diciendo nada sobre eso. Las personas en Argentina están mejor que al inicio de la década, pero las personas no están mirando para atrás, sino que están proyectando para cinco años adelante y al no tener claridad respecto del futuro se genera una sensación de vacío, de malestar. La política en Argentina tiene mucho discurso para atrás respecto de lo que se hizo y tiene poco discurso hacia delante, allí es en donde yo veo un quiebre, esto hace que la política no tenga relevancia en la vida de una persona, porque se pasa el día con un montón de cuestiones que debe intentar superar, se puede enterar de qué pasa con la política, pero no le parece que sea relevante para su vida.
MHG: ¿Cómo se trabaja la posibilidad de recuperación de sectores excluidos del hábito del trabajo en sí, o de un trabajo que es una mera changa y dista de tener puntos de comparación con el trabajo en blanco?
DA: En primer lugar, cuando se trata de jóvenes que no han trabajado y que no tienen secundario completo, ese joven la pasa muy mal y tiene muchas dificultades. Hay ahí un problema que tenemos que cambiar rápidamente, tenemos una secundaria muy rígida en la que el joven vuelve donde dejó; un chico de quince años que dejó la escuela hace cuatro años, si vuelve a la escuela vuelve con chicos de once. La maestra está desesperada para que ese chico se vaya al igual que los papás de los otros chicos; y en concreto, al cabo de un tiempo, ese chico se va de la escuela. En Brasil se ha hecho un programa que toma a los chicos que no estudian ni trabajan y arma una secundaria flexible y específica para esos chicos para que terminen la escuela y se encuentra vinculada con una capacitación para un oficio. Este es el primer paso, lograr que los jóvenes terminen la escuela, pero no forzándolos a un sistema que naturalmente los expulsa porque no les da chances porque hace un tiempo que dejaron la escuela. Lo segundo, para aquellas personas que no tienen el hábito de levantarse temprano para ir a un trabajo, porque no tienen la cultura del trabajo, hay algunos sectores productivos en los que van a trabajar, esos sectores, ya citados anteriormente, hay que generar para ellos incentivos económicos importantes para que tomen a los jóvenes que llevan años sin trabajo con un aporte fuerte del Estado; pensar que la población desocupada sólo va a conseguir trabajo en el sector estatal no es muy racional porque generaría una tensión muy grande. Hay que generar incentivos fiscales fuertes en el sector privado, yo cuando fui al gobierno no lo veía así, me parecía que estos sistemas no funcionaban; mi impresión hoy es que no hay salida a la informalidad económica si no se hace un trabajo conjunto con el sector privado, por un lado para registrar a los trabajadores y, por el otro, para incentivar la incorporación de trabajadores, pero con un incentivo real y desde un punto de vista económico. En este sentido, si la economía crece y va haber más demanda en los próximos años, entonces tenemos una oportunidad verdadera de hacerlo.
MHG: El subsidio universal por hijo hace que los chicos vuelven a la escuela, esto es un requisito para poder cobrarlo. ¿Este dinero alcanza o está siendo “comido” por la inflación?
DA: En primer lugar, me parece una medida muy significativa porque extiende el derecho a los que no lo estaban cobrando, cuando se pensó en nuestro país el salario familiar se lo hacía pasar por la boleta del salario, como así también la obra social, el beneficio sindical, la jubilación, porque la mayoría tenía trabajo. Con el tiempo quedó que el 40% de los que trabajaban no tenían salario, por ejemplo: la empleada doméstica, el que hacía changas o el que no tenía trabajo, el extenderlo a todos es marcar un derecho, toda familia que tiene chicos tiene un derecho a un ingreso básico por sus hijos. Yo pujé para que esto se pudiera hacer en Argentina. En cuanto a lo que valen los 180 pesos, primero hay que decir que son 144 pesos porque el 20% se retiene hasta que se presentan los certificados de escolaridad y salud y ahí se complementan hasta llegar a la cifra primera. El otro problema es que la inflación es un punto de importancia, hace la cosa muy difícil, en los alimentos básicos vamos a tener un 30% anual de incremento por la inflación y eso es muy complicado, los sectores pobres gastan mayormente sus ingresos en alimento y en transporte. En lo que se refiere a las garrafas, el tema es muy claro, esto tiene que ver con la distribución de los servicios y el gas, que es algo patético en Argentina. A las personas más pobres se les va la mayor parte de sus ingresos en estas cuestiones, en los meses de invierno se consumen dos o tres garrafas. En ese sentido ha sido un avance pero que no termina de resolver el problema, porque los montos van quedando más chicos y hay que repensarlo, pero sobre todo hay que resolver el problema de la inflación, porque este tema trata con mayor dureza a los pobres.
MHG: ¿Cómo se trataría, a diez años, el tema narcotráfico y drogadicción?
DA: Se ha extendido la oferta de droga en la Argentina y se ha tomado a los jóvenes como la población natural, y tiene un costado catastrófico porque los jóvenes, acceden al paco y a las adicciones en general muy fácilmente, por tanto, un proyecto de veinte o treinta años es muy complejo porque los jóvenes están con este problema de las drogas y con el alcohol, pero primordialmente con la droga. Se trata de una situación de dificultosa resolución. Lo que hay que repensar es que no hay que culpar a los chicos, cuando un chico roba un auto, hay un adulto detrás, a veces las propias fuerzas de seguridad, un desarmadero que va a vender el auto, o el poder político; de modo tal que estamos yendo a la parte fácil que es culpabilizar a los jóvenes, es cierto que los jóvenes cometen delitos, pero los delitos más fuertes de los jóvenes están mandados por los adultos con intereses de los más diversos, lo que hay que hacer es un corte muy abrupto, estas cosas requieren tratamientos a los jóvenes y abrir centros que hoy no tenemos; en términos del narcotráfico, acá es necesario una decisión política muy fuerte porque le están quemando la cabeza a los jóvenes, a las generaciones que deberían ser los futuros dirigentes de Argentina.
MHG: Se habla de la década de los noventa como década perdida ¿estamos ante la posibilidad de repetir otra década perdida?
DA: No, esta década ha sido una década que nos deja un piso más arriba, con una infinidad de dificultades, pero es claro que arranca la Argentina un pasito en lo social más arriba, y también en las políticas publicas, la recuperación de las paritarias les da a los trabajadores un poder que antes no tenían; se ha avanzado mucho en los relacionado a los derechos humanos, nos deja un paso más arriba; el fenómeno que se da hoy es que la política se pelea y tiene conflicto y la economía crece por su lado como si nada, el desafío que tenemos es acomodar la política y dar un salto de calidad. El debate no será si la década se perdió o no, sino si habrá un crecimiento simplemente marginal porque la Argentina no hace nada o hacemos una transformación estructural en serio y si no se hace será imperdonable porque las condiciones están dadas y no depende de buenas relaciones con los organismos multilaterales de créditos, sino que depende de lo que hagamos nosotros, de lo que podamos hacer como clase política.
lunes, 26 de abril de 2010
Congreso en Córdoba sobre jóvenes y cultura del trabajo
Daniel Arroyo participará este miércoles 18 de abril en la ciudad de Córdoba en el VI Congreso Internacional “Cultura del Trabajo: jóvenes, valores y educación”. Organizado por la Fundación Inclusión Social Sustentable, el encuentro se desarrollará en el Pabellón Argentina de la Universidad Nacional de Córdoba.
Arroyo disertará en la mesa “Estado, mercado y sociedad: el desafío de generar trabajo”, junto a Javier Calviño Pazos, coordinador General de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en Argentina. El moderador del panel será Javier Rodríguez, de la Fundación Arcor.
En el congreso participarán, entre otros, el ministro de Educación Alberto Sileoni; el titular de la cartera educativa de la provincia de Córdoba, Walter Grahovac; Juan Carlos Massei, ministro de Desarrollo Social de la provincia de Córdoba; y Marisa Failla, presidenta de la Fundación Inclusión Social Sustentable.
Para mayor información, se puede visitar el sitio web www.inclusionsocial.org o comunicarse telefónicamente al (0351) 4232674.
Arroyo disertará en la mesa “Estado, mercado y sociedad: el desafío de generar trabajo”, junto a Javier Calviño Pazos, coordinador General de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en Argentina. El moderador del panel será Javier Rodríguez, de la Fundación Arcor.
En el congreso participarán, entre otros, el ministro de Educación Alberto Sileoni; el titular de la cartera educativa de la provincia de Córdoba, Walter Grahovac; Juan Carlos Massei, ministro de Desarrollo Social de la provincia de Córdoba; y Marisa Failla, presidenta de la Fundación Inclusión Social Sustentable.
Para mayor información, se puede visitar el sitio web www.inclusionsocial.org o comunicarse telefónicamente al (0351) 4232674.
viernes, 23 de abril de 2010
Nuevas presentaciones del libro “Políticas Sociales. Ideas para un debate necesario”
Almirante Brown, Córdoba y la Feria del Libro de la Ciudad de Buenos Aires serán las nuevas citas para la presentación del libro Políticas sociales. Ideas para un debate necesario, de Daniel Arroyo. Editado por La Crujía, plantea nuevas alternativas para combatir la pobreza y la desigualdad social.
Martes 27. Almirante Brown.
Martes 27. Almirante Brown.
Con la organización de la Fundación Nuevo Nacimiento, Arroyo presentará el libro el martes 27 de abril, a las 18, en el Salón José María Castiñeira de Dios (Salón Azul) de la Casa Municipal de Cultura (Adrogué 1224, Adrogué).
Jueves 29. Ciudad de Córdoba.
Con la presencia de su autor, se presentará Políticas sociales. Ideas para un debate necesario el jueves 29 de abril, de 9.30 a 12.30, en la sede del Instituto de Ciencias de la Administración (ICDA) de la Universidad Católica de Córdoba (Obispo Trejo 323). En ese marco, Arroyo también brindará una charla sobre “Las organizaciones sociales frente a la fragmentación social”.
Viernes 30. Feria del Libro de la Ciudad de Buenos Aires.
Arroyo firmará ejemplares y dialogará con los lectores el viernes 30 de abril, a las 18.30, en el stand de La Crujía Ediciones (416), ubicado en el Pabellón Azul de La Rural, el Predio Ferial de Palermo.
jueves, 22 de abril de 2010
Concluyó capacitación en Chaco
Este martes 20 de abril finalizaron las Jornadas de Capacitación en Políticas Sociales y Planificación para el Desarrollo Local, que se realizaron en la Escuela de Gobierno de la Provincia de Chaco. Con disertaciones a cargo de Daniel Arroyo, el objetivo de la iniciativa fue brindar herramientas a los agentes del ministerio de Desarrollo Social para la elaboración de políticas públicas a largo plazo.
En el cierre de la capacitación, Arroyo señaló que en las jornadas se han planificado políticas sociales en cada una de las 15 unidades de desarrollo territorial (UDT) provinciales. “Hemos trabajado sobre la base de un diagnóstico de cada una de esas unidades con el fin de elaborar un plan y un programa a futuro”, expresó.
La actividad, estuvo integrada por tres módulos, en los cuales se abordaron las particularidades de cada sector de las distintas unidades, desde los contenidos teóricos a la elaboración del plan más apropiado para cada zona. Entre la temática, se resaltaron temas como embarazo adolescente, deserción escolar, infraestructura urbana, adicciones, nutrición, jóvenes desempleados.
“El Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia del Chaco, es muy activo y trabaja por verdaderos cambios estructurales. Cada región, ha tomado como eje y planificará para los próximos años con el fin de llevar a cabo un trabajo serio a futuro”, aseveró Arroyo.
El subsecretario de desarrollo y economía social, Sergio Soto, destacó la importancia y agradeció a la Escuela de Gobierno y a Daniel Arroyo por el espacio de capacitación que prestigia el accionar del Estado. “Además, permiten que el Estado esté dotado de personal idóneo y capacitado para impulsar y aplicar las políticas públicas que se van definiendo”, manifestó.
Asimismo, remarcó que con la capacitación, se logra un nivel de formación importante. “Se genera potencia instalada para que el Estado tenga la capacidad de elaborar e implementar a través de metodologías democráticas, participativas, con mucho contenido académico las políticas públicas que son la base para generar un desarrollo armónico, inclusivo, con participación de distintos sectores de la sociedad apuntando a los sectores más vulnerables”, finalizó el funcionario provincial.
domingo, 18 de abril de 2010
“El problema de la pobreza es de mayorías”
Entrevista a Daniel Arroyo publicada en el diario Crítica, domingo 18 de abril de 2010
“El problema de la pobreza es de mayorías”
Daniel Arroyo, ex viceministro de Desarrollo Social, asegura que el plan de asignación universal por hijo es un reconocimiento implícito por parte del Gobierno de que los precios aumentan y advirtió que el oficialismo pierde credibilidad por negar la inflación. Ahora dedicado a un programa de microcréditos desde el gobierno bonaerense, este especialista en políticas públicas, investigador y docente de FLACSO y ex funcionario nacional y provincial, señaló que la dirigencia debe avanzar en consensos mínimos sobre inclusión social “como antes lo hizo sobre la democracia y en algún momento sobre la estabilización económica”.
También plantea que el debate sobre la inflación ya es un hecho aunque el Gobierno de Cristina Kirchner evite verbalizarlo: “Los indicadores están transparentados en lo cotidiano. Todos trabajan sobre la base de niveles de pobreza importantes. Esto está amortizado, más allá de las estadísticas oficiales“, afirma.
-¿Cómo afecta al Gobierno que siga negando la inflación?
-Creo que es un costo importante en lo que hace a la credibilidad. La gente tiene la sensación de que le están diciendo algo que no es lo que vive todos los días. Eso es muy fuerte porque es invisible, pero rompe el contrato social y empieza a creerle menos a la clase política.
-Eso ya se evidenció en las elecciones de 2007 cuando comienza la intervención en el Indec y se profundiza en el 2009.
-La ruptura entre la sociedad y la política está absolutamente generalizada. La sociedad tiene amortizada la idea de que la política discute temas que no hacen a su vida cotidiana. Me parece que a fines de año pasado había un fuerte malestar con el Gobierno; ahora hay un fuerte malestar con la política en general.
-Eso rompe con la idea que planteaba Cristina Kirchner, que en América Latina los gobernantes se parecen cada vez más a sus representados.
-Mi impresión es que la sociedad está desenganchada de la política. En América Latina, en la década del 90 la economía era el gran factor, y la política tenía que elegir entre tres opciones que le deba el ministro de Economía sobre cómo ajustar. Hoy creo que la clase política tiene más peso en la toma de decisiones, pero no hay un vínculo cotidiano con la realidad social. Lo que le esta faltando a la política en general es un proyecto, una idea de hacia dónde ir.
-¿Qué pasa con los sectores más vulnerables que tienen una demanda inmediata y no pueden esperar ese mediano plazo?
- Los sectores más pobres tienen el corto plazo muy instalado, tienen que resolver el problema para mañana. Asumen que la política está vinculada al clientelismo y toman todo. Si mañana yo me pongo en la esquina a repartir alimentos, se hace una cola rápida, me va a decir gracias y que soy un fenómeno. Y se para otro en la otra esquina, y le van a decir lo mismo. Los sectores pobres han desarrollado una capacidad, que es decirle a los dirigentes lo que quieren escuchar. Recibe, agradecen y luego votan lo que quieren.
-Lo mismo que hacen los políticos…
-En cierto modo. La sociedad y los sectores pobres en particular lo captaron muy claramente y votan en función de lo que les parece mejor. La diferencia con la clase media es que no se siente obligado a quedar bien con la política. Los sectores pobres creen que hay que quedar bien y decir lo que la política quiere escuchar, y después operan como le parece mejor. La gente vota en función de sus expectativas y no en función de los servicios que recibe.
-¿Cómo analiza los cambios en políticas sociales en los últimos años?
- El plan de Asignación Universal por Hijo es un cambio fuerte y muy bueno en serio porque da un piso de ciudadanía. Le da derechos a todas las madres que tienen chicos menores de 18 años, independientemente de si trabaja o no trabaja. Cuando la Argentina construyó su sistema de protección social fue en base a la boleta de salario porque el 97 por ciento de la gente trabajaba. Entonces incluir la obra social, el beneficio sindical en el recibo, era lógico porque todo el mundo trabajaba. Hoy, el 40 por ciento de los que trabajan no tienen boleta de salario y había quedado como un derecho al revés. Cobraban los que estaban mejor. Igualar eso es una bisagra en la política social.
-¿Se debe trabajar en políticas universales o focalizadas?
- Para la Argentina, claramente, es mejor tener políticas universales, porque es un país que tiene un 30 por ciento de pobreza. Si uno estuviera en Inglaterra con un 98 por ciento de sector formal, uno puede hacer una políticas focalizadas y encarar el problema por ejemplo de los inmigrantes. Sirven cuando la pobreza es poca y acotada a un grupo. Si los pobres en la Argentina fueran las comunidades aborígenes y las madres adolescentes embarazadas nada mas hay que hacer políticas para cada uno. Pero Acá el problema de la pobreza es de mayorías, no de minorías. La política focalizadas pueden servir en un momento, pero hay que generar políticas masivas.
-Pero si Gobierno dice que hay un 13 por ciento de pobres es difícil que plantee un debate de generalizar políticas contra la pobreza…
- Pero las está haciendo. A los golpes, como sea, pero las está haciendo. La Asignación Universal es mas allá de un nuevo derecho, un reconocimiento de que hay que capitalizar a los sectores pobres. El gran valor, además del derecho, es que reconoce que a la gente le falta plata . Y que para dejar de ser pobre tiene que tener más ingresos. Capitalizar a la población es lo que la saca de la pobreza .
-¿El Gobierno no debería transparentar los indicadores de inflación y pobreza para reconocer cuáles son los problemas?
- Los indicadores están transparentados en lo cotidiano. Todos los que trabajan sobre política públicas, que recorren los barrios, toman la base de niveles de pobreza importantes. Más allá de las estadísticas oficiales, hay una realidad social palpable. Un 30 por ciento de la población es vulnerable: está en extrema pobreza, no tiene lo mínimo necesario, vive en una situación de precarización. Incluirlos es lo que tenemos que lograr en el futuro, no sólo atender el comedor comunitario.
-¿Cuál es ese nivel de inflación real sobre el que trabajan?
-Hay que tener en cuenta primero que los sectores pobres en la Argentina utilizan el 75 por ciento de sus ingresos en alimento y transporte. El sistema de transporte no ha tenido aumento, está subsidiado y eso es positivo, pero los alimentos han tenido un aumento importante. En esos sectores, que consumen alimentos básicos de primeras, segundas y terceras marcas, hay una inflación de un piso del 25 por ciento. Eso provoca que no haya certezas. Hay que tener políticas para parar la inflación sin parar el consumo, aumentando la productividad, y generando controles.
- Pero en eso la responsabilidad es del Gobierno…
- Eso es lo que tiene que encarar y creo que en eso está. El último tiempo, el último mes diría, el debate se ha instalado y el Gobierno de alguna manera está planteando hacer algo. Más allá de que diga o no la palabra inflación. En la clase política, empresaria, gremial está instalado el debate y es la parte previa a sacar un programa.
La mirada sobre Alicia Kirchner
¿Como ministro de Desarrollo Social en la provincia pudo desarrollar algo que no había logrado como viceministro de Alicia Kirchner en la Nación?
- La provincia tiene una masividad impresionante. Allí conseguimos cambiar el sistema de bolsones por tarjeta de alimentos y llegamos 800 mil madres. En Nación no hay tanta vinculación directa porque es segundo piso. La provincia con pocos recursos y muy ahogada.
- ¿Cómo se rompe la dependencia financiera con la Nación?
- La provincia tiene un desfasaje en la coparticipación, porque produce el 40 por ciento y recibe el 20. Y el conurbano, donde viven 11 millones de personas, es un tema de carácter nacional. Creo que hay que tomar los grandes centros urbanos -Rosario, Mendoza también- como temáticas nacionales.
- ¿Al estilo del Fondo del Conurbano?
- Así hay que pensarlo, aunque ese fondo tuvo problemas de aplicación. Los grandes centros urbanos requieren de un financiamiento especifico.
-¿Cambió su relación con Alicia cuando se fue de la Nación?
- Yo siempre tuve con ella una buena relación. La conozco desde 1995 y la considero una persona muy honesta y muy trabajadora. Siempre he visto en ella y en sus colaboradores a gente que quiere hacer las cosas bien.
- Pero la gestión está cuestionada por la estrategia clientelar.
-Hay que ir hacia un cambio de modelo de políticas públicas en general.
-¡Dejar de entregar colchones y electrodomésticos!
-La asistencia directa en política social es algo que debe ser acotado a la necesidad específica: una inundación por ejemplo. Y en un país grande, es difícil tener control.
Dinero fácil para cuatro millones de personas
Daniel Arroyo está al frente de Fuerza Solidaria, un programa de microcréditos para capitalizar a trabajadores que desarrollan emprendimientos individuales. Una especie de banco de los pobres del premio Nobel Muhammad Yunus, pero a la bonaerense. El funcionario admite que la línea recién está desarrollándose en la Argentina. “Hay cuatro millones de personas que trabajan, que son gasistas plomeros, carpinteros, pequeños emprendedores y que no acceden a créditos bancario por falta de garantías. Hoy, desde los gobiernos nacional, provincial y los bancos públicos se está llegando casi a 200 mil personas con distintos sistemas de microcréditos”, explica. Para Arroyo es clave esa alternativa para evitar que queden rezagados. “Con este sistema se busca que el carpintero compre su sierra circular para que pueda acompañar la demanda de nuevos muebles que acompañen el crecimiento económico. O que el mecánico se compre una computadora para poder arreglar autos a inyección“, ejemplifica.
Pero también reconoce que el acceso todavía es dificultoso porque demora la aprobación ya que requiere considerar el proyecto y la viabilidad, asesoramiento y un cobrador que cada quince días, busca la cuota de 50 pesos. “La demanda es alta y la urgencia hace muchas veces que la gente cubra esa necesidad con créditos ya, crédito fácil, con dinero rápido que tiene el riesgo de tasa de interés alto, que llega al 100 por ciento anual y cuando lo renueva se duplica o triplica. Eso genera un problema de pobreza con endeudamiento”.
link: http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=41563
“El problema de la pobreza es de mayorías”
Daniel Arroyo, ex viceministro de Desarrollo Social, asegura que el plan de asignación universal por hijo es un reconocimiento implícito por parte del Gobierno de que los precios aumentan y advirtió que el oficialismo pierde credibilidad por negar la inflación. Ahora dedicado a un programa de microcréditos desde el gobierno bonaerense, este especialista en políticas públicas, investigador y docente de FLACSO y ex funcionario nacional y provincial, señaló que la dirigencia debe avanzar en consensos mínimos sobre inclusión social “como antes lo hizo sobre la democracia y en algún momento sobre la estabilización económica”.
También plantea que el debate sobre la inflación ya es un hecho aunque el Gobierno de Cristina Kirchner evite verbalizarlo: “Los indicadores están transparentados en lo cotidiano. Todos trabajan sobre la base de niveles de pobreza importantes. Esto está amortizado, más allá de las estadísticas oficiales“, afirma.
-¿Cómo afecta al Gobierno que siga negando la inflación?
-Creo que es un costo importante en lo que hace a la credibilidad. La gente tiene la sensación de que le están diciendo algo que no es lo que vive todos los días. Eso es muy fuerte porque es invisible, pero rompe el contrato social y empieza a creerle menos a la clase política.
-Eso ya se evidenció en las elecciones de 2007 cuando comienza la intervención en el Indec y se profundiza en el 2009.
-La ruptura entre la sociedad y la política está absolutamente generalizada. La sociedad tiene amortizada la idea de que la política discute temas que no hacen a su vida cotidiana. Me parece que a fines de año pasado había un fuerte malestar con el Gobierno; ahora hay un fuerte malestar con la política en general.
-Eso rompe con la idea que planteaba Cristina Kirchner, que en América Latina los gobernantes se parecen cada vez más a sus representados.
-Mi impresión es que la sociedad está desenganchada de la política. En América Latina, en la década del 90 la economía era el gran factor, y la política tenía que elegir entre tres opciones que le deba el ministro de Economía sobre cómo ajustar. Hoy creo que la clase política tiene más peso en la toma de decisiones, pero no hay un vínculo cotidiano con la realidad social. Lo que le esta faltando a la política en general es un proyecto, una idea de hacia dónde ir.
-¿Qué pasa con los sectores más vulnerables que tienen una demanda inmediata y no pueden esperar ese mediano plazo?
- Los sectores más pobres tienen el corto plazo muy instalado, tienen que resolver el problema para mañana. Asumen que la política está vinculada al clientelismo y toman todo. Si mañana yo me pongo en la esquina a repartir alimentos, se hace una cola rápida, me va a decir gracias y que soy un fenómeno. Y se para otro en la otra esquina, y le van a decir lo mismo. Los sectores pobres han desarrollado una capacidad, que es decirle a los dirigentes lo que quieren escuchar. Recibe, agradecen y luego votan lo que quieren.
-Lo mismo que hacen los políticos…
-En cierto modo. La sociedad y los sectores pobres en particular lo captaron muy claramente y votan en función de lo que les parece mejor. La diferencia con la clase media es que no se siente obligado a quedar bien con la política. Los sectores pobres creen que hay que quedar bien y decir lo que la política quiere escuchar, y después operan como le parece mejor. La gente vota en función de sus expectativas y no en función de los servicios que recibe.
-¿Cómo analiza los cambios en políticas sociales en los últimos años?
- El plan de Asignación Universal por Hijo es un cambio fuerte y muy bueno en serio porque da un piso de ciudadanía. Le da derechos a todas las madres que tienen chicos menores de 18 años, independientemente de si trabaja o no trabaja. Cuando la Argentina construyó su sistema de protección social fue en base a la boleta de salario porque el 97 por ciento de la gente trabajaba. Entonces incluir la obra social, el beneficio sindical en el recibo, era lógico porque todo el mundo trabajaba. Hoy, el 40 por ciento de los que trabajan no tienen boleta de salario y había quedado como un derecho al revés. Cobraban los que estaban mejor. Igualar eso es una bisagra en la política social.
-¿Se debe trabajar en políticas universales o focalizadas?
- Para la Argentina, claramente, es mejor tener políticas universales, porque es un país que tiene un 30 por ciento de pobreza. Si uno estuviera en Inglaterra con un 98 por ciento de sector formal, uno puede hacer una políticas focalizadas y encarar el problema por ejemplo de los inmigrantes. Sirven cuando la pobreza es poca y acotada a un grupo. Si los pobres en la Argentina fueran las comunidades aborígenes y las madres adolescentes embarazadas nada mas hay que hacer políticas para cada uno. Pero Acá el problema de la pobreza es de mayorías, no de minorías. La política focalizadas pueden servir en un momento, pero hay que generar políticas masivas.
-Pero si Gobierno dice que hay un 13 por ciento de pobres es difícil que plantee un debate de generalizar políticas contra la pobreza…
- Pero las está haciendo. A los golpes, como sea, pero las está haciendo. La Asignación Universal es mas allá de un nuevo derecho, un reconocimiento de que hay que capitalizar a los sectores pobres. El gran valor, además del derecho, es que reconoce que a la gente le falta plata . Y que para dejar de ser pobre tiene que tener más ingresos. Capitalizar a la población es lo que la saca de la pobreza .
-¿El Gobierno no debería transparentar los indicadores de inflación y pobreza para reconocer cuáles son los problemas?
- Los indicadores están transparentados en lo cotidiano. Todos los que trabajan sobre política públicas, que recorren los barrios, toman la base de niveles de pobreza importantes. Más allá de las estadísticas oficiales, hay una realidad social palpable. Un 30 por ciento de la población es vulnerable: está en extrema pobreza, no tiene lo mínimo necesario, vive en una situación de precarización. Incluirlos es lo que tenemos que lograr en el futuro, no sólo atender el comedor comunitario.
-¿Cuál es ese nivel de inflación real sobre el que trabajan?
-Hay que tener en cuenta primero que los sectores pobres en la Argentina utilizan el 75 por ciento de sus ingresos en alimento y transporte. El sistema de transporte no ha tenido aumento, está subsidiado y eso es positivo, pero los alimentos han tenido un aumento importante. En esos sectores, que consumen alimentos básicos de primeras, segundas y terceras marcas, hay una inflación de un piso del 25 por ciento. Eso provoca que no haya certezas. Hay que tener políticas para parar la inflación sin parar el consumo, aumentando la productividad, y generando controles.
- Pero en eso la responsabilidad es del Gobierno…
- Eso es lo que tiene que encarar y creo que en eso está. El último tiempo, el último mes diría, el debate se ha instalado y el Gobierno de alguna manera está planteando hacer algo. Más allá de que diga o no la palabra inflación. En la clase política, empresaria, gremial está instalado el debate y es la parte previa a sacar un programa.
La mirada sobre Alicia Kirchner
¿Como ministro de Desarrollo Social en la provincia pudo desarrollar algo que no había logrado como viceministro de Alicia Kirchner en la Nación?
- La provincia tiene una masividad impresionante. Allí conseguimos cambiar el sistema de bolsones por tarjeta de alimentos y llegamos 800 mil madres. En Nación no hay tanta vinculación directa porque es segundo piso. La provincia con pocos recursos y muy ahogada.
- ¿Cómo se rompe la dependencia financiera con la Nación?
- La provincia tiene un desfasaje en la coparticipación, porque produce el 40 por ciento y recibe el 20. Y el conurbano, donde viven 11 millones de personas, es un tema de carácter nacional. Creo que hay que tomar los grandes centros urbanos -Rosario, Mendoza también- como temáticas nacionales.
- ¿Al estilo del Fondo del Conurbano?
- Así hay que pensarlo, aunque ese fondo tuvo problemas de aplicación. Los grandes centros urbanos requieren de un financiamiento especifico.
-¿Cambió su relación con Alicia cuando se fue de la Nación?
- Yo siempre tuve con ella una buena relación. La conozco desde 1995 y la considero una persona muy honesta y muy trabajadora. Siempre he visto en ella y en sus colaboradores a gente que quiere hacer las cosas bien.
- Pero la gestión está cuestionada por la estrategia clientelar.
-Hay que ir hacia un cambio de modelo de políticas públicas en general.
-¡Dejar de entregar colchones y electrodomésticos!
-La asistencia directa en política social es algo que debe ser acotado a la necesidad específica: una inundación por ejemplo. Y en un país grande, es difícil tener control.
Dinero fácil para cuatro millones de personas
Daniel Arroyo está al frente de Fuerza Solidaria, un programa de microcréditos para capitalizar a trabajadores que desarrollan emprendimientos individuales. Una especie de banco de los pobres del premio Nobel Muhammad Yunus, pero a la bonaerense. El funcionario admite que la línea recién está desarrollándose en la Argentina. “Hay cuatro millones de personas que trabajan, que son gasistas plomeros, carpinteros, pequeños emprendedores y que no acceden a créditos bancario por falta de garantías. Hoy, desde los gobiernos nacional, provincial y los bancos públicos se está llegando casi a 200 mil personas con distintos sistemas de microcréditos”, explica. Para Arroyo es clave esa alternativa para evitar que queden rezagados. “Con este sistema se busca que el carpintero compre su sierra circular para que pueda acompañar la demanda de nuevos muebles que acompañen el crecimiento económico. O que el mecánico se compre una computadora para poder arreglar autos a inyección“, ejemplifica.
Pero también reconoce que el acceso todavía es dificultoso porque demora la aprobación ya que requiere considerar el proyecto y la viabilidad, asesoramiento y un cobrador que cada quince días, busca la cuota de 50 pesos. “La demanda es alta y la urgencia hace muchas veces que la gente cubra esa necesidad con créditos ya, crédito fácil, con dinero rápido que tiene el riesgo de tasa de interés alto, que llega al 100 por ciento anual y cuando lo renueva se duplica o triplica. Eso genera un problema de pobreza con endeudamiento”.
link: http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=41563
jueves, 15 de abril de 2010
Especial sobre microcrédito en Canal Metro
El programa "Asuntos públicos" presentará hoy, a las 23, un especial sobre microcrédito por Canal 23. El ciclo contará con entrevistas a Daniel Arroyo, titular de Fuerza Solidaria del Banco Provincia; trabajadores de Cidec, una fábrica recuperada de curtiembres ubicada en Hurlingham; e integrantes de Contra Viento y Marea, un comedor comunitario de Lomas de Zamora que brinda microcréditos a pequeños emprendedores.
Con la conducción de Silvia Naishtat, Mabel Thwaites Rey y Pablo Maas y la producción de Marcela Lovey, "Asuntos públicos indaga en temas sociales y de actualidad.
Con la conducción de Silvia Naishtat, Mabel Thwaites Rey y Pablo Maas y la producción de Marcela Lovey, "Asuntos públicos indaga en temas sociales y de actualidad.
miércoles, 14 de abril de 2010
Diálogo sobre la Argentina Social en la Asociación Cristiana de Jóvenes
“Se viene una etapa muy interesante para la Argentina. El crecimiento económico sostenido abre la posibilidad de hacer cosas, de implementar cambios que den vuelta la situación social del país”, expresó ayer Daniel Arroyo en la charla debate "La Argentina Social", que formó parte del ciclo 2010 de los Diálogos Abiertos organizado por la Asociación Cristiana de Jóvenes / YMCA.
Arroyo impulsó un acuerdo entre partidos políticos, organizaciones sociales y el sector productivo “para avanzar en los próximos diez años en políticas de Estado que resuelvan la fuerte desigualdad social, generen capacitación y empleo para los jóvenes que no estudian ni trabajan y promuevan el acceso al crédito para quienes trabajan en condiciones de informalidad”. Y agregó: “Es imperdonable que aún haya un 10% de los argentinos que viven en situación de extrema pobreza, cuando el país produce alimentos para 300 millones de personas”.
Con la conducción del periodista Horacio Embón, Arroyo integró el panel junto a Hugo Yasky, titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA); y Jorge Orbaizeta, presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina.
Arroyo impulsó un acuerdo entre partidos políticos, organizaciones sociales y el sector productivo “para avanzar en los próximos diez años en políticas de Estado que resuelvan la fuerte desigualdad social, generen capacitación y empleo para los jóvenes que no estudian ni trabajan y promuevan el acceso al crédito para quienes trabajan en condiciones de informalidad”. Y agregó: “Es imperdonable que aún haya un 10% de los argentinos que viven en situación de extrema pobreza, cuando el país produce alimentos para 300 millones de personas”.
Con la conducción del periodista Horacio Embón, Arroyo integró el panel junto a Hugo Yasky, titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA); y Jorge Orbaizeta, presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina.
martes, 13 de abril de 2010
Daniel Arroyo en Asteriscos TV por Canal Metro
El ex ministro de Desarrollo Social bonaerense Daniel Arroyo planteó hoy la importancia de atender la situación de los jóvenes que no estudian ni trabajan y la necesidad de promover el estímulo al crédito a los sectores con menos posibilidades.
Arroyo consideró que la pobreza comenzó a manifestar un descenso leve en el primer trimestre de este año y que si bien la situación es "mejor que en el comienzo de la década pasada, hay que pensar hacia adelante y proyectar sobre los problemas centrales" que tiene el país.
Para el ex ministro y actual titular de Fuerza Solidaria, el emprendimiento del Banco Provincia para otorgar microcréditos, se debe priorizar la búsqueda de soluciones "al 10 por ciento de la población en pobreza extrema; la desigualdad; el 40 por ciento de la población que trabaja de manera informal; y los jóvenes que no estudian ni trabajan".
En una entrevista con Asteriscos TV por canal Metro, sostuvo que "cerca del 30 por ciento de la población no tiene lo mínimo, hay 900 mil jóvenes que no consiguen empleo, y a quienes realizan changas, la inflación los perjudica".
Arroyo planteó entonces como central acompañar a los sectores pobres, pero con empleo, para que reconviertan y modernicen sus emprendimientos y puso como ejemplo que, un taller mecánico, si no tiene equipamiento para reparar los vehículo modernos que necesitan tecnología por computadora, se quedan anclados en reparar autos viejos, sin capacidad de sumar clientes.
También hizo notar que hay un amplio segmento de sectores pobres "con endeudamiento" porque acceden a créditos con tasas del 37 por ciento, que se refinancian luego a intereses muchos más altos, y que las personas no lo notan porque pagan "cuotas de 20 pesos por mes".
"El modelo económico anterior era financiero y especulativo. Se ha avanzado en la industrialización y ahora tenemos que trabajar todos para achicar la desigualdad", apuntó.
Arroyo consideró que la pobreza comenzó a manifestar un descenso leve en el primer trimestre de este año y que si bien la situación es "mejor que en el comienzo de la década pasada, hay que pensar hacia adelante y proyectar sobre los problemas centrales" que tiene el país.
Para el ex ministro y actual titular de Fuerza Solidaria, el emprendimiento del Banco Provincia para otorgar microcréditos, se debe priorizar la búsqueda de soluciones "al 10 por ciento de la población en pobreza extrema; la desigualdad; el 40 por ciento de la población que trabaja de manera informal; y los jóvenes que no estudian ni trabajan".
En una entrevista con Asteriscos TV por canal Metro, sostuvo que "cerca del 30 por ciento de la población no tiene lo mínimo, hay 900 mil jóvenes que no consiguen empleo, y a quienes realizan changas, la inflación los perjudica".
Arroyo planteó entonces como central acompañar a los sectores pobres, pero con empleo, para que reconviertan y modernicen sus emprendimientos y puso como ejemplo que, un taller mecánico, si no tiene equipamiento para reparar los vehículo modernos que necesitan tecnología por computadora, se quedan anclados en reparar autos viejos, sin capacidad de sumar clientes.
También hizo notar que hay un amplio segmento de sectores pobres "con endeudamiento" porque acceden a créditos con tasas del 37 por ciento, que se refinancian luego a intereses muchos más altos, y que las personas no lo notan porque pagan "cuotas de 20 pesos por mes".
"El modelo económico anterior era financiero y especulativo. Se ha avanzado en la industrialización y ahora tenemos que trabajar todos para achicar la desigualdad", apuntó.
Diálogo sobre la Argentina Social
Daniel Arroyo participará hoy en la charla debate "La Argentina Social", que forma parte del ciclo 2010 de los Diálogos Abiertos organizado por la Asociación Cristiana de Jóvenes / YMCA de la Argentina.
Con la conducción del periodista Horacio Embón, Arroyo expondrá junto a Hugo Yasky, titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA); Margarita Barrientos, fundadora del comedor comunitario "Los Piletones"; y Jorge Orbaizeta, presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina.
El debate se realizará a las 19 horas en el restaurante El Encuentro de la sede central de la YMCA (Reconquista 439).
Con la conducción del periodista Horacio Embón, Arroyo expondrá junto a Hugo Yasky, titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA); Margarita Barrientos, fundadora del comedor comunitario "Los Piletones"; y Jorge Orbaizeta, presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina.
El debate se realizará a las 19 horas en el restaurante El Encuentro de la sede central de la YMCA (Reconquista 439).
martes, 6 de abril de 2010
Daniel Arroyo presentó libro sobre políticas sociales en el Senado
Daniel Arroyo presentó su libro “Políticas sociales. Ideas para un debate necesario” este martes 6 de abril en el Senado de la Nación. Con más de 300 participantes, el panel estuvo integrado por el periodista Washington Uranga y el secretario general de la Asociación del Personal Legislativo (APL) Norberto Di Próspero. La moderación estuvo a cargo de Vanesa Wainstein.
“Después de una década de mejoras importantes, aún tenemos condiciones sociales críticas en la Argentina. Por eso es necesario plantear ideas para la Argentina que viene. La macroeconomía va a crecer en los próximos años. Y eso nos presenta grandes oportunidades para dar un gran salto en la lucha contra la pobreza y la indigencia, en la generación de estrategias de acceso al crédito para quienes trabajan de manera informal”, afirmó Arroyo.
El ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación enumeró algunas de las propuestas que se exponen en el libro: “Se debe extender la universalización de la asignación familiar, que genera un piso de ciudadanía para todos los argentinos; y hace falta un plan masivo de apoyo a los 900.000 jóvenes que no estudian ni trabajo, a partir de la implementación de una red de tutores que los ayude en su inserción laboral o en su reingreso a la escuela secundaria”.
También impulsó “la puesta en marcha de la extensión de los microcréditos para los 4 millones de emprendedores que hoy necesitan de máquinas, herramientas y bienes de capital para dar un salto en sus condiciones de producción”.
Uranga señaló: “El libro es mucho más que una reflexión sobre políticas sociales. Son ideas que abren a la discusión social, que permiten pensar el desarrollo con inclusión en la Argentina”. El periodista y profesor universitario agregó: “hay una propuesta política y de gestión que va más allá de la reflexión académica y que trasciende el área de la políticas sociales. Se proponen estrategias para la inclusión real y efectiva de los jóvenes, la necesidad de repensar las áreas del Estado y se impulsan nuevas formas de participación política a través del diálogo con las organizaciones sociales”.
Di Próspero sostuvo: “es un honor para la Asociación del Personal Legislativo organizar la presentación de este libro realizado por un político y académico de prestigio internacional como Daniel Arroyo. Se trata de un militante en la lucha contra la pobreza y para lograr que se achique la brecha en la distribución de la riqueza en nuestro país”.
Publicado por Editorial La Crujía, "Políticas sociales. Ideas para un debate necesario" plantea una serie de propuestas para la situación social de la Argentina. El debate sobre las nuevas ideas y enfoques en política social se ha reabierto hoy más que nunca por motivos conocidos: el aumento de la pobreza, el crecimiento de la brecha entre ricos y pobres -que marca una desigualdad preocupante- y, sobre todo, por la contradicción permanente entre las suposiciones sobre lo que “habría que hacer” y los hechos concretos de combate a la pobreza y a la desigualdad social.
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